Investigación Científica

14 de Octubre de 1998

Para muchos caben dudas respecto de la importancia que tiene la investigación científica básica para un país pequeño y en vía de desarrollo como el nuestro. Algunos la ven como "innecesaria", en la medida en que los resultados podrían adquirirse internacionalmente, ahorrando significativos recursos nacionales. Otros, la ven como una especie de "bien suntuario", ya que el financiamiento de esa actividad refleja la existencia de un grupo privilegiado de personas que dedican su tiempo de especulación. Ni unos ni otros aprecian la importancia del tema, su crítico impacto en el desarrollo nacional y sus implicancias indudables respecto al rendimiento de muchos proyectos de inversión. Lo lamentable es que tales visiones afectan de modo muy decisivo la asignación de recursos para una actividad estratégica para el país.

La investigación básica está destinada a crear ventajas comparativas y a fortalecer las existentes, lo cual no podría hacerse vía la compra de investigación ya finiquitada en otra parte. La dirección de la investigación en términos de sus aplicaciones se determinan, en gran parte, en función del diseño básico, y determina una escasa transferibilidad a situaciones diversas en el ámbito productivo, por ejemplo. Por lo demás, la investigación científica básica es compleja y constituye una apuesta acerca de resultados probables. Demanda tiempo y una inversión significativa en recursos materiales, pero su rentabilidad social debe evaluarse en el conjunto de lo que se logra tras el uso de los resultados positivos.

Por desgracia estas materias son hoy día discutidas en un plano de corto plazo y con criterios que distan de las prioridades de país. El avance que el país espera tener a lo largo de las primeras dos décadas del próximo siglo requiere investigación en biotecnología, agronomía, robótica, biología celular, farmoquímica, etc., que deben estar produciéndose en la actualidad. Ello requiere un esfuerzo significativo para consolidar para "apostar" a favor del futuro, reconocer la excelencia académica como factor decisivo para asignar los recursos, y favorecer el criterio de proyectos de fomento estratégico para el país. Sólo ello asegurará lo necesario para un desarrollo de verdad.

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