Pensando en Positivo

19 de Mayo de 1999

La situación económica ha venido engendrando una serie de resultados indeseables, en medio de las restricciones que se han debido vivir como resultado de la situación externa y sus consecuencias macroeconómicos. A la crisis asiática se ha unido la peor sequía del siglo, ayudando con ello a una situación caótica que afecta moral y materialmente a los chilenos. Pero es necesario retomar la mirada positiva sobre los problemas existentes. Indudablemente, la crisis ha empezado a ceder y ya se advierten señales positivas en muchos de los países. Asimismo, la economía de EE.UU. continua con una expansión sólida y sostenible, que colaborará a los ánimos de recuperación que se observan en Latinoamérica. Evidentemente, la salida de la crisis no será automática, pero el segundo semestre estará marcado por un paso firme hacia la recuperación. Con ello, cederá el desempleo y se entrará en una fase de recuperación del nivel de actividad, tan resentido durante los últimos meses.

La enseñanza que deja la crisis económica es importante de ser considerada. Por una parte, deja la lección de que las crisis externas, que serán siempre un fenómeno presente en la economía mundial, se harán presentes durante un período de tiempo relativamente breve pero con notable intensidad. La capacidad de la política económica para responder a la situación de crisis debe enfatizar el uso de instrumentos de respuesta rápida, no aquellos cuyo efecto se hace sentir con lentitud, como es el caso de la política fiscal. Pero en el caso de la política monetaria y cambiaria, el diseño de política debe apuntar a disminuir el impacto real, quizás aún a costa de perder un tanto en términos de otros objetivos, pero minimizando el impacto social que genera tanto desequilibrios de tipo permanente, incluso posteriores a la crisis misma.

También la crisis eléctrica deja sus lecciones, a pesar de lo inevitable que aparece como resultado de un fenómeno natural. Nadie puede sostener que la inversión deba duplicarse para tener siempre a mano una forma de responder productivamente a la falta de agua. Pero resulta también innegable que ha prevalecido improvisación, falta de explicaciones transparentes, y una ausente revisión del marco regulatorio para actualizar lo que sea necesario. La enseñanza que deja este episodio es que tenemos que aprender a prever para adelantarnos a situaciones, y que la intervención política haría mucho mejor en discutir el diseño de medidas preventivas, antes que colaborar a la confusión.

Y es innegable que el país puede seguir avanzando muy bien si se hacen las correcciones que requiere nuestro modelo económico y social. Para ello, es bueno pensar en positivo, para despertar el alma nacional hacia lo que realmente importa: nuestro futuro y el de las generaciones venideras.

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