Luego de un largo proceso de primarias en el que más de una decena de postulantes republicanos quedaron en el camino, y donde Bernie Sanders logró romper con el tabú de denominarse socialista sin que implicara un suicidio político, la candidata demócrata Hillary Clinton y el abanderado del Partido Republicano, Donald Trump, acaban de enfrentarse en el primero de tres debates televisados antes de que se realicen las elecciones presidenciales el próximo 8 de noviembre.
En una campaña que ha estado marcada por el deslenguado caracter del candidato republicano, que no ha dudado en insultar y enfrentarse a ex presidentes de su propio partido, veteranos de guerra, a las mujeres, inmigrantes, latinos y afroamericanos; y por la polémica que rodea a Hillary Clinton por el uso que realizó de su correo electrónico personal para manejar documentación relacionada a su cargo como Secretaria de Estado, existe alta expectación ante el desempeño de ambos políticos.
El profesor Robert Funk analizó el debate y destacó el esfuerzo de Clinton por desmarcarse de su imagen ligada a Wall Street, así como el viraje del Partido Republicano hacia la crítica a la globalización y al libre comercio.
Las editoriales de diarios importantes como el New York Times y el Washington Post aseguraron que Hillary Clinton salió mejor parada del debate, y este último incluso aseguró que entre los partidarios republicanos se la daba por ganadora. ¿Fueron tan contundentes los resultados?
Es contundente desde los estándares tradicionales de los debates y la política estadounidense, pero esta elección ha sido distinta, y a eso es a lo que ha jugado Trump desde el comienzo, fortaleciendo su apoyo entre una base de un sector del partido republicano y atrayendo nuevos sectores que tradicionalmente no votaban por ese partido.
Normalmente en la política tradicional se hace un giro hacia el centro tras las primarias moderando el discurso que se presentó para ganar la nominación, y eso pasa en la izquierda y en la derecha, pero Trump no está haciendo eso porque apuesta a que ese centro no irá a votar, y que como tienen voto voluntario quienes sí lo harán son quienes están más animados a hacerlo.
Trump sabe que afroamericanos y latinos votan menos que los blancos, por lo que piensa que puede ganar manteniendo ese discurso duro que ha desplegado a lo largo de toda su campaña. Desde ese punto de vista, Trump no se hizo daño, tampoco hizo mucho para ganarse más votantes, pero cree que no es necesario.
A Clinton sí le fue muy bien pero en el mejor de los casos lo que logró fue detener el deterioro de su apoyo que se dio después de que se enfermara en plena campaña. Eso podría significar un aumento de uno o tres puntos; si logra subir un 3 por ciento y vuelve a una diferencia de 5 o 7 por ciento por sobre Trump va a quedar en buen pie pensando en que quedan dos debates más antes de la elección.
Uno de los cuestionamientos que se le habían hecho a la candidata demócrata era que a pesar de aparecer como una figura más presidenciable no lograba empatizar con los sectores más descontentos, con aquellas personas que fueron atraídas por el discurso de Bernie Sanders en la primaria
Un grupo importante en ese sentido son los votantes jóvenes de 18 a 30 años, que logró atraer Sanders y que Clinton aún no logra convencer. Por eso mencionó en el debate temas como la energía solar, o el calentamiento global, temas que le importan a ese sector.
Llama la atención de que Trump, que tampoco atrae a ese grupo, indicó que la amenaza nuclear es más importante que el calentamiento global y ha dicho en otras oportunidades aunque ahora lo negó, que el calentamiento global es un invento de los chinos para quitarle empleo a los norteamericanos. Otro sector complicado es un segmento amplio de la comunidad afroamericana que apoyó a Obama en las últimas dos elecciones que si bien apoyan más a Clinton que a Trump, es importante que efectivamente vayan a votar.
Clinton planteó la idea de hacerse cargo de la problemática generada por la deuda de estudios universitarios, ¿es esto un guiño?
