Muestra itinerante

Observatorio Europeo Austral selecciona propuesta Uchile para exposición sobre sus descubrimientos astronómicos

Propuesta de FAU fue seleccionada por ESO para exposición itinerante
El Observatorio Europeo Austral (ESO) opera tres de los más importantes sitios de observación astronómica del mundo en el Desierto de Atacama: La Silla, Paranal y Chajnantor.
El Observatorio Europeo Austral (ESO) opera tres de los más importantes sitios de observación astronómica del mundo en el Desierto de Atacama: La Silla, Paranal y Chajnantor.
La propuesta consiste en la experiencia inmersiva que se aproxime de distintos modos a la acción de estar presente en cada sitio, y para ello la muestra propone desplegar tres tipos de inmersión: una real, una escalar y una virtual.
La propuesta consiste en la experiencia inmersiva que se aproxime de distintos modos a la acción de estar presente en cada sitio, y para ello la muestra propone desplegar tres tipos de inmersión: una real, una escalar y una virtual.

A través de un convenio de colaboración, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) y el Observatorio Europeo Austral (ESO) realizarán una exposición itinerante que dará a conocer los tres sitios de observación de ESO en Chile y los descubrimientos astronómicos más relevantes realizados gracias a la observación realizada en ellos.

La unidad de extensión de ESO realizó una alianza con un equipo de académicos y estudiantes de la FAU, liderados por la profesora Cecilia Wolff, arquitecta experta en luz natural. A través de modelos arquitectónicos de diverso tipo que incorporan fenómenos ópticos y lumínicos, se dará a conocer parte de la labor de esta importante organización intergubernamental de ciencia y tecnología que reúne a 16 Estados de Europa. 

El Observatorio Europeo Austral (ESO) opera tres de los más importantes sitios de observación astronómica del mundo en el Desierto de Atacama: La Silla, Paranal y Chajnantor, desde donde se recolecta información del Universo que es clave para asombrosos y permanentes descubrimientos astronómicos. Estos sitios son verdaderas joyas tecnológicas que han posicionado a Chile como capital de la astronomía mundial. Además de ellos, ESO está construyendo “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”, llamado Extremely Large Telescope o ELT, ubicado en Cerro Armazones, que será operado como parte del Observatorio Paranal.

La exposición se inaugurará en el mes de octubre, para luego recorrer el país, iniciativa que fue sellada en un convenio firmado por Jean-Michel Bonneau, Gerente de Administración en Chile de la Organización Europea para la Observación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO) y Manuel Amaya, decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.  

Sofía Otero, responsable de Extensión de ESO en Chile explica que la idea del proyecto de exposición itinerante es crear materiales atractivos que puedan dar a conocer los tres sitios de observación, La Silla, Paranal y Llano de Chajnantor, sus telescopios, los descubrimientos que allí se realizan y la diversidad de profesionales que allí trabajan. La exposición pretende presentarse en festivales científicos, conmemoraciones astronómicas, congresos, universidades, colegios, liceos, etc. Buscábamos crear módulos participativos para mostrar cómo son los observatorios, cómo se siente habitar esos lugares a través de elementos que involucraran los sentidos de la audiencia”.

Respecto de la propuesta presentada por el equipo de la U.Chile, Sofía Otero agregó que en la FAU encontraron a "un equipo idóneo, igualmente apasionado que nosotras por la fascinante obra astronómica que realiza ESO, un equipo que reflexiona sobre la importancia de la luz y cómo interactúa con el espacio, o cómo puede ser conducida para propósitos específicos,  que es de alguna forma algo similar a lo que hace la astronomía, pero desde una perspectiva que es muy enriquecedora para trabajar el concepto de la exposición itinerante".

También, agregó, "tienen puntos de vista interesantes sobre cómo se han levantado los observatorios como pequeñas ciudadelas en el desierto, y proporcionan ideas interesantes desde su quehacer para comunicar este aspecto urbanista en la exposición”.

El equipo de trabajo es dirigido por Cecilia Wolff, académica del Departamento de Arquitectura, en conjunto con un equipo de trabajo que integran Mauricio Loyola, académico y coordinador del Grupo de Investigación en Entornos Virtuales (VER), Matías Carvajal, estudiante del Magister de Arquitectura y ayudante de Taller, y Consuelo Montoya, estudiante de pregrado, quienes elaboraron una propuesta de tres estaciones modulares que mostrarán a través de diversas herramientas y fenómenos físicos, los tres sitios de observación astronómica de ESO, especialmente adaptados para una itinerancia por todo el país. La propuesta consiste en la experiencia inmersiva que se aproxime de distintos modos a la acción de estar presente en cada sitio, y para ello la muestra propone desplegar tres tipos de inmersión: una real, una escalar y una virtual. 

“La idea que subyace en toda la muestra es el contraste entre la naturaleza y la tecnología, un rasgo evidente en la astronomía. Un observatorio es el objeto más avanzado tecnológicamente que puede existir, pero a la vez explora la naturaleza porque el universo es la naturaleza. Y a la vez se levanta sobre un cerro del desierto que es naturaleza también y analiza la luz, que es naturaleza en estado puro. Hay un contraste muy evidente entre lo crudo de la naturaleza observada y la sofisticación tecnológica de un telescopio. La muestra quiere tomar esa dualidad y explorarla a través de la materia con la que construímos esa tecnología: vidrio, metal, madera, algodón, papel, etc. en contraste con los fenómenos físicos y ópticos de la luz”, explicó la académica Cecilia Wolff. 

Parte del equipo de trabajo viajó al Observatorio La Silla el pasado mes de mayo, a conocer el sitio real y a recolectar información planimétrica puesto que varios telescopios de ese observatorio datan de inicios de los '60 y no se encuentran digitalizados. Al respecto, la estudiante Consuelo Montoya, quien viajó junto al equipo, relató que “he estudiado y trabajado con la luz y el color desde lo teórico, y ahora lo estoy viendo aplicado. Haber visitado el lugar me sirvió para ver cómo funcionan los telescopios. Pude apreciar todo lo que he estudiado y este proyecto me permitirá llevarlo a otra escala”. 

 “Trabajar con la FAU, con la Universidad de Chile, nos permite generar equipo con un grupo humano creativo, personas con experiencia y personas en formación, en distintas dimensiones educativa, lo que es un elemento importante para la comunicación de la ciencia y contexto bajo el cual se enmarca una exposición de observatorios astronómicos para público no experto. Trabajar con la Universidad es un aporte para nosotras también porque, además de la perspectiva visionaria que entregan sus académicos y estudiantes, cuenta con un respaldo de laboratorios y talleres que nos permite desarrollar localmente los elementos necesarios para el proyecto, prototipar, ensayar y re enfocar, todo en un mismo lugar. Ha sido una colaboración beneficiosa para ambas partes”, puntualizó Sofia Otero.