“La Universidad de Chile es una de las instituciones con mayor capacidad de producción científica y tecnológica del país, por lo que también posee un alto potencial de innovación a partir de la transferencia del conocimiento que genera hacia la sociedad. Para que ello sea efectivo, es importante disponer de una institucionalidad apropiada que permita conducir el proceso y lograr un compromiso creciente de la comunidad académica con la innovación”, señala en su llegada el nuevo Director de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, Edgardo Santibáñez.
Formado profesionalmente como Ingeniero Civil Industrial en la Universidad de Chile, realizó un Master of Science in Management of Technology en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en los Estados Unidos, con el financiamiento de una Beca de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En su desempeño laboral ha tenido una estrecha relación con la innovación, puesto que ha sido Director de múltiples proyectos de investigación y transferencia tecnológica y ha trabajado en diversas instituciones, destacando la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), donde participó en la fundación y dirección de Fondef; la Pontificia Universidad Católica de Chile, en la que colaboró con la fundación GeneraUC; y la Universidad de Santiago de Chile, donde fue Gerente de Innovación Tecnológica de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación.
Nuevos desafíos
En cuanto al nuevo cargo que desempeñará, Edgardo Santibáñez considera que “el enfoque debe estar centrado en generar investigación básica y aplicada de calidad e impacto que permita hacer innovación basada en ciencia y tecnología con ventajas competitivas distintivas”. La innovación consiste justamente en transferir y aplicar con éxito el conocimiento y las tecnologías a la producción y los mercados, logrando con ello mejoras en la productividad, creación de riqueza, calidad de vida y sustentabilidad ambiental. Todo esto contribuye a un más alto bienestar de las personas”.
En tanto, otro tema relevante para Santibáñez es la búsqueda de un diseño institucional viable y promovido por el Estado que facilite la proyección de las tecnologías hacia el mercado. “En general, las universidades hacen su trabajo y cumplen con los resultados comprometidos en los proyectos de I+D+i financiados por las agencias públicas. Es así como, actualmente, existen en las universidades chilenas más de mil paquetes tecnológicos vigentes, generados en proyectos financiados por Fondef, Corfo y FIA. Sin embargo, en gran parte de los casos han tenido dificultades para ser transferidos y no han podido avanzar de manera efectiva en el proceso de innovación, principalmente por la no disponibilidad o falta de acceso a empresas y/o inversionistas de riesgo de la clase que se necesitan para llevar las tecnologías a la producción y los mercados”.
La innovación científica nacional, un camino colaborativo
En cuanto al escenario nacional en materia de ciencia y tecnología, el nuevo Director de Innovación afirma que “es sabido que la inversión en Chile es muy baja comparada con la de países industrializados. Sin embargo, no sólo se requiere un incremento en el gasto, para hacer más I+D+i con los investigadores existentes, sino que también invertir en la creación de capacidades e infraestructura que permitan atraer e incorporar un mayor número de investigadores, capaces de absorber un más alto crecimiento en el gasto y realizar más I+D+i de impacto".
Finalmente, sobre el rol de la universidad en la innovación del ámbito público, el Director concluye que “también es importante desarrollar el vínculo de la Universidad de Chile con organismos del Estado, para la identificación y desarrollo de proyectos estratégicos con incidencia económica y social, donde se requiera disponer de una mayor densidad de capacidades científico tecnológicas especializadas; aspecto en el cual la institución tiene ventajas competitivas relevantes”.