Visita Significativa

Santiago, 12 de febrero de 2003

La visita del Presidente de la República a Australia, Japón y corea pone el acento en un diseño estratégico de nuestras relaciones exteriores. Las proyecciones económicas ponen a Asia de relieve como el área del mundo con mayor potencial de crecimiento, y hacen a esta parte del mundo interés obvio para cualquier país. La inversión realizada en el pasado tanto en capital humano e investigación científica y tecnológica, como asimismo los esfuerzos de política por alentar a los sectores más competitivos internacionalmente, han brindado resultados efectivos en los países asiáticos en cuanto a crecimiento como en materia de equidad. A pesar de los problemas recientes, Corea ha reaccionado evidentemente y Japón, que aún se debate en decisiones políticas mayores, pronto reasumirá su expansión. Por ello, la visita del Primer Mandatario resulta una clara señal en términos del interés de Chile por acercarse al área más dinámica del mundo, y como una señal redoblada de nuestro interés por avanzar en los convenios de libre comercio con esa región. La visita es, asimismo, una ratificación de nuestra vocación participativa en el APEC y otros foros que resaltan nuestra mirada de futuro al Pacífico.

Ciertamente, habría sido deseable la visita también a la República Popular China, verdadero epicentro del crecimiento Asiático, y estrella mundial en materia económica. China y los países del Sudeste asiático son socios cruciales en términos de mercados por nuestros productos actuales. En ese sentido, la mirada estratégica que envuelve la visita presidencial está puesta en la posibilidad de constituir centros de operación para los negocios chilenos en Asia. Pero la dimensión más profunda se refiere a posibles alianzas para poder fortalecer nuestra aún débil base tecnológica. Ciertamente, podemos ser base de operaciones para los negocios asiáticos en esta parte del mundo, y a la vez proveer con nuestras exportaciones actuales a los mercados asiáticos. Pero el futuro de Chile debe estar indisolublemente ligado al éxito de su segunda etapa exportadora, basada en el fortalecimiento de la industria liviana de exportación. Es aquí donde deben buscarse las convergencias necesarias con los países asiáticos, para fortalecer nuestra base tecnológica y complementar esfuerzos productivos. Lo importante de esta visita a Asia es, justamente, la de abrir un camino para estas posibles alianzas que permitan una consolidación futura de nuestras exportaciones.

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