Anualmente, la exportación de palta nacional sufre pérdidas superiores a las 10 mil toneladas y equivalentes a 17 millones de dólares, ante los ataques del “Oligonychus yothersi”, más conocido como la arañita roja; una plaga que será abordada por un controlador biológico creado por académicos de la Facultad de Ciencias Agronómicas, para evitar que cerca de 5 mil hectáreas de paltos sean afectadas en su calidad y rendimiento.
La tecnología se basa en una metodología de crianza y liberación masiva del ácaro fitófago “Neosiulus californus”, que logra mayores grados de control, alcanza huertos de difícil acceso, interviene estados tempranos de infestación, reduce el impacto ambiental y disminuye los costos de control al reemplazar aplicaciones químicas, como los plaguicidas sintéticos de azufre y abamectina.
Como señaló la académica e investigadora principal del proyecto, Gabriela Lankin, “esta plaga es de importancia económica primaria, pues ha tenido un impacto negativo muy grande sobre los cultivos de palto. El uso de estos controladores biológicos contribuye a una agricultura más limpia y sustentable, ya que los plaguicidas sintéticos afectan el ecosistema, tienen un valor elevado y no logran resultados óptimos en huertos ubicados en laderas o de difícil acceso”.
En cuanto a la etapa de ejecución, con la gestión de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) y el financiamiento de la Fundación Copec-UC, la innovación se encuentra en proceso de licenciamiento con la empresa especializada en control biológico, Xilema Spa, tras crear un manual de uso y validar sus resultados en condiciones de laboratorio y huertos de paltos comerciales.
Para la Jefa de la Unidad de Transferencia de la VID, Varinka Farren, “esta tecnología es de gran eficiencia, pues proviene de una investigación que lleva varios años y que se ha desarrollado en el mismo territorio de plagas, obteniendo muy buenos resultados en sus pruebas. Hasta ahora, la arañita roja no ha sido controlada y representa pérdidas significativas en la producción de palta, que repercuten en su valor elevado tanto en Chile como en el resto del mundo”.
En tanto, la Subgerente Comercial de Fundación Copec-UC, Patricia Anguita, sostiene que “trabajar con control biológico nos permite restaurar el sistema natural y posicionarnos como un país amigable con el medio ambiente, siendo un atributo muy apreciado en los mercados internacionales. Por otro lado, mejorará la calidad y el rendimiento en paltos, disminuyendo costos de aplicación y riesgos de contaminación para los trabajadores agrícolas, ya que estos biocontroladores son inocuos para el ser humano”.
Sobre la metodología, el uso de los ácaros depredadores debe realizarse bajo condiciones sanitarias y ambientales específicas en crianzas de laboratorio, para asegurar su sobrevivencia y luego ser colectados, envasados, trasportados y liberados en cultivos de palto, evitando efectos subletales por plaguicidas, insecticidas o acaricidas.
La Profesora Lankin concluyó que “existen grandes desafíos para la adopción del control biológico, ya que se debe incluir educación que asegure la correcta manipulación de los enemigos naturales. Si el agricultor, por mal manejo, afecta negativamente a los agentes controladores, éstos no harán el control esperado y disminuirá el interés por considerar esta estrategia”.