IX |
Ahora que ya revelé
mi secreto quisiera despedirme de todos ustedes en total armonía conmigo mismo con un abrazo bien apretado por haber llevado a feliz término la misión que el Señor me encomendó cuando se me apareció en sueños hace la miseria de 22 años juro que no le guardo rencor a nadie ni siquiera a los que pusieron en duda mi virilidad sepan esos reverendos señores que soy un hombre totalmente normal y perdonen si me he expresado en lengua vulgar es que ésa es la lengua de la gente.
de Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (Santiago, Ganymedes, 1979)
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