"Filtración"

Santiago, 09 de Febrero de 2005

Nuestra cultura política está fuertemente orientada a promover la desconfianza hacia las instituciones. En el desfavorable propósito de hacer de la política una profesión de la denuncia sobre cualquier tema que luzca importante, se deja de lado la necesidad de que el político deba ser un juicioso conductor de ideas y elaborador de conclusiones fundadas sobre los hechos de que conoce. Contrariamente, basta una fotocopia anónima, la insinuación de un hecho presumiblemente alevoso, o la "interpretación" por parte de algún presunto testigo, para denunciar hechos en forma pública y sin suficiente fundamento, y para correr a periódicos y tribunales a hacer un acto público para las cámaras. Los hechos mismos se admiten y publicitan como definitivos y usualmente se convierte en ataque contra personas e instituciones indefensas ante la acción medial y el fuero parlamentario. Recientemente, por ejemplo, se denunció la "filtración" de la PSU de Ciencias, y se estableció ello como un hecho, aprovechando las páginas de periódicos cuya venta depende funcionalmente de las galimatías que promueven sus titulares. Inmediatamente se cuestionó a autoridades académicas, a los técnicos del DEMRE, a la propia institucionalidad universitaria. Lo que más tarde prevaleció fue la verdad: no existió tal "filtración" sino el adelanto de ejercicios preparados por un notable profesor para entrenar a sus alumnos y que tuvieron gran éxito predictor de los contenidos de las pruebas. La seriedad del proceso, la seguridad del sistema, la responsabilidad de los técnicos del DEMRE y de la Universidad de Chile recibieron, así, un respaldo y una ratificación. Pero la forma en que se condujo la denuncia, la falta de fundamento de las acciones y denuncias mediales, las acusaciones veladas e infundadas que se promovieron, no dejan de infringir un daño. Más tardíamente también se ha reconocido que el propósito verdadero ha sido, nuevamente, cuestionar a la Universidad de Chile como la entidad responsable de procesos de selección y admisión que no gustan a ciertos sectores que promuevan el desarrollo mercantilista de la educación superior. ¿Cómo se puede compensar a instituciones y personas que aparecieron cuestionadas injustamente? ¿Cómo promover debates de fondo sin recurrir a artilugios mediales? Para nuestra sociedad y nuestros jóvenes un gesto de enmienda ayudaría a conformar un nuevo y necesario estilo en la política nacional.

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