Un Impulso Revitalizador

13 de Septiembre de 2000

Los dilemas de la economía chilena son serios y múltiples. Enfrentamos la paradoja de estar creciendo a tasas pronosticadas de alrededor de 6%, y de contar con un fuerte impulso basado en la estabilidad macroeconómica y en la existencia de mercados fluidos y establecidos, pero de vivir la sensación de "estancamiento". No están los grandes proyectos atractivos para la inversión externa; hay una depresión del gasto agregado profundamente influida por expectativas negativas. Junto con ello, un desempleo que se estanca en alrededor de 10%, y a una tasa de inversión que no se recupera. ¿Dónde están los cuellos de botella estructurales? Sin duda, las señales de las reformas que se proponen en el campo tributario y en el laboral no han sido todo lo estimulante que se hubiese deseado. Tampoco lo ha sido la oportunidad de poner en marcha esas reformas, en medio de la salida lenta de una recesión significativa. También está la pérdida de fuerza de las acciones estatales para llevar adelante los compromisos de privatización; se han dado señales de falta de voluntad y se ha ido hipotecando la confianza de potenciales inversionistas. Las Pymes están financieramente ahogadas, y necesitan una señal de estímulo y de apoyo para facilitar sus renegociaciones. Finalmente, existe una mano de obra de muy baja calificación, con escasas habilidades, que no está preparada para atraer proyectos que vayan más allá de la producción de exportaciones de bajo valor agregado.

A los factores anteriores se une una nueva campaña política en que surgen con fuerza viva las divisiones de la coalición de gobierno, que debiera, más bien, prepararse para enfrentar con un diagnóstico y estrategia común los retos que emanan de la situación presente. El debate favorece las afirmaciones con impacto electoral y poco hay sobre las preocupaciones mayores y sustanciales respecto del futuro a diez años. A todos nos debe preocupar aquello, en forma central y coordinada. Sin ninguna duda, lo que se precisa es un impulso revitalizador que privilegie la inversión y el empleo, colabore a una solución para las Pymes y otorgue señales sobre estabilidad, continuidad y conducción de una economía encaminada a su modernización y consolidación. Las medidas recientemente adoptadas caminan en esta dirección, pero todavía se espera más fuerza y mayor énfasis en iniciativas con impacto de corto plazo.

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