Sofía Barahona fue escogida a fines de 2016 como presidenta de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica. Estudiante del College en Ciencias Sociales, milita en la Nueva Acción Democrática (NAU), movimiento en el que participó el diputado Giorgio Jackson cuando presidió la organización estudiantil de la institución.
Rancagüina y declarada feminista, conversó con nosotros acerca del proyecto de Universidades del Estado a fines de julio de este año, previo a la aprobación de la idea de legislar y los cambios que introdujo el Gobierno.
- La Universidad Católica participó en la reforma en los años 60 y ahí hubo participación de estudiantes, funcionarios, académicos y eclesiásticos, hasta en la elección del Rector. ¿Qué piensas de eso y lo que ocurre con el actual proyecto de ley?
Creo que es bastante decepcionante ver que hace 40 o 50 años el país y las universidades estaban mucho más avanzadas en términos de democracia universitaria que lo que están ahora. Por lo menos para nosotros, la Reforma del 67, en la UC particularmente, significó un ejemplo de la fuerza que tiene que tener el movimiento estudiantil y cómo colaborando con los otros actores de la comunidad universitaria se pueden cumplir ciertos objetivos, que al final es por lo que queremos democracia universitaria en las universidades.
Lamentablemente, creo que el proyecto de ley de Universidades del Estado quiere retroceder incluso a ese corte de la democracia que hubo durante la dictadura, después del golpe de Estado.
Lo más terrible de todo es que esto está impulsado por un gobierno que dijo que quería hacer transformaciones profundas y que me imagino siente alguna cercanía por ese movimiento estudiantil que hubo durante los '60 y no una cercanía con la dictadura, que fue la que propuso estos cambios terribles que hubo en la participación universitaria.
- ¿Cómo se maneja el concepto de autonomía dentro de la Universidad Católica, que tiene autoridad del Vaticano, pero está en Chile?
Creo que acá las autoridades de la Universidad, en general, se escudan diciendo que sí existe participación de los distintos estamentos. Yo participo solo con derecho a voz en el Consejo Universitario. Hay otro estudiante como invitado permanente, no como miembro, solamente con derecho a voz y sin voto, versus un número que son alrededor de 30 autoridades designadas por el Rector, quien es designado por el Papa, que participan de ese mismo espacio. Entonces, la verdad es que no se dan las discusiones tan profundamente como se deberían dar y, por supuesto, nosotros como estudiantes no tenemos ninguna capacidad de incidencia y menos la tienen los trabajadores de la Universidad. No existe participación de los funcionarios, menos de los trabajadores subcontratados.
En ese sentido nosotros hemos, históricamente, desde las distintas federaciones, impulsado que haya cambios a ese espacio y no existen mayores intenciones de hacerlo. Este año, el Rector Sánchez presentó una iniciativa, llamada "Foro Universitario", que coincidentemente es exactamente igual, e incluso más participativa, que el Consejo Universitario que se propone en el proyecto de universidades del Estado. Contempla mayor número de miembros, mucho más estudiantes, más académicos, más funcionarios. Y eso por lo menos a mí me llama la atención, porque creo que el Rector Sánchez tuvo una influencia importante en este proyecto de ley de Universidades del Estado, por la visión empresarial que se tiene de las mismas instituciones estatales y, por otro lado, me preocupa que el mismo Gobierno promueva una ley con un espacio de participación que es menos participativo que algo que propuso el Rector Sánchez, que sabemos que tiene una postura mucho más conservadora y distinta que la que se supone que debería tener el Gobierno.
- ¿Y es consultivo también?
Es consultivo, como asesor del Rector, pero él es el que define con el Consejo Superior, exactamente igual que el proyecto.
- ¿Qué opinión te merece el financiamiento de las Universidades del Estado? Se plantea que van a recibir los mismos fondos que en la actualidad y que el Estado solicitará un préstamo de 150 mil millones de pesos al BID, que se entregará a 18 instituciones, por 10 años. La Universidad de Chile recibe hoy 635 mil millones anuales...
De hecho, los fondos constituyen como un 2% si uno lo divide mensualmente. El 2% de lo que reciben las universidades.
Es un chiste. Lo valorable es que exista un fondo prioritario para las Universidades del Estado, pero ese fondo es bastante insuficiente y además no queda claro cómo se van a distribuir estos mismos aportes a las Universidades Estatales. Creo que es importante que las universidades que tienen un buen desarrollo, como la Universidad de Chile, no disminuyan su calidad, pero tenemos que promover otras instituciones, que están en otros lugares de Chile. ¿Qué pasa con aquellas instituciones estatales que se abrieron ahora en regiones? ¿Van a recibir más financiamiento que la Universidad de Chile? Y eso no está claro en el proyecto de ley.
