“Hemos visto diferentes instancias en las que se asume como profesores a las educadoras de párvulos o bien no se consideran”, señala la Jefa de Carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mónica Manhey en alusión a la invisibilización de la labor específica que cumplen las educadoras de párvulos. La académica de la recientemente reabierta carrera relata que en un encuentro donde se presentó el proyecto de Política Nacional Docente por parte de autoridades del Ministerio de Educación no se escuchó nunca la frase “educadoras de párvulo”.
Misma ausencia en la página del MINEDUC, en la noticia respecto a la firma del proyecto de ley de Nueva Política Nacional Docente. Esta, realizada el 20 de abril por la Presidenta Michelle Bachelet, el ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre y el por entonces ministro de Hacienda Alberto Arenas, abrió la agenda legislativa 2015 del gobierno en materia educacional.
Entre los anuncios más destacados de la iniciativa –que favorecerá a más de 185 mil docentes de educación parvularia, general, media y técnico profesional, 90 mil de establecimientos municipales y 95 mil de particulares subvencionados- se encuentra el aumento de la renta, de las horas dedicadas al trabajo no lectivo y de los requisitos para aquellos estudiantes interesados en formarse como docentes, además de la acreditación de los programas universitarios de pedagogía. Este proceso se desarrollará a partir del paso por los niveles inicial, temprano, avanzado, superior y experto, siendo obligatorios los tres primeros niveles y voluntarios los dos últimos.
El plan presentado por el gobierno, como explicó Lorena Salinas del equipo de reforma de la educación parvularia del MINEDUC, contemplaba en su diseño inicial sólo a las educadoras de párvulo del sistema escolar (que forman a niños de cuatro a seis años), situación que en el proyecto final se revirtió, incorporando así a las profesionales que trabajan con niños de 0 a 4 años.
La inclusión de las profesionales del área se ha visto complejizada porque “el sistema está mirado desde la escolaridad”, por lo que hay que prepararlo para la incorporación de este sector. Por ejemplo, en el caso del ingreso al sistema profesional al profesor no se le asigna la jefatura de un curso, mientras que a las educadoras sí, por lo que el acompañamiento debe ser distinto, igualmente en lo que respecta a la evaluación docente, donde los instrumentos está pensados para el sistema escolar.
Como señala Soledad Rayo, presidenta del Colegio de Educadores de Párvulos de Chile, existe un consenso respecto a la importancia de la educación parvularia en el sistema, que ésta es clave para el desarrollo humano y para alcanzar la equidad, pero queda abierta la pregunta de “cómo lo vamos a hacer, qué vamos a proponer, cómo vamos a instalar los procesos para que eso ocurra: que nos hagamos cargo de ese discurso”.
Este y otros puntos fueron tratados en la actividad “Diálogos en torno a la carrera docente y desafíos de la educación parvularia”, desarrollado el viernes 15 de mayo en la Facultad de Ciencias Sociales, evento organizado por el Colegio de Educadoras y la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia.
Respecto a la incorporación a la Política Nacional Docente, Lorena Salinas del MINEDUC, destacó que este paso “nos sitúa dentro del sistema de otra forma: no somos las educadoras de párvulo miradas sólo desde el cuidado; nosotros educamos, por lo tanto tenemos que tener una consideración de profesionales de la educación”, expresada en la integración en un “proyecto de ley desde la sala cuna hasta el segundo nivel de transición, ya eso da una valoración social distinta a la población”.
La disparidad de las remuneraciones es otro de los aspectos del problema. “Nuestra carrera es la que demora más tiempo en hacer el retorno de la inversión que hace para estudiar, es la que tiene los promedios de sueldo profesional más bajos del país. Estamos en una suerte de desencanto y no hay mucho interés en estudiar educación parvularia, por lo mismo, porque no hay políticas claras que lo incentiven”, señaló Soledad Rayo del Colegio de Educadoras.
El aumento de los requisitos para el ingreso y la acreditación de las carreras han sido valorados positivamente por los actores involucrados en la materia, pero como explicó el investigador de política educativa de la Fundación Educación 2020, Danilo Olivares, “no vemos temas de innovación pedagógica, ni la conjugación de familia - jardín que es uno de los principales temas que nos dan a conocer las educadoras: la inexistencia de una vinculación en la formación inicial docente con lo que pasa en la comunidad educativa de los jardines infantiles”.
El coordinador de asuntos legislativos de Elige Educar, Jorge Schiapaccasse, destacó que este proyecto puede ser perfeccionado. “Creemos que podemos hacer pequeños cambios que logren desarrollar todo el potencial que puede llegar a tener”.
Uno de esos temas, explicó, es el ingreso de las profesionales de párvulo al sistema de “carrera docente”. Como planteó Lorena Salinas, entre el 2017 y el 2025 deberá estar incorporado el cien por ciento de las educadoras. El 2017 comienzan a incorporarse las educadoras de establecimientos municipales y el 2018 de establecimientos particulares subvencionados. Entre el 2020 y el 2024 se incorporarán –de veinte por ciento cada año- educadoras de 0 a 4 años.
Al respecto Schiapaccasse señaló que se pone como fecha el 2020 teniendo como excusa que los jardines tengan el reconocimiento de las entidades correspondientes. "Creemos que en cuanto un jardín tenga el reconocimiento, independiente de la fecha, sus profesionales debiesen poder entrar automáticamente a la carrera”, explicó.
Otro de los desafíos en el ámbito de la educación parvularia tiene que ver con el compromiso presidencial de aumentar la cobertura de salas cunas y jardines infantiles, ya que, como han señalado instituciones como Elige Educar, existirá un déficit de cuatro mil docentes al 2020 para los niveles de 0 a 4 años. “Nosotros queremos e insistimos que estamos de acuerdo en que Chile tiene que aumentar su cobertura, pero tiene que ser bajo parámetros de calidad y seguridad para los niños, protección, regulación y en términos de dotación de personal”, finalizó Soledad Rayo.