Tapar el sol con un Dedo

9 de Enero de 2002

La eficiencia de los funcionarios públicos, así como su probidad y compromiso con las tareas que el gobierno designe prioritarias, constituye un ingrediente fundamental para una efectiva política pública. No garantiza esto un sistema de designaciones en que primen los criterios partidistas, los "cuoteos" o las asignaciones impuestas por cualquier mecanismo de acuerdo que excluya la calificación de las personas. Una más bien antigua tradición chilena ha otorgado gran peso a los factores políticos, familiares o simplemente sociales para procesar a la designación en cargos claves. No sólo en los rangos más altos, sino también en los intermedios, así provocando, entre otros resultados, la carencia de una efectiva carrera funcionaria pública. Además, cuando se producen los desaciertos y debe evaluarse la gestión, se recurre al expediente del "juicio político", tras el cual se refugia a menudo la incompetencia más evidente.

Por ello es que nuestra sociedad y su servicio público se beneficiaría grandemente si se minimizaran los nombramientos políticos, y se dejara un espacio mucho más amplio para la carrera funcionaria. Ello no sólo garantizaría una mayor efectividad del servicio, sino también proveería un mayor sentido de continuidad a la función y sus tareas. Al mismo tiempo, un sistema con menos cambios en los niveles intermedios, promueve el desarrollo de más efectivos y necesarios liderazgos a nivel de las cúpulas directivas, que hoy día se desgastan enormemente en cumplir una función que debe no sólo perseguir buenos resultados sino que, al mismo tiempo, deben construir equilibrios entre diferentes facciones y partidos en su mando inmediato. Es mucho más difícil mandar en un esquema en que los funcionarios deben más bien reportar por sus acciones al partido o facción que permitió su nombramiento. Ciertamente, un concurso público con criterios de distribución partidista no funcionará, y posiblemente creará enormes expectativas para ser posteriormente acusado de procedimiento propagandístico. La cuestión está en cambiar el fondo del asunto, la filosofía misma de lo que debe considerarse estrictamente el componente de cambio asociado a la gestión de una administración de gobierno. Esto define la necesidad de una carrera funcionaria pública integral y efectiva. El resto consistirá solamente en tratar de ocultar el sol con un dedo.

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