La Universidad
Santiago, 06 de Noviembre de 2002
Este mes se cumplen 160 años desde la fundación de la Universidad de Chile. Quizás sea necesario, en los días en que el complejo concepto de universidad se ha venido reduciendo al de instituciones que solo entreguen instrucción y diplomas, reseñar una vez más la importancia que la Universidad de Chile ha tenido en la consolidación de la República. Desde ella se fundamentó el pensamiento libre y el desarrollo intelectual de Chile, constituyéndose en la institución que en gran medida ha provisto el derrotero de la Nación. Institución diversas y de excelencia, la Universidad ha sido la productora de la más destacada investigación, y ha permitido sustentar tantos aspectos vitales del desarrollo económico y social de Chile. Ha sido la madre nutricia de las artes, en todas sus expresiones, responsabilizándose por la creación y la extensión hacia todos. La Universidad creada por Bello para servir a las necesidades de Chile y de su pueblo, se ha mantenido en el tiempo como la institución Nacional que debe ser. De ella han egresado los líderes de la Nación, ha sido el semillero de intelectuales, artistas y científicos; ha sido prolífica en torno a las tareas de pensar a Chile y ser la mente crítica de una bullente sociedad.
Así como Bello creó la Universidad en la línea Humboldtiana, Domeyko rescató la tarea docente y formadora con un empeño genial y decidido. Así también, más tarde, Barros Arana y Valentín Letelier dieron impulso a la investigación en humanidades y en ciencias, acariciando el sueño fundacional de servir a Chile. Juvenal Hernández la amplió a muchas más expresiones disciplinarias y hacia todo Chile, dando también origen a la extensión artística y cultural. Gómez Millas dio impulso definitivo a la educación y la formación integral. La historia de la Universidad de Chile ha constituido una gran continuidad histórica, un símbolo de libertad que es orgullo para la patria y para todo el continente.
"Madre nuestra, nosotros te amamos por tus muros de piedra y de sol...". Pese a una historia de incomprensiones, de intentos por destruirla, de afanes internos y externos por utilizarla para otros fines. Allí está erguida y bella, como siempre ha sido: el símbolo indiscutible de la inteligencia, la expresión firme de la excelencia, la libertad y la verdad que edifican La Universidad.