Estudios no pesquisarían a las "poblaciones ocultas"

Académico afirma que consumo de drogas en Chile sería mayor que lo investigado por autoridades

Académico señala que consumo de drogas es más alto que lo investigado
Según el profesor Rodríguez, el problema está en no contabilizar bien a la "población oculta", es decir, aquellos que declaran que no consumen cuando en realidad sí lo hacen.
Según el profesor Rodríguez, el problema está en no contabilizar bien a la "población oculta", es decir, aquellos que declaran que no consumen cuando en realidad sí lo hacen.
Prof. Jorge Rodríguez, académico de la U. de Chile y jefe del Programa Bioestadística de la Escuela de Salud Pública.
Prof. Jorge Rodríguez, académico de la U. de Chile y jefe del Programa Bioestadística de la Escuela de Salud Pública.

“Los estudios del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) son correctos metodológicamente. El problema es que no pesquisan población oculta, por lo que los índices de consumo aparecen más bajos de lo que realmente son. La pregunta es ¿cómo podemos hacer para que la población oculta se sienta con el derecho o la tranquilidad de reconocer su situación?”, indica Jorge Rodríguez, académico de la Escuela de Salud Pública (ESP) de la Universidad de Chile y jefe del Programa de Bioestadística de dicha unidad. Según el profesor, las personas que pertenecen a esta "población oculta" declaran que no consumen cuando en realidad sí lo hacen, produciendo una subdeclaración del consumo, "lo que impacta en los resultados de las investigaciones”.

“El problema -señala el académico- es que con estos resultados se adoptan decisiones y se diseñan políticas públicas. Si la información que tiene la autoridad está subdeclarada, el porcentaje del consumo no se informa en la magnitud real, por ende ¿cómo vamos a entregar las respuestas de salud adecuadas a la realidad? Por ejemplo, cantidad de profesionales en consultorios de atención primaria, cuántos psiquiatras, psicólogos, etc.”.

Según el doctor en Estadísticas existen metodologías que permiten disminuir la población oculta, por lo tanto, obtener resultados más precisos y reales. “Hay nuevas técnicas de recolección, tales como el Entrevistador de Acceso Privilegiado (EAP), Metodología de Pares (MP) y Muestro Dirigido (RDS), entre otras, que permiten disminuir las poblaciones ocultas. Es evidente que existen claras diferencias entre los estudios que pesquisan poblaciones ocultas, frente a las investigaciones que utilizan metodologías tradicionales y no consideran el fenómeno”, asevera el docente.

Así lo ha demostrado la literatura y, en Chile, los estudios realizados por el jefe del Programa de Bioestadística de la ESP. En su investigación “Implementación de la metodología de pares para estimar el consumo de drogas lícitas e ilícitas”, realizada en 2003 y publicada en 2005 en la Revista Chilena de Salud Pública, aplicó la Metodología de Pares (MP) a estudiantes universitarios de 18 a 26 años de nivel socioeconómico medio alto y alto. Mientras este estudio arrojaba que el 63,4% de los estudiantes consumía marihuana, la investigación del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) de los años 2002-2004, indicaba que el consumo variaba entre un 13 y 14,7% en jóvenes entre 19 a 25 años de cualquier grupo económico, y en el sector socioeconómico alto se evidenciaba un consumo entre 5 y 7% sin especificar rango etario. “La diferencia entre ambos estudios es notable: de un 48,7%, lo cual corresponde a subdeclaración de población oculta. Esta diferencia no es comparable en su totalidad, debido a que el estudio de SENDA no especifica nivel socioeconómico del grupo de 19 a 25 años”, afirma el académico.

Respecto a investigaciones en población escolar se produce el mismo fenómeno. El docente manifiesta que según un estudio que realizó con Metodología de Pares (MP) en 2005, el consumo de marihuana en escolares fue de 17,2% en población total; 14,2% en mujeres; y 20,4% en hombres. “Sin embargo, según un estudio de SENDA, publicado el mismo año, el consumo de marihuana fue de 14,7%, 13,4% y 16,1% respectivamente. ¿Qué vemos aquí? Cifras menores para los tres casos de estudio. Por ende, se observa que la subdeclaración es de 17%, 6% y 27%, respectivamente. Por eso es importante obtener la subdeclaración a través de otras metodologías. En este caso SENDA obtiene la información a través de un cuestionario autoregistrado y, en la primera, a través de la MP”.

Esta situación se puede constatar también con drogas más duras como la cocaína. El profesor Rodríguez compara dos estudios: el de SENDA (años 2006-2008) versus el publicado por la Revista Médica de Chile (2007), llamado ‘Descripción del consumo de drogas lícitas e ilícitas por género a través de la metodología de pares’. Las brechas entre ambos son evidentes: para el primer estudio (SENDA), el consumo -en población general- variaba entre 1,3% -1,8%, en cambio, en el segundo, el consumo de cocaína en población general llegaba a un 4,9%. La misma diferencia se produce entre ambos estudios en relación a género: según SENDA, el consumo en hombres es de 2,8% -3,1% y en mujeres se mantiene en 0,6%; en tanto, el segundo arroja 7% para hombres y 1,8% para mujeres. Nuevamente se evidencia la subdeclaración en estudios que no utilizan MP”, indica el académico. Y destaca que esto “es especialmente relevante en el consumo de drogas que no están validadas socialmente, como ocurre con la cocaína”.

El investigador explica que la marihuana con el tiempo se ha validado socialmente, por lo que “recién en los años 2011 y 2013, en los estudios del SENDA aparecen las poblaciones ocultas, quienes reconocen su consumo, por lo que se empiezan a normalizar las cifras. Esto se debe a que la aceptación del consumo de marihuana se difunde a través de redes sociales, medios de comunicación, como también a través de autoridades, quienes plantean su legalización. Sin embargo, las poblaciones ocultas persisten en todos los temas tabúes o conflictivos para los entrevistados. Es el caso de las drogas duras, como la cocaína”.

El profesor Rodríguez afirma que el Estado, en la mayoría de los estudios que financia, no utiliza metodologías para pesquisar poblaciones ocultas producto de los costos. Asegura que “SENDA hace estudios que incluyen población por sobre los 40 mil individuos, cifra que dificulta trabajar con MP por su alto costo, ya que requiere el trabajo de profesionales especializados. Sin embargo, es crucial que el Estado destine recursos para proyectos como el de MP (400-500 casos), que permitan corregir datos obtenidos de estudios a nivel nacional. De esta manera, contaríamos con información más cercana a la realidad y válida para diseñar e implementar políticas públicas en salud”.