Columna "Buenas Tardes"

Ecología y escultura

Diario "La Estrella" de Valparaíso, Chile 13 diciembre 1991, p. 4

Don Federico Albert, botánico alemán considerado en Chile como el iniciador de la contención de las dunas en el litoral. Nació en Berlín y se educó en el Gimnasio Real de esa ciudad. En Munich estudió anatomía, embriología y microscopía. Allí aplicó diversos métodos científicos para la conservación de esqueletos.

En 1988 fue contratado por el Gobierno de Chile como preparador del Museo Nacional de Historia Natural. Una muestra de su eficiente trabajo es el esqueleto de la ballena que se encuentra hasta hoy día en perfectas condiciones en dicho Museo y que Albert transportó desde Valparaíso.

Acompañó al naturalista Rodulfo Amando Philippi en su exploración científica al sur del país.

Albert fue el descubridor del primer ictiosauro chileno. A su pluma se debe la primera Guía del Museo Nacional y las obras "La langosta de Juan Fernández", "las aves chilenas", "El cultivo del pejerrey", "Las ostras de Chile", "Los crustáceos de Chile", "Las plantas leñosas de Chile", "Las plantas industriales de Chile" y numerosos ensayos publicados en los Anales de la Universidad de Chile y en la "Revista chilena de Historia Natural"

En parque y jardines públicos hay como recuerdo unas piedras que destacan su cariño a la naturaleza.

El Alcalde de Chanco en conjunto con la Corporación Nacional Forestal está organizando una Feria Ecológica para la preparación del medio ambiente. La actividad es un homenaje a Federico Albert, hay que recordar que este estudioso lucho por la contención de las arenas en Chanco, incorporando la doca rastrera que sujeta el avance de la arena.

Don Federico Albert, fue padre del escultor Totila Albert nacido en Santiago. Su primera formación como escultor la efectuó en Alemania, en la ciudad de Berlín, en la cual vivió desde 1915 hasta los comienzos de la Segunda Guerra en 1939. Allí tuvo su taller y allí surgieron sus primeras obras, que desaparecieron sepultadas por el conflicto bélico.

En 1940 la Universidad de Chile le otorga la cátedra de profesor extraordinario de escultura. En 1953 crea su propia Academia que atendió hasta su muerte.

Entre sus obras ubicada dentro de la tendencia modernista, sobresale el "Monumento a Rodó" con las figuras simbólicas de Ariel y Calibán; y la "Maestra", sobre la tumba de don Pedro Aguirre Cerda, cuyo lema era "Gobernar es Educar".