Boris Campos, Mala noticia
El trabajo de Boris Campos (Santiago, 1984) revisa la lira popular chilena (1860-1930), poesía en décima ilustrada con xilografías, que llevaron el relato oral a lo escrito, especialmente los hechos trágicos de la vida cotidiana.
Al igual que su referente literario, la obra Mala noticia utiliza como sustrato las noticias de los periódicos, especialmente los hechos trágicos propios de la crónica policial. Boris Campos busca temáticas emocionales fuertes -como la muerte, la angustia, la tortura, el sufrimiento- y rearticula la noticia mediante la utilización del dibujo y la xilografía con trazos a veces infantiles, haciendo énfasis en el trauma que puede haber provocado en uno de los protagonistas del hecho o en un testigo.
El artista hace referencia a la forma en que cada persona justifica su presente de acuerdo a como narra su pasado que, para el autor, está constituido por señales débiles y vestigios fragmentados de hechos: "Un acontecimiento se llena de sentido en el momento mismo en que ficcionamos su historia. De esa manera tomamos nuestro pasado para rearticularlo dislocadamente en nuestro presente y llenarlo de sentido", comenta.
Para Boris Campos el uso de la técnica de la xilografía impresa a mano –especialmente del frottage, que consiste en transferir al papel o al lienzo las superficies mediante la fricción– junto con la estética caricaturesca de los personajes, permite hacer patente la violencia del dibujo y del acontecimiento. "La idea de que es algo irrepetible e imborrable, que sólo se puede seguir agregando, pero no quitando".
Francisco Brugnoli señala que el trabajo de Campos –egresado de Bellas Artes de la Universidad Arcis– puede ser calificado como "la nueva lira popular" ya que existe una interesante coincidencia en sus aspectos formales y temáticos, siendo su principal fortaleza el uso de todos los tipos de grabados sobre la tela cruda.
Héctor Sáez, Desollado.
La obra de Héctor Sáez (Yumbel, 1961) se caracteriza por una serie de operaciones de desplazamiento pictórico que buscan potenciar la relación del espectador con la pintura, vinculando las posibilidades formales de la disciplina pero generando las condiciones para que sea híbrida y cree lazos de intercambio expresivos con técnicas como la fotografía y la monocopia, utilizando como soporte plástico PVC adhesivo.
El punto de partida de la obra Desollado es una fotografía polaroid del padre del artista, quien está aquejado del mal Alzheimer y aparece semi escondido en un ambiente doméstico. Con esa imagen Sáez realiza un óleo figurativo de gran formato (4.45 X 5.35 metros), el que posteriormente es sometido a un proceso que el artista denomina "desollamiento", consistente en desprender la pintura de la tela con una espátula. Los fragmentos del original son exhibidos utilizando una lámina plástica adhesiva transparente, frente a los vestigios del original.
Según el autor, la superación del límite del cuadro se instala como un acto desacralizador de lo pictórico e intolerante respecto a la tradición. Este empoderamiento sobre la tela, concuerda con el acto de pintar al padre y rearticular su imagen en otro lugar. La existencia del plástico que cubre los fragmentos del original -generando una nueva imagen- funciona como "una imperfecta ocultación amnésica".
Brugnoli vislumbra en esta obra una vinculación del tema con la técnica: "El gesto de desollamiento permite que el soporte matricial, que lleva la imagen del padre, sea desplazado a un residuo, funcionando así una operación simbólica que alude al concepto de memoria y huella".
El autor ha expuesto colectivamente en Crónicas diferidas en el Museo Internacional de la Gráfica, Chillán y en Hijos de la Constitución, el Museo de Arte Contemporáneo, entre otros. En el 2007 fue premiado con el tercer lugar en el Concurso Marco A. Bontá, con su obra D-recortes, la cual pasó a ser parte de la Colección del MAC ese mismo año.
Katerina Gutiérrez, Con-ciencia nacional
Una máquina extractora de aire modificada por Katerina Gutiérrez (Santiago, 1978) realiza un curioso mecanismo gráfico: absorbe el material particulado suspendido en el aire (esmog), pasa por un negativo de matriz y luego, tiñe una tela virgen previamente intervenida por la autora. El resultado es una serie de telas con diversos motivos realizada exclusivamente con la saturación de esmog.
En una alusión conceptual y técnica a la heliografía -invento desarrollado por J. Niepce a comienzos del 1800, consistente en exponer a la luz por un determinado lapso, ciertas superficies fotosensibles para se quemen en distinto grado generando una imagen-, Gutiérrez bautiza a sus obras como eoligrafías ya que tienen como sustrato las partículas sólidas del aire (eolo: viento) y están destinadas, al igual que los daguerrotipos, a deteriorarse con el paso del tiempo.
Gutiérrez trabaja esta técnica –que alude al grabado por la existencia de una presión externa en la producción artística- hace cinco años. Su artefacto gráfico y las obras resultantes han sido expuestas en Milán, en las exhibiciones Facciamo Pace?, Periplo –Migrazioni 2007, Arte Ambiente y Eoligrafía, estas dos últimas en Gheroarté. En el MAC exhibirá la máquina modificada funcionando y una serie de telas que tendrán relación directa con el concepto de ciudad y planimetría, a través de obras con motivos reticulares y de diagramas.
Para Francisco Brugnoli resulta destacable el gesto de saturación y exceso que subyace tras el método de la artista: el aparataje que representa la puesta en escena de la máquina funcionando, el sistema gráfico por impregnación que realiza el esmog y el vertiginoso ritmo con que la artista crea, ya que si la máquina está dispuesta en un lugar contaminado, en una semana está lista una tela. |