"La participación en América Latina de la comunidad en su biblioteca es muy baja, hay sitios en los que no alcanza a llegar siquiera al 1%. Las personas creen que las bibliotecas son un lugar de castigo, manejadas por el gobierno". De esta forma diagnosticó Emir José Suaiden, director de la Biblioteca de la Universidad de Brasilia, la realidad de las bibliotecas y la lectura en el continente.
Suaiden fue el primero de cuatro invitados internacionales en exponer en el seminario "La lectura: una necesidad para la inclusión y la democracia", que se realizó en la Biblioteca de Santiago el miércoles 26 y jueves 27 de agosto. Las dos jornadas tuvieron gran afluencia de público, mayoritariamente relacionado con las bibliotecas públicas y el fomento a la lectura, y estuvieron compuestas de exposiciones, paneles y talleres prácticos.
El experto brasileño postuló que la crisis económica que atraviesa Brasil se puede interpretar como una crisis de lectura y criticó la poca inclusión de los planes al fomento lector en las políticas públicas latinoamericana. Suaiden también instó a los bibliotecarios a salir de sus edificios y a transformar sus sedes en lugares que escuchen y reflejen los intereses de la comunidad.
El costo de una biblioteca y la importancia de leer
15 euros por persona cuesta mantener el sistema de bibliotecas públicas en la comunidad autónoma de Cataluña, en España. En este lugar, un 98% de los habitantes tiene acceso a bibliotecas, sean en edificios públicos o a través de un sistema de bibliobús, que recorre los municipios más pequeños.
El financiamiento es uno de los problemas principales de las bibliotecas en Chile y Latinoamérica y justificar sus gastos e iniciativas ante el gobierno o iniciativas privadas es uno de los desafíos de sus responsables. Barcelona aparece como un modelo exitoso en esta gestión, ya que por cada euro invertido en la biblioteca pública llegan 2,5 euros en beneficios directos. Esto según lo explicó Ester Omella, responsable de planificación, evaluación y calidad de la Gerencia de Servicios de Bibliotecas de Barcelona, quien agregó que "incluso, esta cifra puede aumentar en dos euros más si consideramos los beneficios indirectos".
Sin embargo, las bibliotecas públicas no están solas en el desafío de incentivar la lectura y aplicar los planes al fomento lector. Las escuelas juegan un rol fundamental en este asunto, ya que son ellas las que deben incentivar de formas innovadoras un acercamiento de los estudiantes con los libros.
María Clemencia Venegas, bibliotecaria e investigadora colombiana, propuso en su exposición que profesores y bibliotecarios son protagonistas en esta cruzada, y que para alcanzar el éxito deben ser ellos mismos buenos lectores, con hábitos de lectura constantes. Sin embargo, esta situación no estaría sucediendo, por lo que se vuelve difícil atraer a los jóvenes a los espacios lectores.
En tanto, Celia Chaab, especialista argentina en Docencia Universitaria y Máster en Promoción a la Lectura y la Literatura Infantil y Juvenil, resaltó la importancia de la lectura para los jóvenes y para sectores vulnerables de la sociedad, como los niños que viven en las calles. "Cuando sé leer, conozco mis derechos y obligaciones. La lectura me hace una persona más segura y poderosa", expresó.
La Reforma Educacional y una ley de bibliotecas
Durante la segunda jornada se realizó el panel "Rol de las bibliotecas desde una perspectiva de inclusión social", que centró el debate en la importancia social de estos centros y en la relevancia de que se concrete el debate por una futura ley de bibliotecas en Chile.
Tanto Clara Budnik, directora ejecutiva de la Fundación Democracia y Desarrollo y miembro del Observatorio del Libro y la Lectura de la Universidad de Chile, como Lavinia Reyes, presidenta de la Fundación Derechos Ciudadanos por la Lectura y la Escritura, calificaron a las bibliotecas como "el lugar más democrático del mundo" y resaltaron la importancia de incorporar en mayor medida a los usuarios en la toma de decisiones para acercar las bibliotecas a la gente.
"Si no hay una ley que obligue que haya bibliotecas y que haya estándares mínimos, vamos a seguir por un mal camino", enfatizó Reyes, quien agregó que las bibliotecas deben luchar con las municipalidades por presupuesto y que sobreviven a base de fondos concursables, lo que no permite un desarrollo igualitario y pleno. "Hay una centralización y concentración de la lectura en este país: las diferencias son abismantes entre Pudahuel y Providencia, entre ciudades como Castro y Santiago".
Por su parte, Constanza Mekis, coordinadora nacional de Bibliotecas Escolares/CRA del Ministerio de Educación, explicó que las bibliotecas escolares están ligadas a las reformas educacionales hace más de 20 años y que durante este tiempo han podido consolidarse. "La nueva reforma incluye a los CRA en su programa y eso nos hace sentirnos tranquilos de que no desaparecerán, de que podremos continuar con el programa de bibliotecas escolares".