Columna de opinión

"Segundo Acuerdo de Producción Limpia Educación Superior Sustentable": una oportunidad para imprimir un nuevo sello en la UChile

APL II: un nuevo sello para la sustentabilidad en la UChile
Lorna Lares, presidenta del Comité por la Sustentabilidad de la Universidad de Chile.
Lorna Lares, presidenta del Comité por la Sustentabilidad de la Universidad de Chile.
La ceremonia de firma del APL II se celebró el pasado 9 de septiembre, entrando en vigencia el 1 de enero de 2020.
La ceremonia de firma del APL II se celebró el pasado 9 de septiembre, entrando en vigencia el 1 de enero de 2020.

Para nuestra Universidad la sustentabilidad es un valor en la formación de los futuros profesionales, que se manifiesta de diferentes formas en los distintos territorios y se entrelaza con las diversas acciones de los estamentos que componen nuestra comunidad.

Es por esto que la firma del “Segundo Acuerdo de Producción Limpia Educación Superior Sustentable” (APL II), impulsada por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático y la Red de Campus Sustentable, refuerza el compromiso de transformar nuestra casa de estudios en una Universidad sustentable, objetivo principal de la Política de Sustentabilidad Universitaria; y contribuye, además, en avanzar en la necesidad de frenar los efectos del cambio climático, establecido en el Manifiesto de la Universidad de Chile “El Desafío Histórico de la Humanidad frente al Cambio Climático”, de ser carbono neutral a más tardar el año 2050, y promover acciones en este sentido.

El APL II, que también cuenta con el respaldo del Ministerio de Medio Ambiente y las carteras de Salud, Energía, Educación, Desarrollo Social; y la Agencia de Sostenibilidad Energética, establece una hoja de ruta que contempla cinco ejes principales: Gobernanza y Seguimiento; Cultura Sustentable; Academia; Gestión de Campus; y Vinculación con el Medio y Responsabilidad Social, asociados a 116 acciones, compatibles con la agenda 2030 de Naciones Unidas, las que deben ser implementadas en un plazo de tres años a partir del 1 de enero del 2022, con certificaciones graduales para cada una de las 11 facultades y los 2 institutos que han asumido esta responsabilidad.

Dentro de las acciones más relevantes están establecer, implementar y monitorear indicadores de sustentabilidad y elaborar un reporte anual que refleje los aportes de la institución en esta materia. A su vez, construir un programa de formación docente para la sustentabilidad e inducción de la misma para funcionarios del personal de colaboración; levantar un plan integral de residuos (peligrosos y no peligrosos), de gestión de agua, energía y biodiversidad; incorporar criterios de sustentabilidad en las compras y contratación de productos y servicios; mejorar la infraestructura relacionada con la movilidad sustentable, con la implementación de un plan asociado y la construcción de bicicleteros; y elaborar un plan de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero GEI, comprometiendo acciones y objetivos cuantificables de reducción, entre otros.

En este sentido, resulta fundamental el trabajo mancomunado entre todos los actores de nuestra institución: vicerrectorías, Comité, secretaría ejecutiva, unidades locales triestamentales de sustentabilidad y coordinadoras/es de sustentabilidad de cada unidad académica.

Desde el Comité por la Sustentabilidad y la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, reconocemos y destacamos el compromiso de los y las estudiantes, académicos y académicas, profesionales y funcionarios/as del personal de colaboración, así como las autoridades de cada una de las unidades adscritas al acuerdo, quienes una vez más incorporan conocimiento y capacidades en la academia para enfrentar los desafíos que nos impone el cambio climático y movilizan las transformaciones hacia una sociedad y un modelo de desarrollo integral, equilibrado, sustentable y con perspectiva de género, a través de la investigación, creación, docencia, vinculación con el medio y gestión de campus.

Asimismo, reconocemos que este nuevo desafío nos obliga a rearticular las capacidades, recursos y proyectos tanto al interior del comité y entre las diversas unidades y grupos de trabajo en los distintos territorios, junto con coordinar un trabajo triestamental e interfacultad participativo y colaborativo en pos de alcanzar las metas del acuerdo.

Este nuevo escenario se presenta entonces como una oportunidad para reforzar las acciones inter y transdisciplinares; potenciar la generación de nuevas redes transversales e intergeneracionales, entre campus y disciplinas; incrementar proyectos y docencia de pregrado y postgrado en materia de sustentabilidad; además de resignificar una vuelta a la presencialidad y un habitar de nuestra casa de estudios con un sentido comunitario, de inclusión y cohesión, de conexión con nuestro patrimonio material e inmaterial, desde la diversidad, el desarrollo personal, social, cultural y ambiental con una fuerte vocación y responsabilidad de hacer universidad pública sustentable por y para todas y todos.