Una pobre gestión educativa

Santiago, 02 de Febrero de 2005

Los problemas de gestión son parte crucial en la calidad de la educación. Inamovilidad de funcionarios, que se proyecta en el plano de la justicia social y laboral, es sin embargo conducente a malos resultados y poca responsabilidad en el desempeño. Los Directores en el sistema municipal no son concursables, y su desempeño se liga más bien a aspectos formales que a cuestiones académicas en cuanto a las que deberían responder específicamente. En el sistema privado es corriente que a los profesores no se les pague durante las vacaciones, y se estimule un excesivo compromiso de docencia directa, que compromete la calidad del resultado al no acompañarse del necesario tiempo de estudio y preparación. Las municipalidades privilegian cuestiones de tipo político, como lo ha revelado un reciente estudio, y no la respuesta del sistema escolar medida en resultados docentes, a políticas educativas. Estas últimas ni siquiera parecen existir como parte de un protocolo municipal a nivel político y ciudadano. Hay además, problemas con la aplicación de los programas, la cual es insatisfactoria e incompleta como regla general. Entre la gestión municipal y aquella académica de la que es responsable el propio Ministerio de Educación, no existe una adecuada coordinación y tienden más bien a prevalecer desencuentros y contradicciones.

En suma, el sistema es altamente ineficiente. A ello hay que sumar el bajo compromiso que manifiestan las familias con el proceso educativo y sus resultados, lo que tiende a minimizar el negativo impacto de la mala gestión y organización del sistema. Para muchos, con el ámbito político, mejor ni nombrar estos problemas y no insistir en el tema de la calidad de la educación. Total, la cobertura ha crecido notablemente y lo seguirá haciendo de modo majestuoso en el caso de la educación superior; con ello hay satisfacción proveedora mientras que el resto es una carga que se acomodará en el camino hacia el país con exportaciones intensivas en recursos naturales y mano de obra barata al cual nos encaminamos irremediablemente. ¿Será factible una visión que termine con el "más de los mismos" y ponga mayor responsabilidad en un tema decisivo para nuestros niños y su futuro? ¿Habrá una elemental muestra de responsabilidad para acometer una revisión integral sobre el funcionamiento de nuestro sistema escolar?

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