- ¿Y qué sucede con las matrículas? No se sugiere un aumento en las matrículas, cuando las Universidades del Estado tienen solo el 15% de los estudiantes...
Este proyecto de ley, y nosotros lo hemos manifestado desde el movimiento estudiantil, tal como está se rechaza, porque no significa un cambio sustancial y más bien retrocede en muchos puntos que hemos mencionado anteriormente. En la capacidad y las atribuciones que se tiene hacia los funcionarios de las universidades del Estado, y los deja en una situación de mayor vulnerabilidad.
En ese sentido, el crecimiento de la matrícula es otro punto que para nosotros es fundamental que se aborde en la discusión, porque nosotros sabemos bien que acá no estamos en un sistema mixto de educación, sino que estamos en un sistema que es privado y que tiene algunas universidades estatales. Y si es que todos queremos el desarrollo de las Universidades del Estado, también por supuesto que se tiene que aumentar, con mayor libertad, quizás, el número de matriculados dentro de esas mismas instituciones, considerando también obviamente en términos de infraestructura, que tengan la capacidad para hacerlo. Ahora se pone un límite al crecimiento de las universidades del Estado cuando lo que se debería limitar más bien es el crecimiento de universidades privadas que no tienen regulación. Las Universidades del Estado debieran ser una prioridad para el Estado, y también que los estudiantes ingresaran a estas universidades debería ser prioridad. Lamentablemente, esa prioridad no existe en el proyecto.
- Con respecto al proyecto de Educación Superior, ¿qué opinas sobre la regulación de las instituciones?
En cuanto a la regulación de las universidades, lo único medianamente positivo que yo veo es que, dado el crecimiento exponencial que ha existido de las universidades desde los '80, ahora existe la posibilidad de que estas se regulen de mejor manera, que se puedan fiscalizar, entre otras cosas, y evidentemente nos deja un poquito mejor que lo que estábamos hace 4 años, lo que no es mucho decir, porque estábamos en un sistema que era terrible.
Obviamente es decepcionante para nosotros desde el movimiento estudiantil que esta gran reforma que se prometió implique más un maquillaje al sistema educacional que teníamos anteriormente y no un cambio profundo que pensara la educación del futuro. Y ahí por lo menos para nosotros los dos puntos más graves tienen que ver con la gratuidad universal y el Crédito con Aval del Estado.
Con la gratuidad universal se ha tratado de hacer ver que el movimiento estudiantil no quiere financiar a los estudiantes más vulnerables, y eso no es así. Obviamente, estamos felices de que las personas tengan alivianada su carga, que no tengan que preocuparse por pagar la universidad, pero esa no es la gratuidad que se prometió y no cambia de ninguna manera el modelo educacional como nosotros lo entendemos.
Mantiene la lógica del financiamiento a la demanda, el pagarle a los estudiantes y no se preocupa de darle financiamiento a las instituciones. Solo contempla, por ejemplo, el financiamiento a la docencia, cuando estamos promoviendo que las universidades sean complejas. Entonces evidentemente es una contradicción y no se hace cargo de cambiar instituciones, de mejorar su calidad y de promover que sean universidades que aborden las distintas áreas.
Y con respecto al Crédito con Aval del Estado, es una burla el decir que un proyecto que va a ser presentado el 7 de noviembre va a salir aprobado durante este Gobierno. Y más bien me parece un saludo a la bandera y otra promesa incumplida de parte del Ejecutivo que esto se presenta de esta manera.
Lo peor es que el Gobierno se comprometió en abril a presentar un proyecto para cambiar el CAE. Se comprometieron solo para poder avanzar en la discusión de este proyecto y ahora vemos que fueron capaces de votar alineados con la derecha, perdiendo todo incentivo a presentar otro proyecto antes de noviembre. Ahora no tiene ningún incentivo para hacerlo, y no lo va a hacer, siendo realista.
- Y el 19 de noviembre hay elección presidencial y parlamentaria…
Políticamente es imposible, porque dicen 'no, si es que van a quedar dos meses para que termine el proceso', pero acá nosotros estamos metidos en política, y uno sabe cómo funcionan las cosas en política. En noviembre no va a pasar nada y me molesta que se siga jugando con las ilusiones de la gente, las mismas intenciones que tenemos nosotros, los estudiantes, que venimos demandando hace tanto tiempo.
Creo que el movimiento estudiantil tiene una oportunidad importante en generar las presiones correspondientes para que este proyecto se adelante. Nosotros no queremos ser un movimiento estudiantil que obstruya el desarrollo de estas políticas, y en ese sentido, las movilizaciones que estamos pensando para el segundo semestre tienen que ver con este mismo tema.