Cómo se recuerda un crimen es un proyecto de investigación transdisciplinar que reflexiona en torno al territorio y memoria de la Villa San Luis de Las Condes, “proyecto de viviendas sociales construidas durante la Unidad Popular y que luchaba contra la segregación espacial-urbana, y que durante la dictadura militar y el boom inmobiliario, fue transformada por medio de la violencia, modificando de manera radical relaciones socio/espaciales de quienes la habitaron”.
El equipo está compuesto por mujeres, tanto estudiantes como egresadas de la Universidad de Chile, provenientes de las carreras de Actuación Teatral, Diseño Teatral y Arquitectura: Camila Milenka (co-directora), Cecilia Yáñez Ortiz (co-directora), Amanda Bazaes (diseñadora escénica), Josefina Cerda Puga (artista Sonora), Javiera Chávez Skonik (arquitecta) Melissa Thomas (arquitecta) y Belén Herrera (performer).
Este proyecto fue uno de los 21 seleccionados de la iniciativa universitaria Premio Azul 2019-2020, fondo de la Universidad de Chile destinado a financiar proyectos estudiantiles que aporten en distintas áreas de desarrollo.
A continuación el equipo responde a la siguiente entrevista con respecto a la adjudicación del Premio Azul, el proyecto en general y cómo la pandemia les ha afectado.
¿Qué significó para ustedes el poder ser unas de las seleccionadas del Premio Azul 2019-2020?
Es una oportunidad para asegurar la realización del proyecto y poder vincularnos con un objetivo artístico con compañeras de diferentes disciplinas desarrolladas en la Universidad. Además de tener la tranquilidad de poder investigar sabiendo que tenemos el fondo para la producción, el fondo nos vincula a la comunidad universitaria, que representa parte de nuestro público objetivo: personas jóvenes que desconocen el caso de la villa y que han vivido en la ciudad heredada del modelo de la dictadura.
Además, durante la investigación dimos con que el terreno en el que se proyectaba el conjunto habitacional de la Villa San Luis está directamente relacionado con la Universidad de Chile, ya que eran dueños del paño que hoy es el Parque Araucano: se alcanzó a realizar un centro deportivo de la Universidad (que incluía una piscina pública) y también allí se construiría el estadio de la U.
Quisiéramos que en las experiencias que generemos les asistentes se proyecten desde el pasado hasta hoy, viendo cómo se hubiesen modificado sus vidas con determinados sucesos asociados a la villa, y nos parece interesante pensar en conjunto, cómo se hubiese modificado la infraestructura, el espacio y el habitar la universidad, en un diferente Chile.
¿Qué acciones contempla este proyecto?
Hace un año partimos la etapa de investigación de la que ya hicimos una apertura de proceso a inicios de agosto llamada “Experiencia de Memoria barrial”, en la que socializamos nuestros primeros avances de forma virtual, debido al confinamiento, con 2 jornadas en la que tuvimos una muy buena recepción y convocatoria. Ahora, nos encontramos en la etapa de creación de nuestras dos acciones principales, la instalación y el recorrido sonoro. Este último formato está inserto en el Programa de Acompañamiento 2020 de la Compañía Teatro Niño Proletario ya que fuimos seleccionadas como la compañía de jóvenes creadoras de este año, y realizaremos una segunda apertura en noviembre de este año para estrenar el recorrido sonoro en enero del 2021.
En cuanto a la instalación, este proceso culminará con su muestra durante abril y mayo, período en el que proyectamos una segunda temporada del recorrido para que se pueda asistir a ambas experiencias. Si bien nuestros tiempos de lanzamiento se han dilatado, la pandemia también nos ha permitido profundizar en cómo concebimos el hogar y el habitar hoy. Además el repensar nuestras formas debido a los protocolos que serán necesarios por las condiciones sanitarias nos parece interesante como creadoras, ya que tenemos asumimos el desafío de explorar posibles respuestas sobre cómo realizar nuestras prácticas hoy cuando los teatros están cerrados, y la reunión con los otros se ve reconfigurada.
¿Por qué el nombre “Cómo se recuerda un crimen(?)”?
Surge de una exploración dramatúrgica en la que intentamos bajar toda la información que estábamos integrando y a la vez las sensaciones e ideas que nos rondaban sobre este caso cuando partimos. Nos gustó el nombre como una pregunta porque invitaba a la indagación, a reflexionar permanentemente y como creadoras nos provocaba a ofrecer diferentes respuestas en cuanto a los procedimientos para abordar el tema y las formas que pudiesen resultar de ello.
Durante el proceso nos hemos dado cuenta que estamos realizando un tejido, atando cabos y uniendo memorias personales a un crimen que aparentemente no nos repercute; pero las mismas bases que permitieron cometer un crimen habitacional en dictadura y ser silenciado con la vuelta a la democracia, son los mismos cimientos que nos movilizaron a manifestarnos desde el 18O; nuestra historia colectiva y personal está forjada por el apogeo del neolibralismo. Estas relaciones las generamos al tomar la pregunta como una acción, un peritaje que nos permita también cuestionar. ¿Cuáles son los crímenes que no se recuerdan? y a desde el conflicto patrimonial que protagoniza la villa hoy ¿Dónde podemos recordar? ¿Tenemos derecho a la ciudad? ¿A la vivienda? ¿Al hogar? ¿Cuántos derechos humanos hay por metro cuadrado?
Próxima actividad
Este domingo 11 de octubre a las 18.30 hrs -vía Youtube del proyecto- llevarán a cabo el Conversatorio "Derecho a Vivienda y nueva constitución", que tendrá como expositores a Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura; Valentina Saavedra, de la Escuela Abierta Mujeres y Ciudad INVI FAU; Paola Jirón, directora del Núcleo Milenio Movilidades y Territorios; Antonieta Miranda y María Cáceres de la Fundación Villa San Luis de las Condes; y Florencia Pinto, Directora Derecho Público de ABOFEM.