LA DONCELLA Y LA MUERTE |
Una doncella rubia
se enamora De un caballero que parece la muerte. La doncella lo llama por teléfono Pero él no se da por aludido. Andan por unos cerros Llenos de lagartijas de colores. La doncella sonríe Pero la calavera no ve nada. Llegan a una cabaña de madera, La doncella se tiende en un sofá La calavera mira de reojo. La doncella le ofrece una manzana Pero la calavera la rechaza, Hace como que lee una revista. La doncella rolliza Toma una flor que hay en un florero Y se la arroja a boca de jarro. Todavía la muerte no responde. Viendo que nada le da resultado La doncella terrible Quema todas sus naves de una vez: Se desnuda delante del espejo, Pero la muerte sigue imperturbable. Ella sigue moviendo las caderas Hasta que el caballero la posee. De Versos de salón (Santiago, Nascimento, 1962)
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