Reforma a la Salud

29 de Mayo 2002

Las recientes propuestas sobre el financiamiento de la reforma de la salud han traído consigo un fuerte debate. Las acusaciones abundan, desde aquellas sobre un "socialismo añejo.." a aquellas que versan sobre la "insaciabilidad de las ISAPRES". El país espera que existan debates sobre objetivos y alternativas de financiamiento, en lugar del descalificativo que no conduce sino a desprestigiar a la política. Parece ser que no existe debate real respecto de la necesidad de una tal reforma, para mejorar el acceso de una gran mayoría a servicios que hoy día se mantienen en niveles inapropiados respecto del país que deseamos ser en materia económica y social. Existe consenso en los pobres resultados que exhibimos en salud, dominados por indicadores de insatisfacción de los usuarios y de tratamiento a los mismos que alcanza niveles infrahumanos. El debate sobre financiamiento, por su parte, se ha concentrado en los nuevos impuestos, propuestas que desafortunadamente se han dado en un marco económico global restrictivo, aunque su eventual aplicación se vaya a dar en condiciones mejores. La cuestión es si existen propuestas mejores para atender una prioridad de país. Naturalmente están quienes niegan toda posibilidad de financiar con nuevos impuestos las necesidades de muchos, los mismos que manifiestan más tarde su descontento y generan dudas sobre la sostenibilidad de un modelo que, bajo otro prisma, ha sido exitoso y predice mayores éxitos. Se escuchan llamados a revisar la eficiencia y efectividad del sector público, y a producir mayores recursos con ahorro; llamado razonable, pero fuera de los tiempos y plazos que impone el reto de mejorar la salud. Impuestos sobre agentes contaminantes o alcohol y tabacos, tienen justificación considerando lo inelástico de sus demandas y el hecho indiscutible de lo adecuado que resulta financiar con mayores costos de aquellos males los beneficios de mayor salud. Quizás, el debate deba concentrarse en el impuesto (más bien la eliminación de un subsidio) a los fueros maternales, el que recae en una mayoría de personas de la clase media. No hay ningún beneficio social que no acarree un costo, el análisis político responsable debe sopesar cuidadosamente los factores, alejando de intereses e ideologismos.