Después de diez años dibujando, el artista y profesor del Departamento de Artes Visuales (DAV) de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Jorge Gaete Villalón, comenzó a preguntarse qué pasaba fuera del borde, con ese más allá de la clásica pintura que se representa en un papel u otro soporte. Borde de página es el resultado de esta interrogante que cuenta con una instalación y una muestra fotográfica realizada por el artista.
“Si uno observa el trabajo (la instalación) hay un ángulo, una posición frente al trabajo, en donde hay una línea que lo cruza todo: hay una mesa, una rama y un plinto (base de madera). Fuera de esa línea hay una silla que está arriba con una parte que se sale de esa línea, de ese borde, elaborada como si fuera en otra densidad. Está todo curvo, las patas de la silla están como si se hubiesen sumergido en agua. Esa línea es el borde de la página, porque cuando uno está dibujando está dentro de esa página y lo otro está afuera. Aquí lo que se exalta es esa experiencia de estar mirando dentro y fuera del papel, representado por la silla, lo que está más allá del borde. Ese cambio de realidad, es la representación que se está ejecutando en el papel y lo que está fuera, que es lo que es real”, detalla el académico DAV.
La instalación cuenta con este plinto o base de madera irregular, el cual tiene una parte angosta que crece en una diagonal y en la medida que el espectador se aleja, se iguala a la parte delantera que es rectangular: se crea entonces una anamorfosis.
“Esas preguntas realizaba con ‘estar en la página’, a la orilla de la página, que es algo que nunca he visto que se cuestione, se observe. Ese límite entre la construcción de una realidad nueva, en cuanto a representación, y lo que es la realidad misma. Me interesó esa línea, trabajar sobre ese límite que se establece entre la representación y el mundo”, cuenta el artista.
Sobre la muestra fotográfica, revela que es la primera vez que trabaja con esta técnica. “Quería ver qué pasaba si yo rayaba el negativo, si es que podía emular lo que pasaba con esas películas antiguas, entonces me encantó. No son capturas de algo que esté fuera, sino más bien fui a una casa fotográfica compré una película análoga de fotografía a color. Salí, saqué el rollo, lo rayé en un poste, y después lo pisé. Volví a la casa fotográfica y pedí que revelaran el trabajo. Me gustaban esas interrupciones que son muy gráficas, así que quise hacer eso y eso es lo que salió finalmente”, dice el profesor.
A su vez, el artista descubrió las tres capas del rollo fotográfico que, intervenido, afloran distintos colores según la intervención. “La primera capa que está en la superficie es de color amarillo, después viene el rojo y después el azul. Mientras más profunda era la raya, era más oscuro el resultado, mientras que las rayas más superficiales eran más amarilla. Se produce un juego de (colores) primarios interesante, dependiendo de cuán fuerte fue el raspado realizado pisándolo y pasándolo por un poste”, agrega.
Una doble propuesta
Tanto la instalación como las fotografías convergen. “Los dos trabajos de ‘Borde de página’ en términos gráficos se asemejan: puse unas ramas blancas (en la instalación) que aluden un poco al papel. Todas estas ramas hablan, de alguna manera, lo que es el dibujo, la línea, la gráfica, que de cierta manera está muy relacionada con las líneas de las fotos, por eso es que realicé esta asociación. Ahí convergen en su condición gráfica”, detalla el artista.
Lo que sale de la línea es algo orgánico, dice, “es como una refracción, como cuando uno mete el lápiz en el agua, cambia de dirección. Lo que sale del borde está dibujado con el plinto, una mesa, y parte de la silla. Lo que sale de ahí está en otra densidad, la densidad de lo real. Ese es el cambio que se produce”, y agrega que con ambas obras: “era la frontera que me interesaba resaltar, esa línea, ese borde que divide una cosa de la otra”.
Borde de página se presentará hasta el 25 de octubre en la Casa de la cultura Anáhuac, ubicada en Pío Nono 450, Recoleta, Santiago de Chile, en el sector Tupahue del Parque Metropolitano de Santiago (Parquemet). La entrada es liberada.