Fin al pase de movilidad y opcionalidad de las mascarillas:

Los desafíos psicológicos y sociales del nuevo escenario de apertura frente a la pandemia

Desafíos psicológicos frente al escenario de apertura por la pandemia
mucha gente en pasos de zebra
El desarrollo de miedos a transitar por parte de muchas personas, como la agorafobia, se encuentra entre los principales trastornos producto de la pandemia.
persona triste en su habitación
Pese al escenario de mayores libertades frente a la pandemia, especialistas señalan que los trastornos adaptativos producto de la pandemia se mantienen y llaman a un periodo de ajustes similares a los que se tuvo que realizar durante el inicio de la pandemia.

La semana pasada el gobierno anunció que, a partir del 1 de octubre, todo el territorio ingresará a fase de “apertura”, una medida que -entre otras cosas- significará el fin del pase de movilidad y la obligatoriedad del uso de mascarillas en lugares cerrados, lo que se suma a la medida que volvió voluntaria la utilización de estos artículos en espacios abiertos. Estas disposiciones plantean una nueva realidad sanitaria para la población del país y la determinación de volver a retomar la vida que llevábamos antes de la pandemia.

Para la académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Alejandra Fuentes-García, en términos virológicos estamos ante un escenario mucho más favorable para un libre tránsito en comparación a los primeros años de pandemia. “Estamos ante una variante del virus que se comporta más bien como una gripe o un resfriado, que no afecta la capacidad del sistema de salud”, explica.

Sin embargo, esto no elimina el miedo generalizado que aún se tiene sobre el virus ni sus consecuencias. Vanetza Quezada, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, sostiene que esta transición a la apertura total será mucho más larga de lo que aparenta. Según indica, si bien la disminución de casos motivó este escenario de apertura, los problemas de salud mental ocasionados por la pandemia se mantienen en la población, una situación que actualmente sigue siendo un desafío para los sistemas de salud. “Algunos hablan de coronafobia, pero finalmente todos estos cuadros, en el periodo en el cual se levanten las restricciones, pueden traducirse en verdaderos cuadros clínicos que podrían ser agorafobia. Por ejemplo, que las personas tengan miedo a salir de sus casas o que tengan miedo a infectarse”, señala la psicóloga.

Estos cambios se traducirán no solo en el hecho de que podremos salir con mayor frecuencia y libertad, sino también en cómo trabajamos, estudiamos e interactuamos con otras personas. Al respecto, Quezada llama a seguir manteniendo un criterio propio de cada uno sobre el uso de mascarillas, si es que ello le da una mayor seguridad a la persona. “Decidir que los niños van a seguir utilizando o no las mascarillas en su salas de clase, en los centros de salud o si van a ir a lugares que estén atestados de gente es importante. Yo creo que hay que mantener a la población informada para tomar decisiones basadas en la evidencia y ojalá en la evidencia científica”, destaca.

En ese sentido, para la profesora Fuentes-García, si bien hubo personas que desde un principio rechazaron las medidas de prevención, la gran mayoría las respetó y cumplió. Esto, destaca, contribuyó a este escenario de apertura y anticipa que muchos mantendrán ese criterio en ciertos espacios. “Va a haber una combinación, y creo que ahí es súper importante que nos sintamos libres en elegir de si queremos seguir usando las mascarillas o no, porque se va transformar en algo opcional, y yo creo que eso también tenemos que vivirlo con libertad”, opina. Por otra parte, esta opción no solo podría ser beneficiosa para la prevención del COVID, sino de distintas enfermedades, agrega la académica, sobre todo de enfermedades infectocontagiosas que se transmiten por vía aérea.

Pese a esta libertad, lo cierto es que los trastornos adaptativos producto de la pandemia se mantienen y llaman a un periodo de ajustes similares a los que se tuvo que realizar durante el inicio de la pandemia. Este proceso, según la psicóloga Quezada, es distinto en cada persona. “Todo cambio en nuestras vidas, la forma en la que trabajamos, en que socializamos, la forma en que viajamos (…) difícilmente uno podría pensar que cuando pase o cuando se levante la restricción nos vamos a volver a la normalidad del 2019, sino que más bien tenemos un nuevo escenario donde nosotros ya no somos los mismos”, enfatiza.