Entre los intelectuales chilenos existe un poeta que después de sufrir el turbión de las
diatribas burdas y del sonreír liviano de los histriones malévolos y oscuros ha
encontrado una senda en la cual gustará un perenne reposo espiritual.
Este artista se llama Vicente Huidobro, Él será un desorientado para
aquellos que viven adorando a muchas de nuestras risibles momias literarias. La bizarría
de sus versos novísimos, el grito de su corazón sano y profundo, batido por vientos
potentes, parecerán sacrilegios en la conciencia de los iconoclastas.
¡Santa inocencia que me hace sonreír desde mi rincón luminoso!
Pensando que nadie podría darme una idea más precisa de las escuelas
literarias de hoy, especialmente de las de Francia y España, fui a conversar con Vicente
Huidobro. Su estada de más de dos años en Europa lo facultaba para guiarme por los
caminos intelectuales por él recorridos. Huidobro al saber que deseaba entrevistarlo
quiso enmudecer, como lo había hecho con muchos literatos; pero mi tenaz insistencia
logró el propósito.
Sus palabras traducen un formidable soplo estético que hallará
comprensión en todos aquellos que han aguzado el alma en la angustia lírica.
He aquí nuestro diálogo:
¿Qué orígenes tiene el "Creacionismo, o sea, la escuela así
bautizada?
Ante todo no sé por qué a esta escuela han dado en llamarla
creacionista.
Si nos viésemos forzados a buscarle antecedentes a toda costa, algunas
de sus características podrían verse en ciertas frases de Rimbaud y de Mallarmé y en
casi todos los grandes poetas de épocas anteriores. Por esto yo considero que el
creacionismo no significa una revolución tan radical como han creído los críticos en el
primer momento, sino la continuación de la evolución lógica de la poesía.
¿Qué tendencias literarias modernas existían a su llegada a
París?
Cuando llegué a la capital francesa, conocí varios círculos
literarios de las últimas tendencias, muchos de los poetas jóvenes que deseaban escapar
del molde simbolista habían caído en, algo mucho peor: "el futurismo". Estos
jóvenes publicaban la revista Sic, cuyo director era Pierre Albert Birot, y en la
cual colaboraban entre otros Pierre Reverdy, Jean Cocteau, y en algunas ocasiones,
Guillaume Apollinaire.
Birot, aunque creía ser futurista era solamente un simbolista, y esto
acontece a todos aquellos que comulgan en la escuela auspiciada por Marinetti.
¿Cómo se manifestó en París el ¨Creacionismo"?
Después de largas conversaciones y de un cambio continuo de ideas por
el más interesante de los jóvenes poetas: Pierre Reverdy, fundé con él la revista Nord-Sud,
en marzo de 1917. En esta revista, pues, ha nacido la nueva tendencia, la más sería y
profunda después del simbolismo. Nosotros no hemos pretendido como los futuristas hacer
el arte de mañana, ni como los neosimbolistas interpretar el arte pretérito, nos
contentamos simplemente con hacer el arte de hoy.
Antes de seguir hablando de los poetas creacionistas, dígame qué
otras tendencias sobresalen en la literatura francesa.
La escuela de los "unanimistas" fundada por Jules Rornains y
George Duhamel y la de los "simultaneístas", representada por H. Barzun,
Sebastián Voirol y Fernand Divoire.
¿Cuál es el credo estético de los "unanimistas"?
Los unanimistas pretenden sentir la vida en su unanimidad, o sea, en el
sentimiento colectivo, como lo ha demostrado Romains en su poema "Le Theatre".
Es el hombre el que se compenetra con los que está a su alrededor, aun con las cosas
inertes y las cosas comunes.
Los "símultaneístas" anhelan presentarnos en conjunto la
simultaneidad de los sentimientos diversos, haciendo que hablen en sus poemas varias voces
a la vez. Anteriormente a ellos, Jules Romains, jefe de los "unanimistas",
había presentado, en 1909, en un teatro de París, su poema "L'eglise", a
cuatro voces, y un poeta rumano Tristán Tzara había hecho lo mismo con su poema a cuatro
voces "Fievre puerperale". Villiers de L' Isle Adam hizo un ensayo de poema a
varias voces y Mallarmé en un ensayo estético habló de la oda, a múltiples voces.
