La Cátedra de Derechos Humanos de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicación en conjunto con la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos del Departamento Ciudadanía Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio realizaron con éxito la presentación de “El país del Silencio”, libro autobiográfico de Mauricio Weibel, en la Sala Enrique Sazié de la Casa Central de la Universidad de Chile.
En un emotivo encuentro que rememoró los años más oscuros y dolorosos de la historia reciente en Chile, el espacio contempló una mesa de conversación encabezada por el también autor de “Traición a la Patria”, Mauricio Weibel; la Premio Nacional de Periodismo 2019, Mónica González; y el director de CIPER, Pedro Ramírez; siendo sus figuras un vestigio vivo de la resiliencia al enfrentar aquellos tiempos de la dictadura civil militar.
Claudio Nash, coordinador académico de la Cátedra de Derechos Humanos de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la U. de Chile, precisó que para la Cátedra de Derechos Humanos es un honor ser parte de la presentación del libro 'El país del Silencio' de Mauricio Weibel. “Mauricio representa dos mundos que confluyen en una historia tanto colectiva como personal, nos ha enseñado que es posible construir un futuro personal a partir de situaciones traumáticas y ponerse al servicio de Chile y su pueblo. Enhorabuena por eso”, mencionó.
Daniel Olave Miranda, editor de Penguin Random House, dio pistas generales del libro, el quinto de Weibel bajo su alero. “Es una historia demasiado personal quizás y eso es lo bonito, porque aquí se cruza su historia personal que está ligada a la profesional y la forma en la que en este libro él puede narrar ambos episodios de su vida o el camino que confluye en una idea general que es la búsqueda de la verdad y de la justicia”.
Panel
La mesa de diálogo estuvo encabezada por Mauricio Weibel, Mónica González y Pedro Ramírez, siendo moderada por Francia Jamett, encargada nacional de la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos del Departamento Ciudadanía Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. En el transcurso de más de una hora, la y los periodistas compartieron parte de la historia que está correlacionada por el oficio y sus vidas personales, lo que volvió el ambiente más acogedor e íntimo.
Al comenzar, Francia Jamett reconoció el aporte de organizaciones relacionadas a la defensa de los derechos humanos. “También agradecerle a Mauricio Weibel junto a otros artistas, las agrupaciones de derechos humanos, sitios de memoria, a la Agrupación de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos que impulsaron a que el Estado respondiera a través de las artes y las culturas a lo que nos corresponde y nos compete como obligación en las reparaciones, en las graves, masivas y sistemáticas violaciones de derechos humanos perpetradas durante la dictadura civil militar”, expresó.
Fue así que continuó el director del Centro de Investigación Periodística (CIPER), Pedro Ramirez, quien dio su punto de vista de la lectura de “El país del Silencio”, en el que considera que hay una “gracia”, ya que “un periodista que nos tiene acostumbrado a la rigurosidad, se abre y nos muestra parte de su vida y eso tiene un gran valor, porque ha sido una vida difícil, compleja, con mucha tristeza pero también con mucha esperanza”.
Esa parte subjetiva de la pluma de Weibel fue recordada por Pedro, dado que notó una “profundización” de aquella perspectiva conversada en el marco de “Los papeles de la dictadura” de CIPER. Este es un repositorio con más de 4 mil documentos y otros productos periodísticos en los que buscaron integrar una mirada propia.
Comando Conjunto: Lo desconocido
Seguida por Mónica González y Mauricio Weibel, la segunda parte del encuentro estuvo cargada de emotividad, lo que provocó las lágrimas de la y el periodista ante la reconstrucción de hechos que permitió el recuerdo de sus historias, una parte de sus vidas truncadas por el Comando Conjunto, la organización clandestina de inteligencia de la dictadura.
Mónica Gonzalez fue la periodista que reveló la existencia de la organización mediante una entrevista a uno de sus persecutores, Andrés Valenzuela, realizada en 1984. Fue el Comando Conjunto, además, responsable de la desaparición de José Weibel, padre de Mauricio, cuando él tenía seis años el 29 de marzo de 1976. De esto trata el libro del investigador, de una búsqueda de justicia de medio siglo.
