ESP estudiará efectos de la exposición crónica a gran altura de trabajadores de faenas mineras

ESP estudiará efectos de la exposición crónica a gran altura

La Escuela de Salud Pública se adjudicó por segundo año la propuesta de la Superintendencia de Seguridad Social para desarrollar el estudio “Efectos de la exposición intermitente a gran altitud en la salud de los trabajadores de faenas mineras”. Los investigadores destacan que esta es la primera cohorte de mineros que estudia efectos crónicos en salud en Chile, además de ser uno de los pocos estudios de seguimiento en el mundo.

El trabajo en altitud geográfica sobre 3.000 m.s.n.m., es una característica de las actividades extractivas mineras en Chile, cuyo régimen de trabajo es la permanencia en la faena durante 4 o 7 días consecutivos, realizando turnos de 12 horas diurnos y nocturnos, y 4 o 7 días de descanso en su lugar de residencia. Como consecuencia de la disminución de oxígeno en la atmósfera y la intermitencia de la exposición a gran altitud, se postulan diversos efectos en el organismo de los cuales los más conocidos son los agudos, como el mal agudo de montaña, alteración del sueño y otros. Sin embargo, se desconocen con precisión los efectos crónicos cuales son el motivo de nuestra investigación.

El estudio, que contempla un seguimiento de 5 años, y cuya línea basal se efectuó durante 2015, evalúa calidad del sueño, aspectos neuro-cognitivos y salud física y psicosocial de 499 mineros expuestos y no expuestos al trabajo en gran altitud.

“Durante el proyecto veremos cómo estos indicadores se comportan en el tiempo. No sólo se consideraron las variables clínicas, sino también la calidad de vida. Por tanto, hablamos de un estudio integral”, afirma la profesora Nella Marchetti, directora del proyecto y académica ESP.

“La investigación tiene el mérito de realizar evaluaciones en terreno en 6 faenas mineras ubicadas desde la I a la V Región, con un despliegue logístico complejo, con participación notable de las empresas y de los trabajadores. Estamos caracterizando los aspectos a evaluar y veremos si se establecen diferencias entre grupos que están bajo los 2.400 m.s.n.m. y grupos sobre los 3 mil metros”, enfatiza Daniel Jiménez, asesor del proyecto.

Los objetivos específicos del estudio son: 1) Establecer el efecto de la exposición intermitente a gran altitud sobre diversas variables fisiológicas, cognitivas y sociales; 2) determinar el efecto sobre la incidencia y prevalencia de enfermedades y accidentes laborales, tanto en el corto como en el mediano plazo; y 3) sentar las bases para identificar las mejores opciones de ciclos de trabajo y de jornada diaria para la población de trabajadores expuestos a gran altitud.

En el primer año del estudio, se conformó la cohorte de trabajadores expuestos y no expuestos, estableciendo la línea basal de los sujetos que se van a seguir durante los próximos 4 años. Los criterios de inclusión de los trabajadores fueron: hombres, con contrato permanente en la empresa minera, que tuvieran entre 2 y 10 años trabajando en la empresa (en un número bajo de trabajadores este periodo se extendió a un máximo de 20 años para cumplir el número requerido en cada empresa), que se desempeñaran en sistema de turnos (incluidos nocturnos) y con una edad menor a 45 años (con la posibilidad de ampliar a 50 años con el mismo criterio anterior). A los trabajadores elegibles, seleccionados aleatoriamente de nóminas de las empresas, se les invitó a participar voluntariamente y se les solicitó la firma del consentimiento informado para tal efecto.

La siguiente etapa, actualmente en marcha, es realizar el seguimiento e incorporar exámenes de laboratorio que van a arrojar nuevos antecedentes sobre los efectos crónicos que produce el trabajo en estas condiciones. Uno de los aspectos a destacar es que estos exámenes se realizarán durante la permanencia de los trabajadores en altura.

Durante el año 2015 se conformó la línea base la de la cohorte, que servirá para determinar el comportamiento de las variables de resultado durante los próximos años en que se realizará el seguimiento. La evaluación a cada trabajador contempló: ocho cuestionarios de auto reporte, cuatro test de evaluación neuro-cognitiva, cinco test de evaluación psicotécnica, evaluación clínica no médica y examen médico segmentario dirigido.

La jefa del proyecto, Helia Silva, destaca entre las características encontradas en la cohorte: una media de edad de 36,1 años; más de 80% tiene educación media o técnica superior; 93,3% pertenece a Isapre; 16,9% se reconoce perteneciente a alguna etnia, y 98,6% está sindicalizado.

Los trabajadores reportaron un promedio de 11,9 años trabajando en la minería y de 10,5 años realizando turnos de noche. En ese sentido, los resultados preliminares no ajustados indican que 93,4% de los trabajadores, mediante el Cuestionario de Pittsburgh, perciben tener alterada la calidad de sueño respecto de los dos últimos turnos de noche; cifra superior al 66,1% que auto reporta alterada su calidad de sueño en relación a los dos últimos turnos de día.

Entre los factores de riesgo psicosociales, los mineros calificaron el ítem “su trabajo les exige gran esfuerzo y concentración” con una nota media de 4,7 (puntaje entre 1 y 5), sin diferencias significativas por estrato.

“La carga de la vida laboral sobre la familiar es importante. 48,6% estuvo muy de acuerdo o de acuerdo con que les gustaría estar en la casa y el trabajo al mismo tiempo; 22,9% está muy de acuerdo o de acuerdo con que por responsabilidades laborales debe cambiar planes familiares; 25,4% reconoce que llega muy cansando después del trabajo y 37,3% que a su familia no le gustan sus preocupaciones laborales”, indica Helia Silva.

Asimismo, entre las situaciones y problemas de su trabajo que afectan su calidad de vida, 63,3% de la cohorte se siente afectado por el riesgo de sufrir una enfermedad profesional; 60,3% manifiesta preocupación por el riesgo de inhalación de sustancias y 59,3% por la falta de promoción e incentivo.

Entre los factores de riesgo tradicionales se encontró que 39,1% se declara fumador y que el índice de masa corporal medio fue de 28,3 (sobrepeso).

En relación a la altitud geográfica, el porcentaje de saturación de oxígeno encontrado fue en promedio 93%, con una clara gradiente por nivel de altura: saturación de 97% bajo los 2.400 m.s.n.m. y de 90% sobre los 3.900 metros.

Integran el proyecto Nella Marchetti y Helia Silva, como directora y jefa del proyecto respectivamente, ambas académicas del programa de Salud Ocupacional de la ESP; Carolina Nazzal y Patricia Frenz, como responsables del aspecto metodológico, quienes son académicas del Programa Epidemiología de la ESP; Daniel Jiménez y Patricia Flores forman el equipo asesor clínico; Gonzalo Correa, como coordinador del desarrollo de cuestionarios; Sergio Muñoz junto a Carolina Nazzal y Patricia Frenz, son responsables del procesamiento y análisis de datos; y Gabriel Mansilla quien se desempeña como coordinador del trabajo de campo.

Marta Hansen y Sandra Vargas

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