Historia
               

MACFacultad de Artes

RAOUL DUFY (1877-1953)

Hace unos días ha muerto Raoul Dufy, uno de los pintores sobresalientes de nuestra época. Figuró entre los fauves, con quienes estuvo en el célebre Salón de Otoño de 1905, al lado de Matisse, Derain, Vlaminck, Braque, Rouault, Friesz, Dufresne y Dunoyer de Segonzac, que levantaban su heterodoxia desafiante contra la frialdad de los neoimpresionistas. En aquel grupo combativo se fortaleció, a comienzos de siglo, el intenso espíritu experimentalista que ha caracterizado a la pintura de los últimos decenios. Ansias insurgentes los agitaban, y en ellos latía el germen de innovaciones futuras, desde la abstracción hasta el lenguaje onírico. Deslumbrados, tras Gauguin y Van Gogh, por las artes exóticas, se revelan los fauves contra la meticulosidad del puntillismo y contra el laborioso sistema contemplativo de Cézanne. Persiguiendo un fin de liberación plástica, subordinan el tema del cuadro al dibujo biotridimensional y arrojan con atrevimiento su pintura sobre la tela para producir ricas superficies de innumerables matices de color, tonos a menudo violentos o chocantes, o bien -como Derain y Dunoyer de Segonzac- experimentan encerrándose en una paleta voluntariamente limitada.

Dufy ocupa un lugar importante en el punto de emergencia del Fauvismo, principalmente gracias a su descubrimiento de que el color puede ser tratado con independencia del dibujo. Pero la evolución de los fauves condujo a la creación de estilos personales diferenciados que se fueron distanciando entre sí, de modo que nuestro pintor, en su madurez, se alejó considerablemente de la actitud que guiaba sus primeros pasos. Después de haber seguido, con sus compañeros de empresa, la tendencia expresiva, se vuelve hacia la tendencia plástica, al mismo tiempo que se le revela el valor de Cézanne, que había desconocido hasta entonces. Por eso, y por los rasgos más singulares de su personalidad, habrá que considerarlo como a un fauve marginal o, como alguien dijera, una especie de Brummel del Fauvismo, el continuador de una tradición de dandysmo artístico que incluye a Delacroix y Baudelaire.

Dufy nació en Le Havre y allí vivió hasta los 20 años, con su familia de burgueses cultivados y pobres. A temprana edad debió abandonar sus estudios y entrar a una casa de importaciones. En la noche asistía a cursos de la Escuela de Bellas Artes local, donde encontró a Othón Friesz, que sería su amigo de toda la vida. Si no hubiera obtenido en 1900 una beca para la Escuela de Bellas Artes de París, habría sido acaso sólo un pintor dominical. En París se enamoró de los impresionistas, pero, después de exponer una vez en el Salón de los Artistas Franceses, viró hacia los Independientes y el Salón de Otoño, y fue hondamente influido por el arte y los principios de Matisse.

Halló entonces su originalidad en el color, franco y delicadamente expresivo, y en el movimiento, que podía producir con maestría gracias a su extraordinaria virtud de dibujante. Su técnica favorita fue la acuarela, pero en todas sus obras se advierte su tendencia al grafismo, a la caligrafía decorativa, al arabesco de la línea que evoca las estampas japonesas. Fue un grafista que pintaba como un artista chino, escribiendo con la punta del pincel de modo tal, que el cuadro era para él una composición de signos antes que una arquitectura de formas. Se ha dicho que sus obras son epigramas pictóricos. Pero es la suya también una pintura de luz y matices, pintura aérea que parece hecha por un pájaro en vuelo que percibe las armonías más sutiles y las traduce con una delicadeza de toque evocadora de manos sin peso, capaces de interpretar la pureza del cielo y la liviandad del aire. Con el arabesco entreteje enrejados que se sostienen por tensiones y contratensiones que se equilibran, y del infantilismo extrae lo que éste tiene de elegancia, de juego espontáneo de colores y de líneas.

La influencia de Dufy sobre la sensibilidad visual de nuestro tiempo se ejerció especialmente en el campo de la ilustración -que él renovó más que ningún otro- y de las artes aplicadas. Fue un notable pintor de tapices, ceramista y diseñador de telas. Aun inventó procedimientos de impresión directa sobre la tela y modelos de nuevas sedas estampadas con festivales figuras de pájaros y flores. En 1936 ejecutó, en Beauvais, un gran conjunto de sillas y biombos sobre el tema de París, y en 1941 la serie que llamó "el alegre verano", tapicería en lana, con tintura sintética, realizada en Aubusson. Antes había decorado el vestíbulo del Pabellón de la Luz en la exposición de París de 1937, para la cual Picasso compuso su célebre Guernica.

Pintor que viene inmediatamente después de los mayores de este siglo, Dufy, como Giraudoux en la literatura, es uno de los que más poéticamente representan el espíritu de entre las dos guerras. En aquel intervalo de calma efímera, recortaron momentos de alegría apolínea, de juego de la inteligencia y los sentidos, volviéndose hacia aquello que, por encima de las cosas que pesan sobre la tierra, es ingrávido y vuela.

Luis Oyarzún Peña. La Nación, 12 abril, 1953, p. 10.

 

 

 

 
Sitio desarrollado por SISIB - Universidad de Chile