La prolífica y extensa trayectoria de la profesora María Antonieta Valenzuela Pedevila

La prolífica trayectoria de la profesora María Antonieta Valenzuela

La Prof. María Antonieta Valenzuela Pedevila cuando era niña le gustaban las Matemáticas. En cambio, la Biología no era de su agrado. Confundida sobre qué carrera estudiar, su hermano Jorge Valenzuela Pedevila, quien era profesor en el Pedagógico la orientó. “Yo no quería Medicina, ni Ingeniería. Me propuso estudiar Química y Farmacia en la Facultad. Él me convenció de que tenía muchas posibilidades futuras, de dedicarme a la industria, hacer nuevos fármacos, farmacia, era un mundo maravilloso. La otra propuesta era Química Industrial en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Quedé en ambas. Pero opté por Química y Farmacia en la Chile”, relata.

María Antonieta se tituló de química farmacéutica en 1968. “Siempre en Química y Farmacia había un altísimo número de mujeres por sobre hombres. Éramos muchas mujeres, más del 50%”, agrega. En ese periodo la profesora estudió en la emblemática sede de Vicuña Mackenna 20.

El azar ha tenido un protagonismo importante en la vida y carrera de la Dra. Valenzuela. “Nunca pensé ofrecerme de ayudante alumno. Otras compañeras si lo hacían”, anticipa. Para realizar su tesis escogió el Laboratorio de Química Industrial, actual Laboratorio de Operaciones Unitarias. Liderado por el profesor Arnaldo Croxatto, de ayudante estaba su hija, quien era farmacéutica y también estaba el profesor Jaime Sapag. La tesis de María Antonieta fue sobre la síntesis de un antioxidante industrial. 

A María Antonieta le gustó el curso de Bioquímica por lo que se atrevió a tomar contacto con el profesor Dr. Osvaldo Cori. Él le ofreció hacer su tesis en el laboratorio de Bioquímica. “Los farmacéuticos le temíamos”, narra. Pero ya la había empezado con el profesor Croxatto. Nuevamente se vuelve a encontrar con el profesor Cori en el pasillo de Vicuña Mackenna 20. Le pregunta qué hará. “Le respondí que buscaría trabajo en un laboratorio Farmacéutico”, dice. Le ofreció hacer un mes de reemplazo de un profesor que se encontraba en EE. UU. Mes que se extendió a un año. “Me gustó, empecé a hacer investigación”, comenta. 

María Antonieta comienza a trabajar con la profesora Dra. Aída Traverso, esposa del Dr. Cori, que tenían sus propias líneas de investigación. “Estaba muy contenta con la línea de investigación sobre enzimas vegetales”, detalla. El profesor que estaba fuera del país regresó. No obstante, otro académico también realizaría una pasantía en el país norteamericano, siendo una nueva posibilidad de reemplazo por un año. 

El matrimonio Cori Traverso le proponen a María Antonieta optar a las becas Plan Chile California para realizar un perfeccionamiento. María Antonieta aceptó hacer una pasantía entre 1972 y 1973 con el Dr. Emil L. Smith en UCLA (University of California Los Angeles).  A continuación, realiza una segunda estadía, esta vez en USC (University of Southern California) con una beca financiada por el National Institute of Cancer junto al Dr. Philip A. Harris, entre 1973 y 1975. Esta segunda estadía fue un cambio radical en la línea de investigación, ya que, de trabajar con vegetales, ahora debía hacerlo con ratas. “Investigábamos sobre una droga anticancerígena que tenía efectos en distintos tumores y actualmente aún se usa. Fue difícil mi adaptación a este nuevo tema”, agrega.

Sus líneas de investigación han sido diversas. Se inició en el estudio de enzima de tubérculo de papas ATP-difosfohidrolasa o apirasa de papas bajo la dirección de la Dra. Traverso. Luego se independiza para estudiar la estructura de dichas moléculas, iniciándose en la línea de investigación de “Estructura, función y regulación de enzimas proteolíticas de origen animal y vegetal”.  También cabe destacar que ha sido impulsora de innovadoras técnicas en la bioquímica, tales como el uso de la electroforesis capilar, espectrometría de masas, entre otras, para desarrollar estos estudios.

A fin de la década de los noventa tras regresar de un congreso en Argentina, donde fue homenajeada la Prof. Traverso por haber iniciado la línea de investigación sobre ATP-difosfohidrolasa, la Dra. Valenzuela se entera que su proyecto Fondecyt no había obtenido el financiamiento. “Habíamos pasado de los vegetales a las ratitas y humanos. Encontramos que la enzima que trabajábamos tenía una función fisiológica y patológica asociada a preeclampsia y estábamos logrando una posibilidad de tratamiento para esta enfermedad”, sostiene. En esos momentos estábamos en la cumbre de nuestra investigación con contactos con investigadores chilenos de la Facultad de Medicina y de las Universidades de Concepción y Pontificia Universidad Católica de Chile, y extranjeros de la Universidade de Sao Paulo y de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul. No todo fue agraz, ya que una estudiante de Postgrado si lo obtuvo, lo que les permitió continuar con su línea de investigación. 

