Natalia Appel (40) vive en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Es licenciada en Ciencias Sociales y trabaja en un espacio de vinculación con graduados y graduadas de la Universidad Nacional de Quilmes. Al igual que a Marta Brunet, los libros y la lectura la han acompañado durante toda su vida. “En mi casa se acostumbraba que todas las noches antes de dormir, mamá y papá nos leían un cuento, a mí y a mis hermanas”, recuerda.
Su cuento Enredadera se llevó una de las cinco menciones honrosas del concurso —organizado por la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile— que lleva el nombre de la escritora chilena Marta Brunet. Descrito por el jurado como "interesante y formalmente bien logrado", la narración explora una alegoría del desarrollo personal de la protagonista, que se ve reflejada en el crecimiento de una planta: la enredadera
Decidió participar porque, en línea con la consigna del concurso, cree firmemente en la importancia de priorizar la voz de las mujeres y sus experiencias. “Tuve la suerte también de crecer en una familia donde hay muchas mujeres lectoras”. En entrevista con Universidad de Chile, Natalia Appel nos acerca a su proceso creativo y qué le significó este reconocimiento a su obra.
¿Conocías a Marta Brunet antes de este concurso?
Sabes que no. Honestamente, tenía el nombre en algún archivo de mi cabeza, pero no había explorado nunca su literatura ni su historia. De este concurso me llamó la atención el nombre y que estuviera también orientado a mujeres. Me tomé la libertad de investigar un poco y me pareció super interesante.
Empecé a leer algunos cuentos de una antología, así que ya estoy explorando y descubriendo un mundo nuevo de autoras latinoamericanas, que también me hace muy feliz siempre poder encontrar nuevas mujeres en estos espacios.
¿Por qué crees que es importante que se promuevan estos espacios de cultura y por qué decidiste participar?
Decidí participar porque me convocó la consigna, y creo que todavía estamos trabajando mucho como mujeres y como colectivo en tener nuestra propia voz. Si bien hay muchas escritoras mujeres tanto en el mundo como en Latinoamérica, suele ser una voz un poco más escondida, un poco más limitada que no tiene tanta llegada.
Es importante promover estos espacios, no con una idea de excluir otros autores o hacer concursos que no incluyan varones, pero sí priorizar la voz de las mujeres y sus experiencias: nuestras experiencias, nuestras miradas, nuestros sentimientos, para contar también esa parte. De la historia y de las vivencias, que están un poco más ocultas.
¿De qué se trata tu cuento Enredadera? Del jurado lo describieron como "interesante y formalmente bien logrado".
Es difícil a veces saber cuál es el origen o cómo se desarrolla un cuento. Se trata de una mujer que está en una situación en la que se separó, y está en su departamento sola y va atravesando un período de depresión, de sentirse mal y que su vida no importa. Paralelamente a todos estos sentimientos y estas cosas que le van pasando, ella encuentra una planta y la empieza a hacer crecer, que es algo que descubre por primera vez, porque no, nunca había tenido suerte con las plantas.
Entonces se va haciendo un paralelismo entre el crecimiento de la planta y lo que ella va viviendo, que en un punto terminan siendo opuestos. Ella ve a la planta crecer y florecer, y empieza a tener casi resentimiento, porque ella no puede hacer lo mismo. Y esta planta empieza a coparlo todo.
Creo que siempre me gustó un poco la imagen de las enredaderas particularmente. Si uno las deja, empiezan a avanzar sin control y cubren todo lo que tocan y uno puede desconocer completamente lo que está debajo, lo que está atrás, porque está cubierto y oculto por esta enredadera. Ese fue el concepto y la inspiración del cuento.
¿Qué significa para ti este reconocimiento?
La verdad que es muy grato, me sorprendió mucho y me halagó, porque creo que estos espacios no se tratan sólo de presentar cosas en todos los lugares donde uno puede participar, sino que también es importante cuando hay detrás un concepto, una idea y creo que esto se construye siempre en colectivo. Que podamos leernos, que podamos escribirnos y que podamos compartir estos espacios como mujeres es lo que hace que podamos seguir fuertes y poder cambiar un poco las circunstancias que son tan duras en muchos lugares y tan distintas.
Hace algunos años retomé la lectura y empecé a interesarme mucho por autoras latinoamericanas. Descubrí también un mundo un poco olvidado por quizás uno al tirarse al leer más clásicos o más de las cosas que uno "debe leer". Descubrí también un montón de autoras argentinas y latinoamericanas contemporáneas que son maravillosas y que es hermoso poder también encontrar en la escritura de la otra un punto de identificación. Y decir: “Esto lo yo también lo paso, también lo entiendo”.
¿Cuál es tu relación con la escritura? ¿Qué lugar ocupa en tu vida y cómo te cae este concurso? Me imagino que te motiva un poco más a seguir, ¿no?
Me encantaría leer los textos de las otras concursantes y tener un contacto, sería hermoso porque es muy lindo el poder compartir los textos de uno y escuchar también cómo lo interpretan las otras personas, qué tienen para decir, cómo les llega, siempre ahí se abre como un segundo mundo. Yo empecé a escribir cuando era chica y después durante muchos años me desvinculé. Cuando me volví a conectar con la lectura por placer, y no con un objetivo de rendir un examen, volví a conectarme también con la escritura.
Siento que estas dos cosas están de la mano y que leer también inspira a escribir y también a poder poner fuera de uno cosas que tiene adentro. Las cosas que pensamos, las cosas que nos preocupan, las cosas que nos divierten. Es un ejercicio interesante poder sacárselo y ponerlo ahí afuera, poder mirarlo un poquito desde lejos y compartirlo, reflexionar sobre eso. Creo que es lo que más me interesa y lo que más me motiva de la escritura.
¿Qué le dirías a las personas que participaron de este concurso? También a las personas que en el futuro van a participar, no solamente en este concurso, sino que en otras instancias similares.
Que hay que animarse. A mí me costó también, no estar con la expectativa de tener algo completamente perfecto y que sea un best seller, sino simplemente animarse a escribir sin saber, no importa si uno sabe gramática, si sabe ortografía, si leyó muchos libros o no: si uno tiene algo para decir o algo para plasmar, la escritura es una herramienta muy poderosa. Yo recomendaría que siempre escriban.
Después una elige si eso se muestra o no. Si se puede corregir, si se puede mejorar, eso es otra instancia, pero no frenarse de escribir por estas limitaciones que una se va poniendo a veces, de no estar a la altura o no ser tan buena, no estar tan preparada. Es lo mismo de los concursos, hay que explorar las opciones con las que una se siente cómoda y que le parecen interesantes y probar.
Me interesó también la idea, me gustó que sea acá, en un país limítrofe, compañero de Argentina y la verdad es que fue una experiencia también, conocer cómo funcionan los concursos, conocer sus propuestas, cuáles son los requisitos. Eso también es un ejercicio y uno le va perdiendo el miedo a medida que lo va haciendo.
¿Hay algo que te gustaría agregar?
Agradecer por el reconocimiento, por tomarse este tiempo y este trabajo que implica ponerse en contacto, hacer esta entrevista. Es muy lindo sentirse no sólo reconocida, sino también que haya un buen trato y sea más una cuestión humana. Quiero poner en valor también todo lo humano de este proceso, que hace que uno lo disfrute de principio a fin y no sea sólo un reconocimiento aislado.