He aquí, en orden alfabético, las
respuestas:
VICENTE HUIDOBRO
Poeta
1ª A dos factores primordiales con sus derivados: un factor económico
y un factor sicológico o social. El factor económico puede resumirse en la crisis del
régimen capitalista, en las contradicciones de este régimen, cuyo caso patente palpamos
nosotros en la lucha de los imperialismos por la conquista de mercados y la conquista de
los países productores de materias primas. Los imperialismos extranjeros son los que
hacen y deshacen las revoluciones y los gobiernos en los países latinoamericanos. Estos
países son víctimas, más o menos inconscientes, de la lucha de los grandes países
imperialistas, principalmente Inglaterra y Estados Unidos, para dominar e implantar su
hegemonía en el mundo.
El factor sicológico-social es un epifenómeno del factor económico y
proviene de la crisis de autoridad y del avance de las ideas sociales y el retraso de sus
gobernantes. Los políticos demagogos de América se han quedado dormidos en la época
feudal. Mientras el mundo avanza, ellos siguen durmiendo a la sombra de un cocotero,
esperando que les caiga un coco, como una bomba, sobre la cabeza. Los gobernantes no
tienen prestigio, nadie cree en ellos, porque ellos no merecen que se crea en ellos.
Ninguno ha sido capaz de resolver los problemas de su país. Esto produce la crisis de
autoridad. Anda una estrofita, que se canta en guitarra, por ahí por nuestra América, y
que resume muy bien lo que digo:
Pandolfo gobierna hoy
Si Pandolfo es Presidente
También lo puedo ser yo.
Se ha visto tal desfile de presidentes analfabetos en América, que el
cantor de la guitarra está plenamente justificado para pensar que él no lo haría peor.
2ª Me parece imposible solucionar la crisis sin un cambio completo del
sistema político y económico. Este cambio lo señala el marxismo-leninismo, o sea, la
economía socialista, y no hay otra posible.
3ª El único factor esencial es adoptar los principios de la
revolución agraria e antiimperialista. La revolución social en nuestros países
latinoamericanos no puede ser una revolución social-comunista como será en los grandes
países industriales del mundo, sino una revolución agraria antiimperialista, o sea,
nacionalización de la riqueza, expulsando a los imperialistas y reparto sólo de la gran
propiedad, Dentro del materialismo histórico, éste es el paso de la evolución que
corresponde a nuestros países. No somos nosotros los que vamos a dar consignas del mundo.
Por muchos años aún seremos simples reflejos de las grandes potencias europeas,
obedeciendo cada país, en el concierto universal, a las leyes previstas por la
dialéctica histórica.
(Hoy, Año II, Santiago, 20 de octubre
de 1933, pág. 23).