En forma fortuita la Dra. Valenzuela trabajó con el Dr. Luis Cartier, neurólogo que trabaja principalmente en una enfermedad neurológica que se llama Paraparesia Espástica que afecta a las piernas. “Su origen estaba asociado a una enzima humana (metaloproteinasa) que aparentemente estaba aumentada”, relata la académica. El Dr. Cartier le propuso a ella presentar el proyecto a Fondecyt sobre este tema. “Le dije que no tenía idea de Neurología y que la Fisiología no me gustaba. Lo hice. Me costó un mundo, trabajé todo un verano. me lo aprobaron. Fue un cambio muy grande”, sostiene. Esto le ayudó a financiar esta nueva línea de investigación en que terminó su carrera profesional de “Aplicaciones de proteómica en el estudio de la neuropatología viral producida por el retrovirus HTLV-I y de otras enfermedades neurodegenerativas”. Con este nuevo cambio de área investigativa dice: “Me convencí de que con la enseñanza que uno había adquirido en Pregrado y Postgrado uno puede desarrollar investigación en muchos temas”. Finalmente, transitó al trabajo con modelos en cultivos celulares neuronales como modelo de estudio de la Paraparesia. 

De regreso a Chile, después de su perfeccionamiento, el Dr. Cori le encargó hacerse cargo de los cursos de pregrado en Bioquímica. Posteriormente este académico se va a la Facultad de Ciencias. La Prof. Valenzuela queda a cargo. En 1987 se gradúa como doctora en Bioquímica por la Universidad de Chile. “La señora Aída Traverso me obligó a cursar este postgrado. Gracias a Dios lo hizo”, reflexiona.

A nivel directivo en la Facultad, en dos oportunidades fue directora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, así como integrante de la Comisión Local de Evaluación Académica y primera presidenta de la Comisión Local de Autoevaluación, entre otras importantes posiciones. 

Su hermano Jorge Valenzuela, profesor emérito ha tenido una gran influencia en su trayectoria. Además de alentarla a cursar la carrera de Química y Farmacia, le facilitó el material con el que él estudió. Dice además que “durante su docencia como coordinadora de un curso de postgrado del doctorado de Bioquímica lo invitaba para dictar parte de las clases, lo que continuó posteriormente haciéndolo el profesor Dr. Claudio Olea, discípulo de Jorge”. “Lo conocí mientras yo escribía mi tesis doctoral y Claudio escribía su tesis de pregrado”, narra. En sus últimos años de docencia mantuvo una gran colaboración con el Departamento de Ciencia de los Alimentos y Tecnología Química a través del doctorado en Nutrición y Alimentos. Igualmente, a nivel de investigación, desarrolló importantes lazos con académicos de la Facultad de Odontología. 

María Antonieta conoció a su esposo el profesor Javier Puente Piccardo, cuando volvió de EE.UU. “Javier llegó a hacer la tesis con la señora Aida en mi reemplazo. Cuando volví lo conocí en el laboratorio. Estaban muy contentos con él, le dieron un cargo en el laboratorio del Prof. Mario Sapag. Se quedó trabajando en investigación en Química Fisiológica y Patológica”, sostiene. No se separaron más. De la relación nacieron sus hijos Claudio, ingeniero civil industrial, y Marcela, médico. También la Prof. Valenzuela es abuela de Martín y Antonia, hijos de Claudio, y de Rayén, por parte de Marcela.

A través de la crianza de sus nietos pudo reencontrarse con la maternidad. Fue un periodo muy difícil ser madre y académica. Uno está más de 8 horas en la Universidad y siempre tuve que llevar trabajo a la casa. Gracias a Dios tuve la ayuda de mi mamá. Siento que no pude dedicarme todo lo que quería a nuestros hijos. Me perdí muchos momentos. Uno no deja de hacer las cosas”, narra. Sin embargo, hoy en esta nueva etapa siente que ha podido disfrutar a sus nietos. Siguiendo los pasos de su madre también le ha brindado apoyo a su hija en la crianza y cuidados de su nieta, motivo que la llevó a postular al retiro voluntario en 2022. 

En diciembre 2023, durante el Decanato del Prof. Pablo Richter, la Prof. María Antonieta Valenzuela fue distinguida con la calidad de profesora emérita de la Universidad de Chile, en una ceremonia presidida por la rectora Prof. Rosa Devés, donde también recibió tal calidad su marido, el Prof. Puente Piccardo. 

Pese a su retiro la profesora sigue activa, ha realizado un curso electivo durante el primer semestre y se encuentra escribiendo papers, apoyando a sus exalumnos.

“Para mí la Facultad fue toda mi vida. 50 y tantos años. Es mucho. Siempre me gustó trabajar en la Facultad. Me gustó hacer docencia. Los estudiantes son como los hijos”, finaliza.