Columna de opinión:

Juan Manuel Quinteros: "Interrogantes por la cuota de música chilena en las radios"

"Interrogantes por la cuota de música chilena en las radios"
Creo que la intención de la ley es, de un modo inocente, una buena iniciativa, pero no está apuntando a lo que necesita realmente el medio musical chileno.
Creo que la intención de la ley es, de un modo inocente, una buena iniciativa, pero no está apuntando a lo que necesita realmente el medio musical chileno.

A todos nos gustaría pensar que tenemos cierto grado de individualidad y decisión en lo que nos interesamos y consumimos, pero una visión más objetiva puede mostrarnos que nuestro background viene condicionado por los primeros roces perceptivos con la sociedad, lo que define intereses y gustos arraigados al entorno geográfico, familiar, cultural y mediático. En estos tiempos de exponencial desarrollo tecnológico y comunicacional, difícil es saber cuán positivo puede llegar a ser el fácil acceso y bombardeo de información en la sociedad.

Por estos días en nuestro país se está tramitando una ley que busca imponer un 20 % de música chilena en las radios, entendiendo que éstas funcionan en frecuencias públicas. Sin sonar peyorativo, pienso que todos tenemos consciencia de que la música que suena en las radios, no lo hace necesariamente por su calidad o por lo genuina que sea como expresión artística, sino más bien por una suma de razones asociadas a aspectos utilitaristas y comerciales, lo que no quita que pueda haber obras de calidad en las parrillas programáticas. La discusión de la iniciativa plantea preguntas como, ¿cuál de los actores (Estado o radios), podría definir la música en cuestión?, ¿se programaría música de identidad chilena?. Hasta donde entiendo, las radios podrían decidir qué tocar, dado que la imposición se refiere al término genérico.

Por otra parte, y cosa que me atañe como compositor de música escrita docta, no tengo ni la pretensión, ni he imaginado que con esta ley, se tocaría alguna de mis obras en una radio de alta sintonía, o una tonada de Pedro Humberto Allende, y no creo que algún colega lo haya pensado tampoco, pero por qué uno tendría que asumir algo así entre líneas, siendo que la ley debería amparar la Música Chilena en su total amplitud. Frente a esto, existe una posición bastante lógica respecto a la relación artista, medio, receptor. Esta es, que nadie debiera estar obligado a escuchar algo que no es de su agrado. Pero también hay que aceptar que el idílico precepto de tomar sólo lo que me interesa, hoy dejaría el trabajo de muchos buenos artistas fuera del alcance del receptor, debido a que gran parte de la música que se escucha, es producto de lo invasivo de los medios de comunicación.

Creo que la intención de la ley es, de un modo inocente, una buena iniciativa, pero no está apuntando a lo que necesita realmente el medio musical chileno y puede terminar favoreciendo a músicos ya con tribuna. Por otro lado, debiéramos considerar que en tiempos que se habla mucho de políticas culturales, éstas debieran preocuparse en primera instancia que dichas medidas sirvan para crear espacios, fomentar y difundir músicas que tienen menos cabida en el plano comercial. Lo preocupante de que se lleve a cabo esta ley, es que podría poner fin por muchos años a una discusión respecto a las iniciativas del Estado respecto a la música chilena y su difusión, quedando la sensación subjetiva de que ya se hizo algo importante por ella en nuestro país.

Juan Manuel Quinteros
Compositor – U chile