Emilio Pettoruti Inauguración: 07 septiembre Cierre 21 enero 2007
Grappe de rasi, 1914 lumiére elan, 1916 Femme au café, 1917 Le philosophe, 1918 Coin du silence, 1926	Algunos contemporáneos de Pettoruti (Argentina, 1892 - París, 1971) calificaron su obra como la de un innovador abstracto que pinta como un clásico. Hoy es reconocido internacionalmente como uno de los creadores sudamericanos más vanguardistas de comienzos del s.XX. Las obras que se exhiben en la Sala Latinoamericana del museo, pertenecientes a las colecciones del MAC, son seis grabados producidos en su mayoría en Europa a comienzos de siglo y una pintura de la década del 50. Emilio Pettoruti se molestaba mucho cuando su obra era asociada restringidamente al futurismo y al cubismo europeo, según los relatos de varios críticos de la época. Y es que pese a que su biografía está muy ligada a Europa y a sus tendencias, el artista nunca se sometió a sus estrictos cánones, sino que marcó su obra con un sello personal y latinoamericano. Su talento se manifestó tempranamente, según el crítico de arte Rafael Squirru: "Pensemos que entonces apenas tenía 20 años, y que ya está presente la preocupación por el plano y lo que es aún más interesante su tratamiento de la luz (…) Es importante tener en cuenta que al igual que Picasso en su período 1916 - 26, Pettoruti trabaja en simultaneidad en ambos estilos el figurativo y el abstracto-cubista". De esta época son la mayoría de las litografías presentes en la exposición: Le Grappe de raisin (1914), Lumière - elan (1916), Femme au café (1917) y Philosophe (1918). Viajó becado a Florencia en 1913 donde asistió a la Academia de Bellas Artes. Recorrió varias ciudades italianas para estudiar a los maestros del renacimiento y en Milán adhirió al grupo de los futuristas, con los que expuso en Italia y Alemania. Posteriormente vivió en París donde conoció a Picasso y Juan Gris. De este último recibió una importante influencia. Tras seis meses de permanencia en la capital francesa, en julio de 1924, regresó a Buenos Aires. De acuerdo al testimonio de su compatriota y artista, Xul Solar a su regreso de Europa, Buenos Aires registraba incipientemente el impacto del arte nuevo. "El retorno de Pettoruti está mediado por su experiencia previa y por su inserción de un lado preciso del debate artístico: el de la ruptura", comenta. De su relato conocemos también la importancia del contacto que Pettoruti estableció con los promotores de la revista Martín Fierro, foro de la nueva sensibilidad de las generaciones de avanzada que abogaban por la creación de un arte nuevo (Córdoba Iturburu, 1949). A los pocos meses, Pettoruti realizó una pequeña exposición con trece cuadros en la Galería Witcomb que provocó un importante escándalo en el mundo artístico bonaerense. Por primera vez, obras abstractas de un artista nacional eran expuestas al público argentino. Xul publicó una columna de opinión en la revista Martín Fierro, encargada de situar la obra del artista y debatir con el resto de la crítica, confundida ante estas pinturas alejadas del naturalismo. Squirru aporta al relato al indicar que entonces "las mejores plumas sobre el arte argentino se ocuparon de la obra de Pettoruti (…) Pagano, Córdoba Iturburu, Chiabra Acosta (Atalaya), Estarico, Romero Brest, Brughetti… Julio Payro". De hecho, Córdoba Iturburu, opinó que "todas esas obras revelaban un dominio técnico verdaderamente excepcional entre nosotros, una decantada asimilación de las corrientes estéticas más avanzadas del momento, un conocimiento profundo, incorporado al acervo de su sensibilidad y sus medios expresivos, de los elementos estructuradores de la obra de los grandes maestros". Pettoruti había vuelto con la intención de impulsar en su país la formación de un "arte decorativo americano" basado en la síntesis de elementos del arte primitivo americano: "En el arte incaico, en el azteca, existe un venero inagotable de motivos pictóricos. El gaucho es esencialmente decorativo. Sus prendas engalanan pintorescamente su figura". Las litografías Coin du silence (1925), Pastèques (1936) y la pintura Mediodía (ca. 1950), producidas durante su residencia en Buenos Aires son parte de la muestra. Futuro en América "Le diré solamente dos palabras de mi vida pasada", dijo Pettoruti en una entrevista a la publicación El Argentino, de la Plata en 1924 y agregó- "Deseo hablar siempre del presente: lo pasado ha muerto, debemos enterrarlo; el hombre debe caminar sin volver la vista, siempre con la mirada puesta en el porvenir. A Europa fui a estudiar y no a pintar como hacen muchos de nuestros becarios. Naturaleza pródiga tenemos aquí. El país encierra tanta belleza virgen como es imposible encontrarla en el viejo continente. Mis obras de valor, si es que valen, las crearé entre los cincuenta y los setenta años". Algunos contemporáneos calificaban su obra como la de un innovador abstracto que pinta como un clásico. Para Pettoruti, en cambio, la pintura era principalmente luz y color, según narra en su autobiografía Un pintor ante el espejo (1966): "No sé por qué. O mejor dicho lo sé. Porque en el sol y en la luz, encontré desde pequeño los mayores misterios, y porque estos elementos naturales ejercieron sobre mí, en razón de su propio sigilo, una atracción muy extraña... de ahí a pensar en aferrar el sol y meterlo en el hogar, que ha sido siempre uno de los grandes propósitos del hombre, mediaba únicamente un paso, y lo franqueé con resolución en los bocetos de 1939. Pienso hoy todavía que fue una creación absoluta, y que de haberla desarrollado en otras latitudes, (no en otros tiempos) su aceptación y sobre todo su repercusión hubieran sido mayores". A comienzos de la década de los 40 - ya reconocida su obra internacionalmente- recorrió los museos de Estados Unidos, invitado por el Comité de Relaciones Interamericanas Artísticas e Intelectuales. Un año más tarde varios de sus trabajos fueron adquiridos por el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo de Arte de San Francisco. A Chile viajó bastante durante la década de los 50 para visitar a parientes de su señora, la chilena María Rosa González. Durante sus estadías participó en talleres de verano de la Universidad de Chile, donde tuvo como alumnos a artistas como Elsa Bolívar, Aída Pobrete, Hernán Gazmuri y Ramón Vergara Grez, impulsores de la abstracción en nuestro país. Emilio Pettoruti (La Plata, 1892 - París, 1971). Estudió en la Academia de Bellas Artes de La Plata y se inició como caricaturista. Tras su primera exposición fue becado por el gobierno argentino a Italia donde estudió a los clásicos y contactó a los futuristas. Estuvo en Alemania y Francia donde expuso su obra y se vinculó además con los cubistas. A mediados de 1924 regresó a Buenos Aires. A fines de los 20 fue nombrado director del Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata. En 1940 realizó una muestra retrospectiva en los Amigos del Arte de Buenos Aires. En 1950 expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago invitado por el gobierno chileno. En 1953 se radica en París. Tres años después recibió el Premio Continental Guggenheim de las Américas y fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina. Publicó sus memorias, Un pintor ante el espejo, en 1966. INFORMACIONES Museo de Arte Contemporáneo MAC / +56-2-9771743 / Parque Forestal Sin número/ Metro Bellas Artes Ximena Villanueva G. Prensa y comunicaciones - prensamac@uchile.cl Horarios MAC: martes a sábado de 11:00 a 19:00 hrs. Domingos de 11:00 a 18:00 hrs. Adhesión MAC: $600 adultos, $400 3ª edad y estudiantes. Estudiantes Facultad de Artes, U. de Chile: gratis

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