Mirar Hacia Delante

04 de Octubre de 2000

Indudablemente, el tema de las indemnizaciones otorgadas a ex ejecutivos de empresas del Estado ha causado gran conmoción. Un puñado de personas ha accedido a pagos que sobrepasan el límite de lo éticamente aceptable, especialmente por tratarse de empresas que trabajan con recursos que pertenecen a todos los chilenos. Cuando los ejecutivos de estas empresas, incluyendo sus directores, no se buscan abiertamente en el mercado, sino que responden a designaciones basadas en sus distintivos políticos, la compensación "de acuerdo a las reglas imperantes en el sector privado" no constituye un argumento defendible. Por desgracia, se han publicado listas incompletas y francamente poco informativas, el nombre de personas muy honorables, cuyas indemnizaciones después de años de trabajo están en rangos aceptables que nadie podría objetar arbitrariamente o excesivos. Debiera tenerse mucho cuidado, puesto que en el afán de construir una estrategia para desprenderse de las acusaciones, se mancilla el honor de personas inocentes al incluirse junto a otros nombres cuestionados por un tema ético. En un país en que la noticia ha pasado a ser aquello que es escandaloso, y en donde los representantes del interés de la Nación han llevado a un grado excesivo el afán de figurar y revelar acusaciones y desvergüenzas, este tema hace mucho mal, puesto que profundiza las desconfianzas y los temores que se anidan inevitablemente en medio de una situación económica difícil.

La gran lección es que deberá existir una verdadera modernización del Estado, incluyendo mecanismos explícitos para las designaciones y la creación de carreras fuera de los ámbitos partidistas. También está la lección respecto a la necesaria ética que debe existir en política, y que los partidos debieran estar preocupados de propiciar. ¿Cómo sí no explicarles a los jóvenes qué está pasando, y que ello no conlleve una triste enseñanza que después lamentaremos? ¿Cómo explicarles a los pobres que deben seguir esperando, cuando no existe de parte de todos el sentido del justo deber? Se necesitan respuestas, pero más que nada un cambio de actitud. La clase política tiene hoy día que tomar la acción para enmendar y dar las señales requeridas para que Chile no sufra más desilusiones.

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