Se dispara el número de consultas en SAPU versus las de total APS

Se dispara el número de consultas en SAPU versus las de total APS

La Dra. Soledad Martínez, jefa del Programa Políticas, Sistemas y Gestión en Salud de la ESP, participó en el estudio “Evaluación del gasto institucional de la Red de Urgencia del Ministerio de Salud 2009-2013” -encargado por el Ministerio de Hacienda y realizado por la Facultad de Economía y Negocios UCh, con apoyo de la ESP- el cual, entre sus principales conclusiones, indica que “aún existe una proporción importante de pacientes que esperan más de 12 horas para hospitalizarse (pasando desde un 22,5% en el año 2009 a un 34,2% en el 2013), lo que daría cuenta de una baja efectividad del sistema de salud, mas no necesariamente de la atención de urgencia por la falta de camas médico-quirúrgicas para la población asegurada por el FONASA”.

Además, respecto del desempeño de la red, “aumenta la mortalidad ajustada por categorización de las UEH (Unidad de Emergencia Hospitalaria) en casi 3 veces y la proporción de pacientes que fallecen en ellas en 2,3 veces, lo que da cuenta de una disminución de la efectividad de la Red de Urgencia y de los componentes de la Red Asistencial que se relacionan con ella, especialmente las unidades de hospitalización básica e intensivas”.

Otra conclusión relevante del estudio es que “la disminución en el número de pacientes que ingresan a cama hospitalaria antes de las 12 horas desde un 77,5% a un 65,9%, es señal de una merma en la capacidad para hospitalizar a los pacientes que requieren de una cama. Esto no sólo se asocia a una falta de camas críticas sino también a una falta importante de camas agudas”. Por último “la APS aumenta su participación en el total de atenciones de urgencia desde un 63% a un 68% y las atenciones electivas han ido disminuyendo en desmedro de las atenciones de urgencia. En el 2009 se realizaban 8 atenciones de SAPU por cada 10 atenciones electivas en APS, aumentado a 12 atenciones de urgencia por cada 10 en 2013”.

Respecto a la atención de estos pacientes en la Red de Urgencia, entre 2009 y 2013, los centros asistenciales de baja complejidad -SAPU, Servicio de Urgencia Rural (SUR), APS no SAPU y Unidad de Emergencia Hospitalaria de baja complejidad (UEH)- se hicieron cargo del 65,5% de la demanda, mientras que los hospitales, de mediana y alta complejidad, reportaron un 34,5% de las atenciones de urgencia.

Según la categorización que se usa en el sector público los pacientes C1 tienen riesgo vital y deben ser atendidos inmediatamente, la clasificación C2 se le da a pacientes graves que no deben esperar más de 30 minutos; la categoría C3 son pacientes urgentes pero que pueden esperar más de 90 minutos; mientras que los pacientes C4 tienen baja o muy baja prioridad, sin riesgo vital inmediato y deben ser atendidos en menos de 180 minutos. Los pacientes C5 no constituyen una urgencia.

El porcentaje de atenciones realizadas en la baja complejidad durante el periodo va en progresivo aumento desde un 63% a un 68%. Para la atención de mediana complejidad este porcentaje varía un poco de un 6,4% a un 6,0%. El porcentaje de atenciones de la alta complejidad disminuye desde un 30,3% a un 26,4%. La Dra. Martínez explica que “esta tendencia es la deseable, ya que las atenciones en establecimientos de mediana y alta complejidad deberían ser una pequeña fracción de los casos atendidos en la Red de Urgencia. Es decir, sólo los pacientes categorizados como C1, C2 y C3 deberían atenderse en estos establecimientos”.

Brecha de camas hospitalarias

Otro de los resultados que arroja el estudio es la disminución del porcentaje de pacientes que ingresan a cama hospitalaria antes de 12 horas, la cual baja desde un 77,52% en 2009 a un 65,85% en 2013. “Esto es súper relevante, porque da cuenta que hay más demora por acceder a una de cama y demuestra la importancia de redoblar los esfuerzos por aumentar la dotación de camas del sector público”, afirma la Dra. Martínez.

El promedio de los países OCDE para 2013 es de 4,8 camas totales (agudas y críticas) por 1.000 habitantes, lo que significaría que Chile debería tener 64.566 camas para la población beneficiaria del FONASA. Es decir, el país tiene una brecha de 39.710 camas totales para dicha población.

Por otro lado, según la Organización Mundial de la Salud el promedio mundial del número de camas hospitalarias es de 27 camas por 10.000 habitantes para el período 2006-2012, lo que implicaría que Chile debiese tener 36.318 camas. De acuerdo ese parámetro, el país tiene una brecha de 11.462 camas para el SNSS.

En síntesis, Chile tiene un déficit de camas que oscila entre 11.462 y 39.710 camas, según el estándar utilizado.

Entre las recomendaciones del estudio figura el rediseño de la Red de Urgencia; implementar un sistema de consultas telefónicas y orientación al usuario; mejorar la atención de casos con riesgo vital especialmente en lo referente al Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU); y mejorar el flujo desde los servicios de urgencias hacia las unidades de hospitalización.

Para la Dra. Martínez, el aporte de estos datos radica en que “se trata de un estudio de gran magnitud, que miró un mismo tema desde muchas perspectivas y que permitió dar una contextualización a los problemas que veíamos. Nos quedó bastante claro dónde es necesario hacer los cambios. Hay hartas recomendaciones que se pueden hacer. Por ejemplo, en cuanto a personas que ingresan con y sin riesgo vital; las primeras tienen que ser prioritarias. Por tanto, hay que trabajar más en el SAMU, en la dotación de ambulancias, es necesario estudiarlos, medirlos, revisar la gestión de flota, dónde están los SAMU, qué pasa que no responden, si se quedan atrapados en hospitales porque no pueden dejar al paciente, etc. Otro punto es mejorar el flujo desde los servicios de urgencia hacia la hospitalización. La brecha de camas totales es muy importante y debemos afrontarla, porque si no, vamos a tener saturados todos los servicios de urgencia”, enfatiza.

Por Sandra Vargas B.

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