La primera vez que se realizó la Fiesta de la Primavera en Chile fue en 1913. La actividad fue convocada por la entonces naciente Federación de Estudiantes de la U. de Chile, con el fin de despedir el invierno y recibir la primavera, instancia a través de la cual la organización estudiantil desarrolló su veta cultural y a la vez deslizó la crítica social ante los conflictos de la época.
La elección de la Reina de la Primavera, el concurso de afiches, los carros alegóricos y los Juegos Florales -organizados por la Sociedad de Artistas y Escritores de Chile, con el objetivo de premiar a jóvenes talentos literarios y que en 1914 ganara Gabriela Mistral-, son algunos de los hitos de la mítica festividad que este 2017 volverá a realizarse.
“La fiesta de la Primavera es una actividad histórica de los estudiantes que este año hemos querido recuperar, no solamente para la Universidad de Chile, sino también para el pueblo chileno y para la ciudadanía, en torno a las demandas y la recuperación de los derechos sociales y civiles", dijo el presidente de la FECh, Daniel Andrade.
La actual Fiesta de la Primavera, que concluirá con el desfile de carros, se ha desarrollado con actividades abiertas y gratuitas desde el pasado lunes 2 octubre. Entre éstas destacan dos tocatas de la Banda Conmoción y un concierto del cantante Tata Barahona, el lanzamiento del Seminario de Kreyòl para estudiantes de salud -que se realizará durante todo el segundo semestre-, y la convocatoria de los tradicionales Juegos Florales, concurso de cuentos breves titulado: “Los movimientos sociales en 175 palabras”. (Ver cronograma adjunto).
Una festividad con historia
Dos años después de su nacimiento, la Fiesta de la Primavera se transformó en un evento nacional reproducido en varias ciudades del país. Desde 1915 a 1923 el día del desfile fue declarado feriado escolar, e incluso llegó a superar la convocatoria a las celebraciones de Fiestas Patrias.
La actividad solía transformar las calles principales de nuestra ciudad en una fiesta juvenil llena de color y alegría, en lo que fue conocido como el Desfile de la Primavera. Esta festividad era también una instancia de crítica al conservadurismo de la oligarquía, lo que transformaba al espacio en una sátira que permitía a los estudiantes dar cuenta de las problemáticas sociales y políticas de la época.
No obstante, hacia finales de la primera mitad del siglo XX, las Fiestas de la Primavera perdieron su densidad original, transformándose en una celebración más, manteniéndose sólo el desfile de carros alegóricos y la elección de la Reina de la Primavera. La última de estas celebraciones tuvo lugar en 1972, casi un año antes de que la dictadura militar cerrara las puertas de la FECh por casí una década. En adelante, hubo algunos intentos infructuosos por replicarla durante la dictadura y postdicadura, hasta este año que la actual FECh se propuso retomar la celebración, apegada a su sentido original.