“El interés de la Universidad de Chile por la acuicultura nació en los años ochenta, cuando formamos un grupo de reproducción y genética de peces, pensando en que la producción de salmón iba a crecer y Chile iba a ser extraordinariamente importante, y pensando en que se iba a necesitar investigación para ser líderes en esta área”, recuerda el académico Roberto Neira, decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de nuestro plantel.
Y efectivamente el tiempo le dio la razón. Hoy nuestro país es el segundo mayor productor de salmón en el mundo, cultivando más del 90 por ciento del salmón coho, seguido de Japón y Canadá, y destacándose en el ámbito de los programas genéticos en acuicultura.
Este extenso trabajo, lo ha implementado la Casa de Bello, con diversos fondos públicos, internacionales y durante la última década en asociación con Aquainnovo, empresa que ofrece servicios de investigación científica y genética molecular para la acuicultura. Esta dupla público-privada ha dado importantes frutos para la industria local -beneficada con los resultados de sus investigaciones-, y en el futuro cercano promete otro importante acierto para el desarrollo del salmón en Chile: la primera secuenciación genética de la especie.
Los salmones están sujetos a casi todas las enfermedades. Hoy el problema mayor en Chile es la bacteria Piscirickettsia salmonis y el ectoparásito Caligus. La primera genera grandes mortalidades al final del ciclo del cultivo del salmón que dura prácticamente dos años. La mortalidad ocasionada por la bacteria y por otros virus es facilitada por el exoparasito Caligus, que es un piojo de mar, que genera lesiones en los peces y los predispone a la entrada de virus y bacterias.
“Esas enfermedades tienen un gran costo para la industrias”, explica el profesor Neira, quien advierte que el uso de vacunas y antibióticos para enfrentarlas no ha tenido buenos resultados, por lo que es de gran relevancia el trabajo en mejoramiento genético que lleva adelante nuestra Universidad y la empresa Aquainnovo, para el desarrollo de peces resistentes a estas enfermedades. “Si alguna vez encontramos genes que actúen para la resistencia, va a ser un gran hallazgo y hay mucho dinero involucrado en eso. Ese es el interés nuestro”, afirma el decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas.
El investigador José Manuel Yáñez, académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) es parte del equipo chileno en este trabajo, al que aún le quedan dos años para llegar a término y en el que los investigadores participan junto a miembros de las universidades Simon Fraser, Victoria, Vancouver Island y Laval, entre otras instituciones.
“El secuenciamento del salmón del pacífico es el punto de partida sobre el cual nosotros desarrollamos herramientas genómicas que pueden ser después aplicadas al mejoramiento genético. Por ejemplo, en el salmón del atlántico –que ya fue secuenciado también con la participación de la U. de Chile y Aquainnovo–, nosotros hemos generado herramientas moleculares a través del desarrollo de un chip de marcadores moleculares puntuales, los cuales pueden ser utilizados para incrementar el progreso genético frente a las principales enfermedades que afectan hoy día a la acuicultura nacional en términos de salmones”, dice Yáñez.
Mejoramiento genético
Dadas las dificultades de control farmacológico de la Piscirickettsia salmonis y el extoparásito Caligus, el mejoramiento genético del salmón se ha levantado como alternativa crítica a su mitigación. Este método se implementa a través de la selección de reproductores, pero no en base a sus fenotipos sino a su información molecular.
“Lo que se hace en definitiva es que se toma una muestra biológica del reproductor, se extrae su DNA y a partir de éste se realiza una prueba de laboratorio que indica que ese reproductor es resistente a la bacteria Piscirickettsia salmonis y al ectoparásito. Si el test genético arroja que el reproductor es resistente a la enfermedad, se selecciona como para dar origen a la progenie que va a producción, y por lo tanto se asume que ésta va a ser más resistente a los brotes de ambas enfermedades”, explica el profesor Yáñez.
Hasta el momento, los investigadores han descubierto los genes que están involucrados en la resistencia a la bacteria y al parásito, en salmón del atlántico y en trucha arcoíris, y se están realizando estos estudios también en salmón del pacífico. “A partir de estos proyectos se plantea la incorporación de la información molecular que estamos generando, en base a una estrategia que se denomina selección genómica, pero en el fondo es utilizar la información molecular que hemos descubierto para poder mejorar o acelerar los procesos de mejora genética a través de selección artificial de reproductores”, concluye el académico.
Capital Humano Avanzado y productividad
Este año la empresa Aquainnovo cumplió una década desde su creación. A través de todos estos años, el consorcio ha tenido no solo una estrecha colaboración de trabajo con la U. de Chile, sino también con la formación de especialistas en el área.
En este sentido, Mario Puchi, presidente del directorio Aquainnovo, destaca la incorporación de estudiantes de pregrado y postgrado en las investigaciones llevadas adelante a través de esta alianza. “Por dar un dato, a la fecha se han formado ocho magister, ocho doctores, se han implementado cuatro programas de inserción de doctores, y actualmente 10 estudiantes cursan estudios de postgrado con proyectos entre Aquainnovo y la Universidad de Chile. Ese es uno de los requisitos de nuestro proyecto”, afirma.
Los dichos de Puchi, son avalados por el decano Neira quien destaca que esta institución fue la primera en incorporar a estudiantes con el grado de doctor. "Además les solicité que diéramos becas de doctorado y se dieron becas completas de doctorado. Y se formaron ahí personas y se fueron incorporando PhD al sistema”, destacó Neira.
Otro punto a destacar en esta alianza son los proyectos de investigación y desarrollo con alto impacto productivo. “Aquí es donde juega un rol importante esta unión público-privado en el financiamiento del proyecto”, concluye Puchi, cierto de que la aparición de Aquainnovo gatilló la incorporación de otras empresas en este ámbito, lo que finalmente, “ha sido muy bueno para la industria ya que las mejoras genéticas aplicadas van en beneficio de la producción. Han tenido un impacto en la producción nacional”.