Sin duda. Esa promesa de bajar la deuda de los egresados de las universidades fue algo negociado con la campaña de Bernie Sanders al interior del Partido Demócrata para conseguir su apoyo.
A Clinton la han acusado mucho de ser cercana a Wall Street y al mundo de las altas finanzas, y ha tenido el desafío de abandonar esa imagen, y este tipo de propuestas le permiten demostrar avanzar en esa dirección para atraer a los jóvenes y también a sus familias.
Ya que Trump pareciera no poder aspirar a ganar el voto masivo de afroamericanos y latinos, se ha dicho que parte del voto en disputa corresponde a la clase trabajadora blanca. ¿Es en esa disputa que se entiende la crítica de Hillary Clinton al TPP?
Ese es otro guiño de Clinton a la campaña de Sanders. Efectivamente ella ha hecho un giro en el tema y la misma opinión pública en Estados Unidos ha tenido un viraje, el libre comercio era antes algo que no tenía mucha oposición excepto en los sindicatos, y fue precisamente el ex presidente Clinton quien negoció el TLC con México y Canadá.
Los tiempos han cambiado y es bastante fácil para Clinton desmarcarse del TPP porque es poco probable que se apruebe, Obama va a intentar que se apruebe luego de las elecciones pero se ve difícil.
Lo interesante es como el Partido Republicano se ha alejado de su defensa de la globalización y el libre comercio y se ha puesto más proteccionista, eso es algo nuevo en comparación con los últimos 50 años. Eso puede tener que ver con los grupos que respaldan a Trump, pero lo que realmente une a sus partidarios es que son blancos, y en muchos casos con algún nivel de racismo, se sienten amenazados por la inmigración y eso es más transversal, pueden ser blancos ricos, de clase media o trabajadora, pero lo que los une es eso.
Hablando de cambios en el Partido Republicano, llaman la atención los comentarios de Trump sobre la Rusia de Vladimir Putin, y que eso no lo haya afectado cuando es uno de los “rivales” tradicionales de Estados Unidos a nivel global.
Lo mencionó Clinton ayer en el debate cuando dijo que el hackeo que se hizo de unos servidores ligados al Partido Demócrata se investigó por la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional, que aseguró que el ataque provino de Rusia pero Trump dijo que no se sabe, de nuevo públicamente defendió a Rusia, y en ocasiones anteriores ha dicho que admira el liderazgo de Putin.
No sé si eso lo dice porque tiene contactos de negocios con Rusia o inversionistas rusos, o si básicamente está apelando a su gusto por ese tipo de líderes, y porque sabe que sus votantes también buscan un líder fuerte, autoritario, y por lo tanto los ejemplos que siempre usa son ese tipo de líderes aunque dicen que tiene efectivamente negocios con Rusia.
Como Trump no ha publicado su declaración de impuestos no se puede saber, y Clinton se lo sacó en cara, que sus negocios pueden ser turbios y que nadie sabe de dónde sale su plata o cuanta es realmente la riqueza que posee.
Faltan varias semanas para las elecciones y dos debates más, ¿qué temas marcarán esta etapa?
Si no hay algún ataque terrorista o algún otro imprevisto que cambie radicalmente el escenario será el estado de la economía, continuarán lanzándose acusaciones respecto a la credibilidad, y hasta cierto punto creo que Trump usó mucho los temas internacionales, acusó a Clinton de ser la responsable de crear a ISIS y por los problemas de Medio Oriente sin acordarse de que fue Bush quien invadió Irak.
Eso es interesante, para los republicanos la guerra en Irak es un problema de Obama pero para los demócratas el Medio Oriente es un problema que creó Bush junto al Partido Republicano. Eso demuestra que los dos mundos ven la realidad de forma distinta, pueden ver la misma situación de manera muy diferente.
Faltan dos debates más y se evaluará mucho lo que ocurra ahí en cuanto a comportamiento y liderazgo, los debates tienen más que ver con imagen, como se conducen los candidatos y en esas materias Clinton va ganando y habrá que ver si Trump mejora su desempeño, yo creo que no.