VERSOS SUELTOS |
Un ojo blanco no me
dice nada Hasta cuándo posar de inteligente Para qué completar un pensamiento ¡Hay que lanzar al aire las ideas! El desorden también tiene su encanto Un murciélago lucha con el sol: La poesía no molesta a nadie Y la fucsia parece bailarina. La tempestad si no es sublime aburre Estoy harto del dios y del demonio ¿Cuánto vale ese par de pantalones? El galán se libera de su novia Nada más antipático que el cielo Al orgullo lo pintan de pantuflas: Nunca discute el alma que se estima. Y la fucsia parece bailarina. El que se embarca en un violín naufraga La doncella se casa con un viejo Pobre gente no sabe lo que dice Con el amor no se le ruega a nadie: En vez de leche le salía sangre Sólo por diversión cantan las aves. Y la fucsia parece bailarina. Una noche me quise suicidar El ruiseñor se ríe de sí mismo La perfección es un tonel sin fondo Todo lo transparente nos seduce: Estornudar es el placer mayor Y la fucsia parece bailarina. Ya no queda muchacha que violar En la sinceridad está el peligro Yo me gano la vida a puntapiés Entre pecho y espalda hay un abismo Hay que dejar morir al moribundo: Mi catedral es la sala de baño Y la fucsia parece bailarina. Se reparte jamón a domicilio ¿ Puede verse la hora en una flor? Véndese crucifijo de ocasión La ancianidad también tiene su premio Los funerales sólo dejan deudas: Júpiter eyacula sobre Leda Y la fucsia parece bailarina. Todavía vivimos en un bosque ¿No sentís el murmullo de las hojas? Porque no me diréis que estoy soñando Lo que yo digo debe ser así Me parece que tengo la razón Yo también soy un dios a mi manera Un creador que no produce nada: Yo me dedico a bostezar a full Y la fucsia parece bailarina. De Versos de salón (Santiago, Nascimento, 1962)
|