Esperanzas Necesarias

30 de Mayo de 2001

Todos esperamos que la economía chilena reaccione positivamente a los estímulos que le comienza a entregar la recuperación de la economía mundial. Para que ello ocurra, es fundamental que se recupere la confianza para invertir, y desarrollar los proyectos que permitan no sólo absorber empleos, sino también entrar a una fase de expansión con un mayor dinamismo exportador. Esto requiere políticas de corto plazo, especialmente en términos de otorgar señales que construyan esa confianza en los inversionistas y consumidores. Para ello hay que aislar a los "profetas del desastre" y construir un espíritu de país que les proporcione más espacios a las mayorías que expectantes esperan un claro liderazgo político, desapasionado y constructivo. También se requieren políticas de largo plazo, reformas que propicien mayor ahorro e inversión, que generen una renovada capacidad productiva, introduzcan innovación para entrar exitosamente en los mercados, nos hagan atractivos para la inversión extranjera y las alianzas comerciales. Para esto se requiere una acción definida en el campo del desarrollo de los recursos humanos, de la investigación tecnológica, de las reformas financieras pendientes, de la promoción del ahorro, etc. Todo esto se ha dicho insistentemente por diferentes actores y opinantes. La cuestión es ponerlo en orden como una agenda de trabajo que todo Chile pueda seguir.

Se está arriesgando la segunda posibilidad en la historia republicana de alcanzar un estándar de vida significativamente más cercano al desarrollo. Sabemos que la agenda económica debe hacerse más cercana a la agenda social, para poder contar con la estabilidad que requiere el horizonte de largo plazo. Precisamente por esto, y por la nutrida agenda de acuerdo que debe existir para salir adelante, es que se necesita, como condición indispensable, la existencia de un activo liderazgo político, con partidos conductores de ideas, y con líderes menos centrados en las contingencias y el ámbito de las "denuncias", y mucho más identificados con la enorme responsabilidad de conducir a un país hacia su futuro. Chile precisa ideas y una clara discusión sobre prioridades de políticas. Eso es lo más ausente en la actual coyuntura económica y política, y es el ingrediente que todos esperan para poder hacer creíble los postulados, agendas, propuestas y definiciones que a menudo unos y otros nos hacen escuchar.

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