Ejemplo de "simultaneísmo", aunque algo rudimentario, hallamos también en la
Edad Media en un poema del Arcipreste de Hita. Fuera de estas reformas no raciales, los
unanimistas y simultaneístas siguen siendo en el fondo simbolistas.
¿Cuál es la estética del creacionismo?
Para contestar necesitaría escribir un libro. En una conferencia que
dicté hace tiempo en Francia, y que consta de más de ochenta páginas, pude apenas
señalar los puntos principales mostrando la seriedad de nuestra estética.
Queremos hacer un arte que no imite ni traduzca la realidad; deseamos
elaborar un poema que tornando de la vida sólo lo esencial, aquello de que no podemos
prescindir, nos presente un conjunto lírico independiente que desprenda como resultado
una emoción poética pura.
Nuestra divisa fue un grito de guerra contra la anécdota y la
descripción, esos dos elementos extraños a toda poesía pura y que durante tantos siglos
han mantenido el poema atado a la tierra.
En mi modo de ver, el "creacionismo" es la poesía misma;
algo que no tiene por finalidad, ni narrar ni describir las cosas de la vida, sino hacer
una totalidad lírica independiente en absoluto. Es decir, ella misma es su propia
finalidad.
En general, los poetas de todas las épocas han hecho imitaciones o
interpretaciones más o menos fieles de la vida real.
Yo creo, y esto es fácil concederlo, que una obra de arte mientras
mejor imitada o interpretada esté será menos creada.
¿A qué causas obedece la supresión de la puntuación en el
creacionismo?
Creo que la puntuación era necesaria en los poemas antiguos,
eminentemente descriptivos y anecdóticos y de composición compacta; pero no así en
nuestros poemas en los cuales por razón misma de su estructura y dado que las diferentes
partes van hiriendo distintamente la sensibilidad del lector, es más lógico cambiar la
puntuación por blancos y espacios. Se comprende que al principio esto pueda causar
desorientación; pero pronto el lector, a medida que va habituándose, acepta la razón
que nos obliga a ello.
¿Son numerosos los poetas que forman el grupo creacionista?
En mi concepto, y dentro del sentido puro de nuestra estética, son
aún reducidos, aunque día a día nuestro grupo va acrecentándose con jóvenes de gran
talento y de fuerte cultura, que se lanzan estusiastamente por el nuevo camino.
¿Cuáles son las obras publicadas por los creacionistas?
Reverdy ha publicado, La lucarne ovale, Le voleur de Talau y Les
ardoises du toit, Jean Cocteau aún no ha dado a la publicidad ninguna obra; pronto
editará su poema "Le Cap de Bonne Esperance" y "Le Cocq et L'
Arlequín"; Blaise Cendrars, joven poeta suizo, acaba de publicar La guerre au
Luxemburg, Profond aujourdhui y Le Film de la fin du monde, y tenía
últimamente en prensa, Le Panamá ou les aventuras de messepts oncles.
Hay también un poeta alemán: Ruibiner, quien, a pesar de la
separación ideológica ocasionada por la guerra, sintió latir fraternalmente su
espíritu con el nuestro y quiso realizar en obras la estética creacionista, publicando
el poema "La lumiére celeste".
Hay además un joven poeta inglés, Ezra Pound, que también ha deseado
venir a nosotros y que iba a traducir a su idioma natal mi libro Horizon Carré.
¿Qué poetas españoles de hoy son creaconistas?
De los poetas jóvenes de España, los más interesantes sin duda
alguna, se han acercado a nuestro grupo. Ellos son aún desconocidos en América, pero no
por eso sus obras dejarán de tener menos importancia. Son estos: Ramón Prieto y Eliodoro
Pucha, Mauricio Bacarise, quien... [ilegible en el original]
¿Alguien presintió el creacionismo en América antes de su viaje a
Europa?
Solamente Carlos Muzzio Sáenz Peña, crítico argentino, que leyendo,
en 1916, mis versos vio claramente nuestras tendencias futuras.
¿Hay alguna escuela literaria interesante fuera de las ya nombradas?
La de los "ímaginistas", que es una escuela oriunda de
Inglaterra, con ramificaciones en Estados Unidos y Canadá. Sus principales figuras son:
Richard Aldington, director de la revista The Egoist; Skipwith Cannell, Horace
Holley, James Joyce y Ezra Pound, director de la Little Review, de New York.
