Nuevo ambiente electoral

Santiago, 26 de Enero de 2005

El ambiente electoral del país ha cambiado significativamente con la reciente incorporación de un nuevo candidato presidencial a la carrera. El electorado espera que a raíz de este acontecimiento se logre imponer un más efectivo debate acerca de las propuestas de cada aspirante a la Primera Magistratura, donde primen realmente ideas innovativas para atender los nuevos y viejos problemas nacionales. Entre ellos se encuentra, por cierto, el asunto distributivo, referido a la notoria inequidad social que prima entre los chilenos constituyendo un reflejo en gran medida de la desigual y baja calidad de la educación.

Este problema no ha sido abordado con la decisión que se requiere, a pesar de haber sido un aspecto central en la campaña del año 1999. La ciudadanía, y muy especialmente los jóvenes, ven con sorpresa que este tema se ha constituido nuevamente en un aspecto central del debate. En el curso del mismo han predominado hasta ahora varias generalidades y muchas ideas no ciertamente respaldadas por la acción observada en los últimos años por parte de los conglomerados políticos. Por ello, la virtual ampliación que se vive en el campo electoral con la incorporación de un nuevo candidato, ha de dar pábulo a discusiones más amplias y profundas sobre materias de interés nacional, como es el caso del agudo problema distributivo. Es de esperar, pues, que en el debate tengan menos visibilidad y peso las consignas que las ideas nuevas sobre los problemas nacionales. El país espera que las mismas se presenten en forma transparente, y que así también lo sean los correspondientes planes remediales.

Un aspecto central en los compromisos que deben predominar en el debate presidencial se refiere a la actitud que deben asumir los partidos políticos. No bastan los buenos y competentes equipos de gobierno comprometidos con un conjunto razonable de ideas posibles de materializar, como tampoco la seriedad técnica de las mismas. Ni siquiera basta la seriedad y competencia de los candidatos. Lo fundamental en nuestro sistema, donde las iniciativas de ley requieren adecuados quórum parlamentarios, es que los partidos políticos suscriban tales compromisos, y respalden así efectivamente las iniciativas presidenciales que se correspondan con una plataforma comprometida ante el país.

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