En la última edición de la revista internacional Ecology and Evolution, publicada recientemente, apareció el artículo "Adaptive genetic variation distinguishes Chilean blue mussels (Mytilus chilensis) from different marine environments". Este trabajo muestra una herramienta desarrollada en base a marcadores genéticos de última generación (Polimorfismos de una sola base o SNP por sus siglas en ingles), que permite distinguir los choritos (Mytilus chilensis) que vienen de Isla de Chiloé de los que vienen de Reloncaví.
El artículo fue realizado por Cristián Araneda, de la Facultad de Ciencias Agronómicas; y María Angélica Larraín, de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, quienes trabajaron junto a los investigadores norteamericanosdel Columbia River Intertribal Fish Comission, Benjamin Hetch y Shawn Narum.
Como explicó el profesor Araneda, “los marcadores genéticos son variaciones en la secuencia de ADN que pueden estar o no en genes y que permiten discriminar alguna característica. Los individuos en esas zonas del genoma (marcadores) deben tener diferencias para poder distinguirse unos de otros”.
La metodología permitirá auditar la trazabilidad física (a través de registros y formularios), usando las diferencias genéticas entre los individuos detectados en el estudio. La identificación de los marcadores genéticos se realiza a partir “un análisis genotipado que en este caso fue con secuenciación del ADN de los individuos involucrados en el análisis”, como señaló Araneda.
Esto resulta de particular utilidad para autoridades y privados, en momentos en que hay extensas zonas afectadas con el fenómeno de marea roja, y se requiere tener absoluta certeza de la trazabilidad, en este caso del origen del producto, para garantizar la inocuidad de los alimentos y proteger la salud de las personas.
Este hallazgo coincide con la reciente aceptación de Mytilus chilensis como una especie válida en la Word Register of Marine Species (WoRMS), otorgándole un estatus taxonómico reconocido. Esto significa que todo documento (comercial o científico) puede usar este nombre en propiedad, cumpliendo el primer nivel de trazabilidad: la identificación de la especie.
El segundo nivel de trazabilidad se refiere a la identificación del origen geográfico de los individuos, que en términos prácticos significa poder diferenciar choritos del golfo y estuario de Reloncaví de los de la isla de Chiloé. El equipo ha realizado su trabajo de investigación en este último lugar, en la zona sur de la Isla de Chiloé (Canal Coldita) y en la Patagonia, entre Coyhaique y Punta Arenas (Isla Peel). “Esas son tres zonas geográficas que tienen condiciones ambientales bien distintas y eso permite que las poblaciones se adapten a las condiciones locales y empiecen a acumular diferencias genéticas que permiten su posterior identificación", detalló el académico.
Este trabajo es producto del Proyecto FONDECYT Regular (Nº 1130302), titulado “Species composition, genetic diversity and population structure of Mytilus in southern Chile using species-specific, microsatellite and SNP DNA markers. Applications in traceability: species identification and geographic origin determination”, cuya investigadora responsable es María Angélica Larraín.