Desafío Universitario
Santiago, miércoles 29 de enero de 2003
En una reciente edición el diario japonés Asahi Shimbun se refiere al cambio que experimentan las universidades públicas en el contexto de una mayor "independencia" a concretarse en abril del 2004. El periódico clama por una mayor ligazón entre investigación universitaria y los problemas reales de la sociedad, al mismo tiempo que elogia la evolución de universidades pequeñas en orden a encontrar "nichos" que les permiten competir por los recursos públicos de investigación. La mencionada independencia implicará que el presupuesto universitario depende mucho más de la capacidad de producir proyectos y atraer buenos estudiantes. Naturalmente, estos problemas son básicamente los mismos que enfrentan las universidades chilenas, llevando a creer que el camino elegido debe ser reproducido en forma directa por nuestro propio sistema.
Hay, sin embargo, tres elementos que diferencian la situación chilena de la japonesa, especialmente en el contexto de una mayor "independencia" de las universidades públicas para buscar sus financiamientos. La primera, es que Japón cuenta con un sistema que permite verificar adecuadamente la calidad de las instituciones universitarias, especialmente en vistas a la producción de investigación pero, por sobre todo, de formación profesional. La segunda es que el tema distributivo no es en Japón tan crucial como en Chile, donde existen déficit muy serios que impiden la permanencia en la universidad de muchos de los mejores. Lo tercero, es que Japón cuenta con un sector productivo que compite sobre la base de creación de nuevo conocimiento, siendo por tanto un importante aliado natural de la actividad de investigación básica y aplicada. No puede, por tanto, pensarse en una simple repetición de la experiencia que se planea en Japón, y que reproduce en cierta forma lo que ha ocurrido en Europa y Canadá. El desafío es distinto: se trata de hacer posible la universidad para todos los más capaces; la sociedad no puede desperdiciar un recurso escaso como es la inteligencia humana. Se trata, al mismo tiempo, de introducir acreditación por calidad, y adecuada información sobre la oferta universitaria. Finalmente, se trata de diseñar un sistema para evaluar la efectividad en el uso de los recursos públicos y que pueda diseñar mejores incentivos para la efectiva ligazón de la investigación con los problemas reales que levanta el desarrollo productivo y social.