¿Después de Brasil, Qué?

18 de Noviembre de 1998

La situación que Brasil enfrente en los meses que vienen, ha pasado ha ser un elemento central en las definiciones de política económica doméstica. Sin duda, el tema de una recesión en Brasil es algo que afecta significativamente a la economía mundial, y por lo tanto a nuestro país en forma indirecta. Pero es también cierto que Brasil no es de los socios comerciales más fundamentales para Chile y que, por tanto, los efectos directos no debieran ser de la magnitud que se postula en diversos medios. Lo que sucede es que nuestra política económica ha ido entregando creciente importancia al caso de una eventual falla del "paquete" brasileño y, por esa vía, nos ha hecho dependientes de un desenlace indeseado y que, en realidad, se ve cada vez más factible. Las advertencias de un connotado economista durante los días pasados deben hacer meditar a la autoridad sobre la mezcla de políticas que debe ponerse en práctica para enfrentar mejor las turbulencias que se anticipan para 1999.

El "paquete" que ha propiciado la autoridad de Brasil ha puesto fuerte énfasis en materia de mayores impuestos, en lugar de la reducción de gastos, como originalmente se había anticipado. El grado de éxito de las medidas postuladas se ve como muy poco firme y podrá llevar a un desenlace cambiario inevitable en la medida en que se haga insostenible la situación de la cuenta corriente. Con ello podrá desatarse una nueva oleada de efectos económicos, incluyendo turbulencias financieras y dificultades en los mercados de bienes.

Sin lugar a dudas, lo anterior implica un mayor cuidado con la combinación de políticas que se emplean en el caso doméstico. La tasa de interés debe caer hacia fines de año, pero se anticipa como el mecanismo que seguiría jugando un rol central en el ajuste ante nuevas turbulencias y, por lo tanto, generará expectativas que no contribuirán a normalizar el horizonte productivo y del empleo. La política cambiaria debe convertirse en instrumento de mercado que acomode los shocks externos, y evitar los efectos indeseables de la intervención como determinantes de los niveles de actividad en respuesta a los mismos. La pregunta que todos se formulan es qué sucederá en Chile luego de una devaluación severa en Brasil. La respuesta la tendrán que dar muy pronto las autoridades económicas.

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