La conversación entre ambos frente al público sobre “El país del Silencio”, concedió un detalle que era desconocido para ella y dio pinceladas de respuesta a una duda de él. “Tú te preguntas quién delató a Checho”, le dijo Mónica a Mauricio, “Bueno, pocos días antes de que lo detuvieran, detuvieron a Mauricio Laguna y a Miguel Estay Reino, y también a René Basoa, pero los dos primeros eran sus miembros de los equipos de seguridad. Alguno de ellos lo hizo y con ello, delataron a muchos más compañeros”.
Ella misma, si bien en un momento reconoce que hay cosas que no conocía, y no entra en detalles, más adelante compartió uno de los hechos desconocidos sobre el interés y conocimiento que se tenía sobre el grupo de inteligencia clandestino: una reunión que llevó a cabo la madre de Mauricio Weibel, María Teresa, con José Manuel Parada para reconstruir el Comando Conjunto. Una parte de la historia que se encuentra en el libro.
Reflexión constante
“Tuve que parar muchas veces, porque es parte de mi vida y hay hitos aquí que también me cambiaron la vida, casi como el golpe de Estado”, contó la Premio Nacional de Periodismo 2019, para quien, dijo, no fue fácil leer el libro ni la presentación. “Yo no abro mi corazón sobre lo que me ocurrió, temo que surja una catarata, así que no lo he hecho y no creo que lo vaya hacer. Hay verdades que queman, duelen, mejor dejarlas ahí. Pero me hiciste recordar, a diferencia de Pedro, yo creo que no abriste tu corazón, porque en este libro él, como su padre era, hay mucha cabeza, hace todo un trabajo grande de convertir el dolor en reflexión intelectual”, agregó.
De hecho, la reflexión es incluso una invitación a las y los lectores del libro de Mauricio Weibel y que en parte, tiene un guiño a esa intención en el título. “Se llama 'El país del Silencio' por un doble sentido”, comenzó explicando el periodista al momento de su presentación en el panel, la última antes del bloque musical. “Uno porque habla de callar cosas que mantenemos en silencio a veces como sociedad, pero también porque es un libro donde no se cuenta quizás intencionadamente todo, donde no se satura con información, necesariamente toda, para que en el fondo quien lea el libro pueda terminar de reflexionar, de interactuar, de construir con él la historia”, continuó.
Brecha entre memoria y justicia
Cerca del término de su espacio en la mesa de diálogo, Mauricio Weibel compartió su punto de vista a los avances conseguidos en el largo camino de la búsqueda de justicia. “Yo sé que todos sentimos que hay una gran brecha entre justicia y memoria, que probablemente la hay, pero yo también valoro que en la muy muy larga historia de la humanidad, haya dos países que bien o mal, con dificultades, con ausencias, lograron hacer verdad, justicia y memoria, que son Argentina y Chile. Es cierto, seguramente tenemos muchas deudas en materia de verdad, justicia y memoria, pero creo que también tenemos que sentirnos orgullosos y orgullosas de lo que hemos construido”, expresó.
Por su parte, Mónica recordó a algunas mujeres, principales agentes movilizadoras de la búsqueda de sus familiares desaparecidos, como la madre de Mauricio, María Teresa, o Viviana Díaz; estos fueron algunos de los nombramientos de la periodista. “Ellas insistían en abrir y dejar, todos los vestigios, todas las trazas, todas las huellas, para que un día la justicia hiciera lo que tenía que hacer, porque un país solo puede ser país con justicia, con memoria. Hemos fallado en la memoria y por eso este libro es importante”.
Intervención musical
Sin perder la línea de la memoria respecto a los hechos históricos, salió adelante del público Ismael Oddó, del conjunto musical Quilapayún. Antes de comenzar la presentación con “La carta” de Violeta Parra, el artista comentó: “Estoy muy emocionado, muy conmovido con esta invitación, muy importante. Me costó mucho elegir un repertorio adaptado a estas circunstancias”.
Presentó entre las canciones “Cantata de Santa María de Iquique” e hizo corear al público al ritmo de “El derecho de vivir en paz”, original de Víctor Jara. Esta fue el cierre de la intervención, valiéndole a Oddó el fuerte aplauso de las y los presentes junto con un abrazo de Mauricio Weibel. Fue así que el evento finalizó con una firma de libros por parte del autor, a quien le esperaba una larga fila.