En el Día Internacional de Los Bosques:

Ingenieros forestales de la U. de Chile miden captación de CO2 de bosques de la zona central

Ingenieros forestales miden captación de CO2 de bosques
Aunque Chile sólo emite el 0,26 por ciento de las emisiones globales de CO2, existe la convicción de que sólo un esfuerzo global permitirá detener el cambio climático.
Aunque Chile sólo emite el 0,26 por ciento de las emisiones globales de CO2, existe la convicción de que sólo un esfuerzo global permitirá detener el cambio climático.
El compromiso de Chile apunta a reducir un 30 por ciento las emisiones de CO2 en 2030,  e impulsar el uso de energías renovables.
El compromiso de Chile apunta a reducir un 30 por ciento las emisiones de CO2 en 2030, e impulsar el uso de energías renovables.

El Acuerdo de París sobre Cambio Climático fue adoptado por 195 países en diciembre de 2015, durante la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (COP21). En 2017, la mayoría de los países del mundo ratificaron el Acuerdo, sin embargo, en junio de ese año Estados Unidos se retiró del mismo, a pesar de ser uno de los mayores emisores de CO2 a nivel mundial.

A diferencia de nuestro vecino del norte, en febrero de 2017 Chile a través de su Poder Legislativo, ratificó el compromiso asumido por nuestro país, ocasión en que el gobierno sostuvo que “la emergencia causada por los incendios forestales, demuestra que Chile es uno de los países más vulnerables y afectados por el cambio climático”.

Si bien Chile emite un 0,26 por ciento de las emisiones globales de CO2, no cabe duda que la suma de los esfuerzos de distintos países puede generar el cambio necesario para frenar el efecto invernadero, apoyando así al acuerdo mundial de mantener el calentamiento por debajo de los 2 grados Celsius.

En el caso de nuestro país, sus compromisos implican reducir en un 30 por ciento las emisiones hacia el 2030; dar un fuerte impulso a las energías renovables; y recuperar y gestionar sustentablemente 100.000 hectáreas de bosque, lo que equivaldría a partir de ese año, a la captura y reducción de 600.000 toneladas de CO2 anuales.

La Captura del Carbono

Existe abundante evidencia científica que muestra que los bosques, entre las distintas comunidades vegetales, son los principales sumideros de carbono, lo que significa que lo capturan. Si bien existen fórmulas generales para estimar la captación de C02 de los bosques, resulta necesario precisar las tasas de captura según especie arbórea y tipo de bosque para el caso de Chile. Así los bosques de la Patagonia mostrarán distintas tasas de captura o secuestro de carbono que los bosques de Araucaria o que los bosques esclerófilos de Chile central, lo que depende del clima, del suelo, de las especies y del régimen de perturbaciones, entre otras.

Con el objetivo de precisar esta información, un equipo de investigadores, académicos y estudiantes de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, impulsa una iniciativa que busca estimar el secuestro de carbono bajo y sobre el suelo en el bosque esclerófilo de las Regiones de O’Higgins y del Maule, pudiendo ser estos resultados extrapolados a todos los bosques de este tipo desde la Región de Coquimbo hasta la Región del Bío Bío.

“Existe una necesidad del país de establecer estrategias para mitigar el cambio climático conociendo con mayor precisión el inventario de gases de efecto invernadero. Este proyecto aporta en este sentido y tiene como propósito fundamental desarrollar funciones (o ecuaciones) de biomasa para las principales especies del bosque esclerófilo de la zona central de Chile”, explicó el investigador responsable, Roberto Garfias.

“Para nosotros es una labor muy importante la que realiza la Universidad de Chile ya que nos permite contar con una información clave para nuestros planes de manejo, para los pequeños productores, políticas públicas y compromisos internacionales. Conocer nuestros bosques exhaustivamente nos permitirá hacer un uso adecuado de los mismos, así como una mejor conservación. Ha sido un trabajo de mucho sacrificio pero que vale la pena porque tendremos una información valiosísima”, señaló la jefa Provincial de CONAF Curicó, María Isabel Florido.

La primera labor que se realizó fue caracterizar los bosques que fueron estudiados, un trabajo dirigido por el profesor Antonio Vita, junto al académico Miguel Castillo, y al co-investigador Horacio Bown.

Por su parte, la ingeniera de Proyecto, Francisca Ruiz, señaló que “nuestro objetivo final es determinar funciones de biomasa para las cinco especies principales del bosque esclerófilo en cada situación de bosque definida previamente, con el objetivo de estimar las tasas de secuestro de carbono”. En este marco, el estudio definió tres situaciones del bosque esclerófilo: el bosque denso, el bosque semidenso y el bosque abierto; y en cada una de ellas se estudiaron las especies: Espino, Quillay, Peumo, Litre y Boldo.

Los especialistas explican que, tras la recolección de las muestras en terreno, estas se secan y extrapolan a la totalidad del árbol, para luego ajustar una ecuación que permite determinar la biomasa (o peso seco total) en función de variables de fácil medición como son el diámetro del tronco de los árboles y sus alturas. Posteriormente se aplican estas funciones a los listados de diámetros y alturas de parcelas de medición para conocer las toneladas de peso seco y de carbono que fijan los bosques en distintas situaciones.

Si bien existen estudios de biomasa y por ende medición de captura de carbono, la gran mayoría de estos estudios se concentran en los bosques ubicados al sur del Maule; de este modo, son escasas las investigaciones de los bosques esclerófilos de la zona semiárida de Chile, entre la Regiones del Maule y Coquimbo.

No contábamos con un nivel de referencia, no teníamos información precisa de cuál es la contribución del bosque mediterráneo en la captura de carbono, y este proyecto nos va a permitir saber cuál es la contribución de esta captura”, puntualizó el co-investigador e Ingeniero Forestal, Pablo Zuñiga.

La iniciativa denominada "Determinación de funciones alométricas de biomasa para las principales especies del bosque esclerófilo de las Regiones de O´Higgins y del Maule" es financiada por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de CONAF. El proyecto partió en septiembre de 2016 y termina en agosto 2018 y hoy se encuentra en la fase de elaboración de las funciones y en la entrega de los resultados parciales a través de seminarios fundamentalmente dirigidos a CONAF, quienes son los encargados de implementar planes de manejo y entregar los avances en esta área a nivel de Estado.

¿Cómo se mide la captación de CO2?

La medición de la captura de CO2 es el resultado de un trabajo intensivo de terreno, de laboratorio y de procesamiento de la información. Para lograr lo anterior se estructuraron cuadrillas de alrededor de 6 personas que recorren los bosques en zonas en que CONAF, organismo regulador del Estado que permite la cosecha y extracción de árboles con criterios de sustentabilidad. El procedimiento consiste en elegir un árbol, tomar mediciones, cortarlo, trozarlo, pesarlo en verde, separando los distintos componentes como son el follaje, el tronco y las raíces; para posteriormente extraer submuestras debidamente etiquetadas que se trasladan al laboratorio donde son secadas en un horno de aire forzado a 70ºC hasta lograr que el peso de las muestras se estabilice. 

Una vez secas las muestras, éstas se usan para estimar el peso seco total del árbol y de sus componentes: hojas, ramas, troncos, corteza, madera y raíces. Hasta la fecha se han cortado 380 árboles de las cinco especies en los tres tipos de bosques. Ello ha implicado un gran esfuerzo de estas cuadrillas, compuestas por memorantes, académicos e investigadores de la Universidad de Chile.