Crecer para Emplear

Santiago, 19 de febrero de 2003

En la medida en que se acerca el mes de marzo, empiezan a ponerse más en boga las proyecciones de crecimiento económico. Posiblemente, como el año anterior, se especulará con las revisiones a la baja de los guarismos establecidos como preliminares a fines del año pasado, y se comenzará con una ola sucesiva de recortes en expectativas. Posiblemente, esta misma revisión tenderá a provocar una moderación generalizada en expectativas, y con ello llevará a una continua continencia del gasto y del propio crecimiento económico. Las tendencias económicas parecen ser fuertemente influidas por las predicciones económicas o las visiones de "expertos", las cuales se tienden a concentrar en variables específicas y a dar un tono "moderado" a lo que, de otra manera, podría constituir un mensaje optimista que ayudaría en forma solvente a la expansión que Chile necesita. Ojalá que este año esté más dominado por el optimismo de los "expertos", que por su pesimismo justificado al ponderar mayormente las variables que pesan negativamente en su evolución. Eso permitirá que la visión de la inversión y del gasto privado en general contribuyan decididamente a alcanzar el crecimiento potencial de nuestra economía y los efectos positivos en otras variables de tipo social.

Entre otros resultados del impacto positivo que conlleva un mayor crecimiento está el de un potencial efecto sobre el empleo. Como se ha dicho más de alguna vez, este efecto es posiblemente menor al que observamos hace algunos años. La causa principal radica en la ocurrencia de un cambio técnico que no favorece al trabajo, siendo éste, a la vez, un fenómeno que se vincula estrechamente con la mayor rigidez que ha adquirido la operatoria del mercado laboral. Como este problema tiene profundas vinculaciones sociales y políticas que nuestra sociedad no puede dejar de lado, parece del todo conveniente estimular un crecimiento mayormente orientado hacia un mejoramiento significativo en el empleo. Esto tiene mucho que ver con problemas de desenvolvimiento de la mediana y pequeña empresa, con el activo rol de la capacitación para los desocupados, y con una mayor flexibilización del mercado laboral. El puro crecimiento no bastará para satisfacer las ansias sociales que hoy día prevalecen, ya que es necesario atender con prioridad un diseño de política que permita acceder a resultados concretos.

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