Los imaginistas pretenden hacer una exposición directa del sujeto,
presentando las cosas desnudamente; sus poemas son una sucesión de imágenes de la cual
debe desprenderse la sensación total.
¿Qué opinión le ha merecido el artículo de Canssinos
Asséns sobre su obra, publicado en el primer número de Cosmópolis?
Estoy muy agradecido porque es demasiado elogioso para mí; pero me
parece que hay en él dos errores que es necesario desvanecer. En ese artículo
aparecería yo como habiendo recogido en mi libro Horizon Carré, el
evangelio práctico de Les Ardoises du toit, de Reverdy, lo cual es imposible, pues
mi obra es anterior; y además, mucho antes de conocer a Reverdy había yo escrito y
publicado en Buenos Aires casi toda la primera parte de Horizon Carré, en una plaquette
titulada El espejo de agua, algunos de cuyos poemas, como 'El hombre
triste" y "El hombre alegre", leí en esa misma ciudad en el Ateneo
Hispano-Americano el año de 1916.
No pretendo con esto dar a entender que yo haya influenciado a Reverdy,
eso sería tan falso como que él me hubiera influenciado. Fue solamente una analogía
espiritual, y así el primer día que nos hallamos en París pudimos constatarlo
leyéndonos mutuamente poesías en las cuales había cierto fondo estético semejante. Sin
embargo, fuera de este pequeño fondo semejante bastaría leer nuestras obras para
percibir la absoluta diferencia que existe entre ellas. Mientras Reverdy es un poeta
eminentemente dramático, yo creo ser un poeta puramente lírico. Además, como
usted ha visto en sus libros, Reverdy es todavía un poeta descriptivo.
El otro error de Canssinos ha sido el de incluir en nuestro grupo los
nombres de Roger Allard y Louis de Gonzaque Frick, dos poetas sin ningún valor original y
absolutamente simbolistas. También he visto mezclado en el grupo aludido los nombres de
Apollinaire y Max jacob, los cuales apenas pueden ser considerados como un puente entre el
simbolismo y nosotros.
¿Cuáles son las obras creacionistas que ha publicado usted?
El espejo de agua, Horizon Carré, Hallali, La Tour
de´Eiffel, Ecuatorial, Poemas Árticos y el ballet ruso Le Football, con
música de Stravinsky.
¿Qué obras tiene en preparación?
El poema creacionista simultaneísta "La lumiérre
Artificial", a tres voces en gramófono con nuevos procedimientos; el "Romancero
de Buffale Bill"; la pieza de teatro titulada Johohé y "Las... [ilegible
en el original] ensayo sobre La nueva estética.
Después de escuchar la ferviente voz de Huidobro, saturada
de espíritu y de verdad, sentí en mi corazón como un crecimiento de alas.
Quien lleva tanta fe en los ojos vencerá las emboscadas triunfando en
todos los caminos donde vaya su alma de viajero obsesionado por nuevas estrellas.
Para penetrarse de la esencia del creacionismo y poder estimar su
finalidad profunda es preciso analizarlo detenidamente, no con la premura con que puede
hacerlo un crítico que sólo vea las exterioridades sin desentrañar los prestigios
rotundos que brotan de cada verso, que es como un peldaño en la gran escala de la
sensación total, o sea, en el completo amasijo en el cual vibra la armonía y se destacan
diáfanamente las imágenes que dan la impresión de un mundo original, más conciso y
sugerente que el mundo nuestro monótono de vejez.
Canssinos Asséns, cuyo criterio nunca fue torcido por ruines manejos,
ha publicado en La Correspondencia de España y en Cosmopolis siete
artículos sobre el creacionismo. En ellos señala a veces con una sutileza
admirable los atributos de la nueva escuela, haciendo un firme elogio de la personalidad
de Vicente Huidobro, llegando a decir que el más alto acontecimiento artístico español
del año de 1918 era la pasada de este gran poeta por la ciudad de Madrid.
Huidobro partirá pronto a Europa donde piensa proseguir su labor
independiente y fecunda.
(El Mercurio, Santiago, 31 de agosto de 1919, pág.
4).