En el mundo, y también en nuestro país, la atención por la educación en los primeros años de la infancia de los niños es algo que no sólo cobra más relevancia, sino que también existen cada vez más estudios y perspectivas al respecto, por lo que no es de extrañar la gran cantidad de asistentes y participantes del Seminario “Los Desafíos Socioculturales de la Educación Parvularia: Diálogos para una construcción colectiva” durante los días 21 y 22 de octubre en el Salón de Honor de nuestra Casa de Estudios, donde se reflexionó sobre el futuro de la educación inicial de nuestro país, considerando la diversidad de la sociedad contemporánea, desde un enfoque sociocultural.
El encuentro contó con las exposiciones de Christine Woodrow y Criss Jones, ambas académicas de la Facultad de Educación de la Universidad de Western Sidney; María Victoria Peralta, directora del Instituto Internacional de Educación Infantil de la Universidad Central; Rosa Blanco Guijarro, directora de la Oficina en Chile de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI); además de representantes de la Junji, Integra, Fundación Iguales y académicos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
El enfoque sociocultural en la educación inicial
La educación parvularia es clave y garantiza que los niños tengan las mismas oportunidades de desarrollo social, cognitivo y afectivo desde sus primeros años de vida. Su mejora, por tanto, implica muchos desafíos. Uno de los temas que se abordó durante el seminario fue la necesidad de incorporar los contextos socioculturales en los cuales se insertan las comunidades educativas, con el fin de desarrollar currículos más pertinentes a las experiencias de los niños, las niñas, y sus familias.
Christine Woodrow, vicedirectora del Centro de Investigación de Educación (Centre for Education Research) de la Universidad de Western Sidney, realizó una conferencia en la que habló sobre la necesidad de pensar la educación inicial desde una mirada que permita mayor vinculación entre las familias y los educadores. Para la académica, el establecimiento educativo debe ser considerado como un eje comunitario que sea capaz de promover, garantizar y respetar la identidad de niños y niñas, por lo que es muy importante que se invierta en la preparación de las educadoras para ser agentes de cambios y no simplemente reproductoras de un sistema social y cultural.
Del mismo modo, Criss Jones, académico de la Facultad de educación de la U. de Western Sydney, abordó el concepto de cultura e identidad, destacando que tanto Chile como Australia son culturalmente muy diversos, ya que poseen un importante porcentaje de población inmigrante e indígena. Durante su presentación señaló que “Chile está en deuda, pues no ha reconocido constitucionalmente su diversidad. Es extraoficialmente un país pluralista y multicultural”. Además, comentó el deber que tienen los educadores de conocer los entornos donde se sitúa el establecimiento, ser receptivos y abiertos, informarse y usar esa información para desarrollar relaciones de confianza y una educación más adecuada.
Por su parte, Rosa Blanco Guijarro, directora de la Oficina en Chile de la OEI, expuso sobre los avances y desafíos de inclusión en la educación inicial de los países de América Latina, donde las tasas promedio de escolarización son de un 70%. Sin embargo, estos promedios son engañosos, pues ocultan grandes diferencias entre países -que oscilan entre 30% y el 100%- y al interior de estos países, acentuadas en los menores de tres años pertenecientes a la población más pobre, zonas rurales o pueblos originarios.
“Pese a los esfuerzos realizados por los países en América Latina, es posible constatar que el Derecho a la Educación en su sentido más ambicioso, no se garantiza por igual a todos los ciudadanos”, comentó Blanco, enfatizando en la diferencia que existe entre integración y exclusión. “La integración es insuficiente porque se acerca más a una asimilación de la cultura dominante, en cambio, una buena interpretación del concepto inclusión, permite que la oferta educativa sea capaz de acoger y dar respuesta a la diversidad de niños y niñas”.
Algunas de las barreras para llegar a una inclusión serían la formación de docentes, las condiciones de trabajo, la falta de pertinencia de los currículos y los sistema de medición que existen, ya que éstos presionan a los educadores en la obtención de resultados y marginan a los estudiantes que no cumplan con los estándares establecidos.
En el seminario se realizaron además dos paneles de expertos que analizaron y reflexionaron en torno a la diversidad de la sociedad chilena. Durante la primera jornada representantes de Junji e Integra abordaron algunas experiencias que han desarrollado en sus jardines infantiles. Mientras que el segundo día se presentaron temáticas sobre género y diversidad sexual, además de reflexionar acerca de la necesidad de contar con una educación que incluya a la población discapacitada, que actualmente corresponde aproximadamente a un 12% del total, y avanzar hacia el desarrollo de un currículo más pertinente para niños y niñas indígenas.
El Seminario “Los Desafíos Socioculturales de la Educación Parvularia: Diálogos para una construcción colectiva” marcó el inicio de un convenio académico firmado entre la Universidad de Werstern Sidney y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, que incluye, entre otras actividades, intercambios académicos e investigaciones conjuntas entre ambas casas de estudio. |