Confianza para crecer

08 de Agosto de 2001

Las tasas de crecimiento pronosticadas oficialmente para este año han ido declinando de modo ostensible. En un principio, las predicciones estuvieron influidas por un ánimo basado en mejores previsiones para la evolución del resto del mundo. Puede lo mismo denominarse "exitismo", pero cabe dentro de las responsabilidades de la autoridad económica el proveer visiones positivas hacia el futuro, aunque enmarcadas en un cuadro de realismo. En lo sucesivo, las predicciones se han marcado más por el afán de evitar un continuo desplome de expectativas que por el ánimo efectivo de reflejar la ocurrencia de los fenómenos externos. La cuestión es donde debe terminar la visión positiva necesaria para que un país continúe adelante, y donde debe comenzar el realismo necesario para que la autoridad mantenga credibilidad. Se trata de un equilibrio difícil entre lo real y posible frente a lo deseable, el cual la autoridad económica debe mantener estrictamente. Ante esta dificultad muchos creen mas bien que la autoridad económica debe minimizar sus apariciones públicas y las opiniones sobre el escenario futuro; siempre se menciona a Greenspan como un buen ejemplo de esto último.

Aparte de este tema de opiniones y visiones de la autoridad, el problema del crecimiento continua siendo una cuestión de expectativas y de efectiva recuperación del gasto. Al mismo tiempo, responde a señales que el sector privado observa como cruciales para desarrollar la nueva inversión. Poco ayuda el recuento de las veces que la autoridad ha debido revisar el crecimiento proyectado "hacia abajo". También colabora pobremente una mirada a las discusiones políticas innecesariamente prolongadas frente a temas de interés crucial para la empresa, como son los aspectos tributarios y regulatorios. Por ello, junto con una minimización de las miradas "futuristas" oficiales, también es importante reducir los tiempos en las discusiones de proyectos cruciales y de iniciativas con probables efectos en las decisiones de inversión. Este es un momento crucial para Chile, porque las salidas de una recesión son, como en las enfermedades de invierno, un período proclive a las recaídas. Resulta necesario que la recuperación tenga lugar en un ambiente que proporciones mas seguridades, evite las señales contradictorias y capitalice, efectivamente, el lugar que ha ido ganando Chile en el escenario regional y mundial.

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