El mensaje de las encuestas
11 de Julio de 2001
La situación económica nacional no es fácil, y está reflejándose muy bien en el cuadro político. La reciente evaluación que una encuesta ha formulado respecto de la actual administración, levanta un cúmulo de preguntas respecto a la evolución futura del conglomerado de gobierno y de la gestión del mismo. Resulta necesario no sólo esperar que mejore la situación económica externa –una situación que está posponiéndose en forma sistemática- sino que salir al paso de varios problemas. En realidad, se esperaría que sean los partidos políticos quienes conduzcan un debate sobre la salida que necesita el país, los mismos están concentrados en temas electorales de corto plazo, sin convertirse en el fundamento que oriente las acciones de gobierno, lo cual es el signo de sus crisis inevitable. Por lo tanto, es urgente que sea el propio Ejecutivo quien dé una señal firme sobre las intenciones programáticas y el calendario fijado para las acciones, indicando que se está por encima del debate político, que se ha escuchado el mensaje del país, y que se dispone, el gobierno como un todo y por encima de consideraciones partidistas, a avanzar en las reformas necesarias para asegurar crecimiento y equidad. Sin ninguna duda, esa plataforma tendría el apoyo decidido de la mayoría ciudadana.
Existe gran oportunismo en la crítica formulada a la acción de gobierno, siendo esto usado principalmente como una herramienta electoral. Lo que interesa, sin embargo, es la propuesta de ideas alternativas que aseguraría, más allá de los slogan y del atrevido marketing que todos hemos conocido, la fórmula de acciones que comprendería un paquete reactivador y de aseguramiento de mayor crecimiento y equidad. Es fundamental que el país se oriente en torno a un mensaje claro y simple respecto de la continuación de un programa de reformas en el marco de los principios programáticos fundamentales. Es importante que el país sepa que no se está esperando ni las próximas elecciones ni la reactivación mundial para iniciar un plan de acción vitalizador y lleno de esperanzas. La salida, en los grandes momentos, siempre pasa por el liderazgo ejecutivo que debe actuar sólo con el norte que representa el interés nacional.