Columna "Buenas Tardes" Ornitología poética por Oreste Plath Diario "La Estrella" de Valparaíso, Chile, viernes 19 agosto 1988, p. 4
Poetas y escritores se han preocupado por las aves del cielo: Pedro Prado, en "Pájaros errantes"; el poeta Augusto Winter, en su famosos poema de antología "La fuga de los cisnes"; Gabriela Mistral, recuerda a las alondras cuando bajan a las manchas de trigo; Pablo Neruda, en "Arte de pájaros", somete la expresión de la pajarería chilena a la máxima transparencia; Mariano Latorre, en "La isla de los pájaros" y "Choroy de oro", le da presencia a las gualas y al chucau; Ernesto Montenegro, en "Cuentos de mi tío Ventura", hace jugar una partida de chueca a los pájaros; Carlos Acuña, en "Vaso de Arcilla", baladas y poemas, levanta la presencia del pidén; Marta Brunet, en "Cuentos para Marisol", narra las historias de los albatros y de las loicas, porque tienen el pecho colorado; el poeta Antonio de Undurraga, en su obra "Zoo subjetivo", presenta a los cisnes de cuello negro que adornan las lagunas y ríos, en su poema "Genealogía del cisnes". Antenor Orrego, en "Escritura de pájaros", poemas dedicados a los niños, les dice que la diuca cuenta monedas y alquila su rama verde en el hotel "La Arboleda". El periodista, comediógrafo y poeta Lautaro García en "Romancero de pájaros", con gran conocimiento del medio campesino, morosamente describe al hombre, el paisaje y a los pájaros. Juvencio Valle, que nació a la sombra de todos los pájaros de Chile, en "pajarería chilena", se preocupa del tiuque. Mario Ferrero, en "Fauna simpática de Chile", habla del ave símbolo, el cóndor. El poeta y escritor Andrés Sabella, que construyó un "vecindario de palomas", un palomar poético, en su obra "Chile, fértil provincia", recuerda con nostalgia que en su casona de infancia había una lorita de larga vida, de memoria persistente, alborotada, zafada y que cada vez que desfilaban los regimiento, volaba al balcón y gritaba con su vozarrón de vieja soprano, el más tremendo ˇViva Chile! Enrique Valdés, músico y escritor, en "Ventana al sur", abierta de par en par al paisaje alsenino, hace ver el vuelo de las aves poderosas, los cóndores; el quietismo de los tiuques; al tierno y dicharachero chercán, y al chucau, que por aquí camina, parecería que ha perdido el oficio de volar, pero no ha olvidado su canto de buen y mal augurio.
|